martes, 14 de enero de 2014

SOCIODINAMIA FAMILIAR.

  1. SOCIODINAMIA FAMILIAR.
En el capitulo anterior, trabajamos sobre la rama dura de la Socionomía, la “sociometría”; que pretende la medición de las relaciones en los grupos. Ahora nos enfrentamos con un reto particular, ya que la sociodinamia como parte comprensiva de este sistema de pensamiento, es más subjetiva y demanda un ejercicio mucho más descriptivo. Partiendo de los acontecimientos ocurridos en el grupo familiar, lo que requiere del empleo de la más antigua y útil técnica de recolección de datos: la observación.
Cuando Moreno construyó su sistema de pensamiento, se dio cuenta de que los grupos se encontraban en un proceso de desarrollo constante, de ahí que para complementar sus observaciones sociométricas y dar un mayor fundamento a sus intervenciones clínicas, delineó una serie de principios (que él en su momento llamó leyes) que le permitían seguir, describir y comprender el devenir de un grupo. Desafortunadamente, no hubo mayor desarrollo de dicho trabajo, ya que al poco tiempo de esto, dejó la sociometría y la sociodinamia, para enfocarse de lleno en el desarrollo de la psicoterapia de grupo y el psicodrama.
Para cubrir este vacío teórico, recurriremos a la propuesta desarrollada por Homans (1971), quien elabora un método que permite penetrar en la dinámica de los grupos y es compatible con la postura socionómica.
Menciona Homans que el abordaje de grupos familiares presenta retos particulares con respecto del resto de los grupos; aclarando que la historia de las familias se encuentra profundamente enraizada en el núcleo de los sistemas culturales y que generalmente tienen cientos de años de tradición, lo que dificulta su aprehensión. Agrega que se trata de un grupo altamente heterogéneo, en el que sus miembros no solo pertenecen a distintos sexos y poseen distintas estructuras de personalidad, sino que además, hay diferencia en edades y generaciones, lo que hace que en un momento dado coexistan distintas perspectivas de la vida que deben ser consideradas.
Otra peculiaridad de éstos, es que mientras en el resto de los grupos sociales, los sujetos desempeñan ciertas tareas e interacciones que complementan aspectos parciales de sus vidas, los grupos familiares son la base y origen de la vida de las personas, por lo que su relevancia y carga de significado es sumamente fuerte e importante para entender el desarrollo de un sujeto dentro del sistema social.
Pero no todo son dificultades, ya que al ser la familia “el” grupo de referencia primario y poseer tanta historia tras de sí, es relativamente fácil rastrear la carga y sentido de la red de relaciones que se entretejen en su interior, ya que sus acontecimientos se encuentran marcados por un guión cultural. De ahí que con fines de investigación, resulta importante ubicar los referentes socioculturales para a partir de ahí, trabajar con aquellas familias típicas o que presenten un mejor nivel de ajuste a lo descrito por la cultura, que nos mostrarán lo común de su estilo de vida, mientras que para el diagnóstico clínico, podríamos echar mano de esta información para ubicar cuáles son los factores “desviados” generadores de malestar.
Uno de los retos personales a los que nos enfrenta la elaboración de este capítulo es la diferencia de contextos para la el desarrollo de la sociodinamia familiar, ya que tanto Moreno como Homans, realizaron sus estudios en contextos cerrados, donde los grupos no tenían interacción con ningún otro medio ajeno a ellos. Mientras que nosotros tendremos que lidiar con la variabilidad e interacciones tanto de sus miembros, como del propio grupo familiar en distintos espacios y con distintos grupos, en donde se generan intercambios permanentes de información que pueden influir en los patrones de comportamiento e interacción.
A manera de recordatorio y para delinear el horizonte sobre el que enfocaremos los desarrollos posteriores, vamos a retomar de manera general aquellos puntos importantes sobre los que se sustentaron los trabajos sociodinámicos tanto de Moreno como de Homans.
En primera instancia, debemos recordar que Moreno desarrolló sus principios sociodinámicos a partir de los estudios sociométricos que realizó en la New York State Training School for Girls in Hudson, mencionando que los grupos poseen un principio sociogenético, a partir del que aclara que las organizaciones sociales superiores provienen de las más simples; el principio sociodinámico dice que tanto los individuos como los grupos, que a partir de una exploración sociométrica aparecen aislados o rechazados, es muy probable que así se mantengan dentro de la estructura social formal, tanto más cuanto mayor sea el número de contactos sociales. Mientras que aquellas personas o grupos que resultan muy elegidos y populares, tenderán a seguirlo siendo cuanto mayor sean los contactos sociales a los que se vean expuestos.
Menciona que tanto los grupos como las personas tenderán a moverse unos en relación con los otros, con una intensidad directamente proporcional a las fuerzas télicas positivas existentes entre ellos, situación que nombró como principio de gravitación social. Por otra parte, el principio de red interpersonal y socioemocional, dice que en todo grupo existen corrientes relativamente estables que fluyen entre sus miembros, y a partir de ellas se da el intercambio y comunicación de información y contenidos psicoafectivos.
Si estos principios los aplicamos al estudio de grupos familiares, tendríamos que observar la forma y complejidad en que se estructuran las relaciones entre sus miembros, ya que si dentro de uno de estos grupos observamos la preponderancia de aislados o de estructuras sociométricas simples como parejas o triángulos, podremos pensar que existe un pobre desarrollo sociogenético. En cambio, si existen estructuras de relación más complejas como cuadrados, estrellas o cadenas de más de tres miembros, hablaríamos de una mayor evolución. Por otro lado, si nos fijamos en las elecciones y rechazos existentes al interior de un grupo familiar, podremos tener claridad sobre aquellas fuerzas que pugnan por la cohesión o disolución del grupo, o la dirección y movimiento que se da entre sus partes, por ejemplo; si en un grupo familiar extenso con tres subgrupos nucleares A, B y C, observamos que entre los subgrupos A y C existe un mayor número de elecciones positivas y que además éstas se dan en los primeros lugares, podremos asumir que estos dos subgrupos, tenderán a interactuar con mucha más frecuencia que con el subgrupo B, lo que les permitirá la realización de muchas más actividades e intercambio de afectos positivos, lo que generará mucha mayor cohesión e identidad entre éstos como miembros del grupo familiar extenso. Sería posible que a partir de lo anterior, el subgrupo familiar B emita y reciba una mayor cantidad de rechazos, lo que resultaría en un detrimento de las actividades e interacciones compartidas con el resto de los subgrupos, generando muy probablemente sentimientos negativos o desagradables cuando éste se encuentre con alguno de los otros o en situaciones con todo el grupo extenso. A partir de estos indicadores, sería posible observar las redes de comunicación socioafectiva presentes al interior del grupo familiar extenso, entre sus distintos subgrupos nucleares y al interior de ellos.
Por su parte, Homans con su método interaccionista, nos permite afinar la mirada sobre los distintos elementos de la conducta humana (actividad, interacción y sentimiento) a partir de los cuales es posible penetrar y profundizar en el sentido y significado que presentan las estructuras sociométricas, especialmente en las maneras de organización de los grupos para sobrevivir en su ambiente (sistema externo) o en su mundo íntimo y psicoafectivo (sistema interno).
Propone Homans que para poder penetrar en este vasto mundo de significados, habría que iniciar la observación con el espíritu inocente de un niño, registrando y describiendo solo lo que ocurre y acontece en el grupo, para a partir de ahí, poder identificar aquellos comportamientos que son regulares y podrían clasificarse como costumbres y aquellos que son esporádicos y tienen relación con alguna modificación en el ambiente, o en las relaciones entre los miembros. A partir de ahí habría que identificar las actividades, interacciones y sentimientos, enfocando la manera en como estos elementos se articulan tanto en el sistema externo como en el interno; teniendo en cuenta siempre las condiciones del ambiente y contexto en que se encuentra inmerso el grupo.
Con referencia a los grupos familiares, debemos en primera instancia, ocuparnos del ambiente en el que se encuentra cada familia. Esto abarca el número y características de sus miembros en cuanto a edad, sexo, educación y ocupación; también las de espacio de habitación y cohabitación, es decir si viven en una casa, choza, departamento, si todo el grupo extenso familiar habita en un solo inmueble, si comparten un mismo terreno con distintas unidades habitacionales, si viven en una misma calle o colonia o si se encuentran repartidos en un mismo estado, en distintos o incluso en otros países.
También hay que tomar en cuenta los discursos socioculturales que coexisten dentro de un mismo grupo familiar, ya que estos determinarán los sistemas de normas que sentarán la base para el desempeño y regulación de la conducta de las personas y los subgrupos nucleares.
Lo siguiente que hay que considerar es el sistema externo, teniendo en cuenta que nos enfocaremos a considerar los elementos anteriores, en torno a la pregunta de; cómo sobrevive el grupo en su ambiente. Para ello, tenemos que ocuparnos en primera instancia, de la dependencia mutua entre los sentimientos y actividades, además de aquella entre las actividades e interacciones.
Para abordar la primera dependencia, hay que tener en cuenta como lo señala Homans, los sentimientos dentro del sistema externo en los grupos y que todos los miembros aportan como provenientes de otros grupos, o una sociedad más amplia; es decir, el deseo de movilidad social, de incrementar el estatus o poder adquisitivo, entre otros.
En el caso de los grupos familiares, habría que considerar en primer lugar, las motivaciones de los individuos para casarse, cohabitar y procrear, además de aquellos que dicta la cultura acerca de lo que es un hombre, una mujer, un esposo, una pareja, una esposa, un padre, una madre, un hijo, un hermano, un suegro, un abuelo, un tío, los primos(as), etc.
Para enfocarnos en la segunda (actividades e interacciones), hay que tener en cuenta los elementos y las formas con que los miembros del grupo familiar cooperan, ya sea para la reproducción, crianza, nutrición, educación o manutención; cómo es que se da la distribución del trabajo y sobre qué estructura jerárquica. De ahí que se considere que la índole de la división y las necesidades de trabajo humano por parte de las diferentes especialidades, determinan la forma y frecuencia de las interacciones. Por ende, hay que tener en cuenta lo que hace el grupo como un todo, o dentro de alguno de los subgrupos. Hay que considerar la manera en cómo se coordinan las actividades a partir de las interacciones entre los líderes. Uno de los ejes principales en este nivel es el de las actividades económicas de la familia.
A partir de lo anterior, podremos adentrarnos en lo que Homans llamó el sistema interno. Para lograr esto, hay que tener en cuenta los mismos elementos antes mencionados, pero en un orden distinto; es decir, interacción, sentimiento y actividad. Cuando lleguemos a este punto, es importante tener presente que estos elementos se elaboran de una forma particular, que generan una realimentación del sistema externo y reaccionan sobre éste, lo que permite el desarrollo y evolución del sistema social del grupo familiar; es decir que generalmente los hijos heredan ciertos elementos históricos, culturales, sociales, educativos, económicos, entre otros; de sus padres, pero a partir de la constante interacción de estos con el sistema social más amplio, se ven de y re-construidos para ser desarrollados y adaptados a las nuevas realidades sociales a las que estos se enfrentarán, por lo que es posible que se mantenga el permanente movimiento de la sociedad y por ende, de los grupos familiares que pertenecen a ellos.
A diferencia del sistema externo, para el interno hay que considerar las dependencias mutuas entre interacción-sentimiento, sentimiento-actividad y actividad-interacción. Pero no solo del grupo familiar en su conjunto, sino las que se dan en y entre los distintos subgrupos, de ahí que hay que tener en cuenta las formas que toman estas dependencias entre esposos, hermanos-primos, padre-hijos, abuelos-nietos, suegros-yernos, para a partir de ahí poder comprender la estructura y dinámica psicoafectiva al interior del grupo, lo que tomado en conjunto con el ambiente y el sistema externo, nos permitirá tener una amplia y profunda mirada del desarrollo de los grupos familiares.

  1. Primer Caso: “Estar Juntos” y “Estar aparte” en San José Aztatla1
Para el presente apartado, presentaremos el caso de una familia que habita en un contexto semi-rural, en una comunidad taxcalqueña, esto con el objetivo de alejarnos de nuestra cotidianeidad, para poder mirar con mayor amplitud aquellos detalles de la sociodinamia de estos grupos familiares, para posteriormente intentar replicar este ejercicio con una familia de nuestro contexto.
En la medida de lo posible, intentaremos incluir elementos sociométricos, ya que el sistema de pensamiento socionómico es integral y como hemos mencionado en este trabajo y otros, nos parece un grave error fragmentarlo, aunque en ocasiones evitarlo no sea posible por las características y objetivos de los estudios.

  1. La vida cotidiana y las celebraciones.
En este apartado presentaremos una síntesis del ciclo de la vida y los ritos sociales de los habitantes de Aztatla, ya que esto constituye uno de los factores principales en su sentido de la vida y del cosmos, ya que toda actividad se realiza en función de otros, por lo que cada cosa que se hace, activa una importante red de relaciones que se van actualizando y renovando a partir de cada uno de los compromisos que se establecen.
El ciclo de vida de las personas se encuentra enlazado con el del resto de los que pertenecen al grupo familiar, así como el de las familias se enlazan al de otras y toda la comunidad, de ahí por ejemplo que se mencione que los niños “no nomás están”, sino que “son crecidos” tanto por sus padres, familiares y el resto de la comunidad. Pero “ser crecido” no es gratuito, ya que los padres esperan que los hijos “los vean” cuando sean viejos. Éstos son alimentados y vestidos aunque por un corto tiempo, ya que en un breve lapso deben comenzar a ayudar a sus padres en sus actividades.
Las fiestas son un elemento central en la vida del pueblo, por lo que hay una cantidad importante de festividades, en las que deben estar presentes “los padrinos”. Cuando se establece una relación de padrinato, ésta trasciende la que se establece entre este y el ahijado, más bien se da entre familias que se hacen “compadres” para toda la vida, de ahí que ambas familias mantendrán relaciones estrechas. La elección del padrino obedece más a factores télicos y de afinidad que económicos.
El hecho de ser elegido como padrino es un gran honor para la gente de Aztatla, y negarse solo es posible si ya se tiene un compromiso previo, ya que de lo contrario se estaría “despreciando” a la familia, situación que no solo generaría tensión entre los que lo invitaron, sino que entre el resto del pueblo, por lo que se les dejaría de invitar con el consecuente deterioro de sus relaciones sociales.
Uno de los momentos más importantes en la vida de los aztatleños es el bautizo, en donde los padrinos son muy importantes, ya que este compromiso les obliga a ver por el niño como si fuera su propio hijo y se les debe mucho respeto.
En la actualidad, los hijos jóvenes tienen mucha libertad para salir con amigos y tener novio, los noviazgos pueden durar entre uno y tres o cuatro años, hasta que la pareja de casa o “se juntan”, hecho que es muy común, generalmente con el “rapto de la novia”, siendo esto más un acto espontáneo decidido por la pareja, donde el novio le pregunta a ella si se quiere quedar a vivir con él, y si la novia acepta, se escapan, no regresando ella a su casa. A la mañana siguiente tanto el novio, sus padres o un representante van a casa de la novia a avisar, llevando regalos de pan y fruta. Normalmente, los padres de ella se muestran molestos pero lo aceptan, ya que eso en principio les quita del compromiso de hacer la boda, misma que puede realizarse uno o varios años después del rapto.
A partir de que un hombre se junta, es “jefe de familia” y “tiene responsabilidad”, por lo que debe colaborar con sus cuotas comunitarias y hacer cargos tanto civiles como religiosos.
Cuando se va a realizar una celebración y se invita a las velaciones (“pedir padrinos”) se entiende implícitamente que se les está invitando a cooperar en los arreglos de la fiesta. Las bodas son unas de las fiestas más grandes que se realizan en el pueblo, ya que dicha celebración dura dos días, uno en casa de la novia y otra en la del novio. Los padrinos más importantes son los de velación, ya que son como los segundos padres de los novios, siendo éstos los responsables de guiarlos y acompañarlos mientras sigan vivos en su vida matrimonial.
La residencia de los recién casados generalmente es virilocal, salvo que la mujer no tenga hermanos varones que vean por sus padres, situación que resulta incómoda para el marido. Los matrimonios comienzan siempre dentro de un grupo extenso. Después de algunos años, la pareja ya con hijos, establece una residencia neolocal, en un terreno que en la mayoría de los casos es heredado por el padre y que no se aleja mucho de la casa de éste, exceptuando al más chico -el xocoyote- quien se queda a cuidar a los padres en su vejez y hereda la casa de éstos.

    1. La Familia.
En este apartado, presentaremos de manera general la concepción que tienen de familia los aztatleños, en la que para ellos tiene significados muy amplios, ya que como menciona Ragher, no siempre se refiere a personas con vínculos de parentesco sanguíneos o políticos, siendo que más bien se emplea según el contexto, por lo que puede referirse a la familia nuclear, extensa, los que cohabitan un mismo inmueble o que viven separados. Las distinciones que se hacen entre su familia y sus familiares, va más en función de la cercanía afectiva que se tiene y no en los vínculos sanguíneos. De ahí que la actividades e interacciones no se realizan en función del parentesco, sino entre los que se consideran “familia”.
La herencia normalmente la reparten los padres en vida, siendo la parte más importante de esta la tierra, tanto en el pueblo como en el monte. El momento de la herencia varía entre una familia y otra, y pareciera que depende de los arreglos que se tengan, ya que algunos padres dan el terreno a sus hijos cuando se casan para que cultiven su propio maíz, mientras que otros padres e hijos “cultivan juntos”, o los padres cultivan mientras que los hijos dan dinero de sus salarios en las fábricas y talleres.
Un elemento muy importante dentro de la dinámica familiar de los aztatleños, se refiere a la “ayuda” y el hacer “favores”, ya que estos dos elementos regulan y ordenan las actividades e interacciones tanto al interior de los grupos familiares como de las redes sociales. La realización de los favores es una expresión del afecto positivo que se tienen las personas, es decir que cuando alguien quiere a otro, lo ayuda y le hace favores.
Así, los hijos “ayudan” a sus padres con dinero para la siembra y cosecha del maíz, los padres “ayudan” a sus hijos a hacer su casa, los miembros del grupo familiar se “entreayudan” a hacer los cargos y cooperan entre todos para los gastos cotidianos, van a hacer “favores” a parientes por los que tiene afecto en el arreglo de su casa para alguna celebración o un cargo de la iglesia. Este elemento es muy importante para nosotros, ya que será a partir de él como tendremos una base para analizar la sociodinamia del grupo familiar en este apartado, debido a que los dos conceptos implican que se realiza una actividad que forzosamente implica interacciones y llevan afecto implícitamente.
Un elemento que vale la pena resaltar es el que se refiere a la bidireccionalidad de la ayuda y las acciones, especialmente al interior del grupo familiar, ya que toda acción de “ayuda” implica que el otro emitirá una similar, es decir “…me dan algo de dinero y yo les doy de comer.” (Informante de Gaher), de ahí que como menciona la autora, los hijos deben trabajar para ganarse la ayuda de los padres y viceversa. De igual manera, se da en los “favores” que se hacen entre parientes, compadres y amigos, ya que si alguien va a ayudar con las implicaciones de aportar actividades, dinero y animales o comida, está garantizando que cuando tenga sus propias fiestas éste recibirá si no lo mismo, algo similar, o como lo menciona Strathern (1988, en Ragher 2005), viven implicados en una economía de “dones”.
Por otro lado, nos parece importante destacar la concepción de “Ser Humano” que tienen los aztalteños, ya que se perciben como “seres incompletos”, que son intrínsecamente sociales y que para poder completarse dependen de la “ayuda” de los otros, de ahí que esta sea un concepto además de práctico, también moral. Es por eso que se considera que alguien “está abriendo los ojos” o “se da cuenta” cuando toma consciencia de la implícita necesidad que tiene de los otros para poder sobrevivir e irse completando.
En Aztatla, a diferencia de un contexto urbano occidental, las personas no se definen ni se identifican como individuos y sus cualidades, sino por los roles que desempeñan, de ahí que solo es considerado un “hombre” aquel que es “jefe de familia” y tiene responsabilidad; así que una persona es “hijo/hija”, “esposo/esposa”, “padre/madre”, “compadre/comadre”, entre otros. Es decir que se definen por los roles que desempeñan tanto en el orden de la dinámica del grupo familiar como de la comunidad, de ahí que un hombre o mujer que no se ha casado sin importar su edad, no deja de ser hijo/a, y no puede ser responsable ni es reconocido como adulto en el pueblo, de ahí que Ragher mencione que encontró “jefes de familia” de 17 años, mientras que había “hijos” de 50.
Finalmente “estar juntos” y “estar aparte” son conceptos que se definen a partir de las actividades e interacciones que realizan los miembros de las familias en conjunto o por separado, de ahí que “estar juntos” signifique cooperar y compartir (actividades, interacciones y afecto), mientras que “estar aparte” implica fundamentalmente que cada quién hace lo suyo aunque cohabiten el mismo inmueble. Estas dos categorías no son excluyentes, ya que como menciona la autora, “estar juntos” contiene implícitamente que se van a “apartar”, y viceversa, de ahí que estos arreglos obedezcan principalmente a una lógica un tanto pragmática y télica2. Es por eso que cuando padres e hijos “se apartan”, dejan de comer juntos, no comparten el maíz, cada esposa (suegra y nuera) tiene sus propios utensilios de cocina; aunque también puede haber padres e hijos que no cohabitan que “están juntos” en la siembra del maíz, y comparten los recursos para la siembra y los gastos cotidianos.

    1. La familia G
Este grupo familiar muestra con mucha claridad lo que significa “estar juntos”, ya que tanto los hijos solteros como el casado y los padres “trabajan juntos” lo que les ha permitido desarrollar una infraestructura y poder optimizar de manera notoria los recursos económicos sin ser una familia que se dedique a los textiles.
La figura 1 muestra el genograma de la familia, en el que se puede observar que el matrimonio tuvo 7 hijos habiendo fallecido 3, la hija1, el hijo2 y la hija3. La segunda hija que es la mayor viva, está casada y vive “aparte” con su esposo y sus dos hijos (nieto1 y nieto2), mientras que cohabitan el esposo, la esposa, el hijo1 con su esposa (nuera), el hijo3 y el hijo43. La esposa quien es la informante, menciona que ella, su esposo y sus hijos “están juntos”.

Figura 1. Genograma de la familia G

    1. Ambiente y contexto particular de la Familia G:
La familia vive en una casa amplia de dos niveles, al momento del estudio, el segundo nivel se encontraba todavía en construcción. “…En el primer nivel hay tres cuartos grandes: un cuarto es el dormitorio del [HIJO1] casado y la [NUERA], un cuarto el dormitorio de los dos hijos solteros [(HIJO3 e HIJO4)] y otro cuarto de unos 10 metros de largo es la sala. Formando parte de la misma construcción, detrás de la sala, se encuentra el baño con regadera de agua caliente. El cuarto que ahora es la sala, tiene unos 15 años, los otros dos cuartos los construyeron hace 4 años. El segundo nivel, de seis cuartos, todavía estaba en construcción a finales del 2002. El techo y las paredes ya estaban levantados, pero faltaban las ventanas, puertas y las terminaciones. Aparte hay una construcción, la más antigua, donde se encuentra la cocina junto con un cuarto, donde duermen [ESPOSA] y su [ESPOSO]. En la cocina hay una estufa y una mesa con sillas, donde comen. En el patio detrás de la casa, [ESPOSA] tiene su cocina de humo, de zacate y techo de lámina” (Ragher 2005).
ESPOSA nunca aprendió a tejer, aunque desde que tenía 15 años (1964) comenzó a trabajar realizando distintas actividades con relación a la producción textil, principalmente realizando canillas y recibiendo 10 centavos por kilo de hilo. Posteriormente consiguió un trabajo similar en el pueblo, mismo que podía realizar en su casa, lo que le era muy conveniente ya que podía ayudar a su mamá e ir sacando el trabajo.
A los 25 años (1974) se casó, y “juntos” eran contratados en la siembra y cosecha de maíz y trigo, recibiendo una parte proporcional de las ganancias de la cosecha. También “leñaban” en principio ellos dos, y posteriormente cuando sus hijos estaban pequeños, la acompañaban al monte y la ayudaban. Hace 15 años (1987) dejaron de “leñar” mientras que el “ESPOSO” aprendió albañilería y comenzó a dedicarse a su oficio, siguiendo trabajando contratados en el campo para otros cuando no había obra.
En 1993, compraron 3 telares y comenzaron a trabajarlos, ESPOSA compraba los materiales, hacía las canillas y entregaba al intermediario, mientras que los hijos tejían y esporádicamente el esposo. Dejaron de hacerlo hace 4 años (1998) porque el intermediario no les pagaba toda la producción a tiempo, y no tenían dinero para la compra de material.
En 2001, la ESPOSA y la NUERA empuntaban cobijas para un taller, recibiendo ayuda de la HIJA2 quien trabajaba en su casa y en ocasiones del HIJO4, dejándolo a finales del 2002 por recomendación del HIJO1 con la justificación de que ya no lo necesitaban.
La ESPOSA y la NUERA están “siempre juntas”, realizan los quehaceres, las compras y cocinan, platican y se ríen mucho. La ESPOSA y el ESPOSO cultivan el maíz y las hortalizas tanto en el terreno que tienen en su casa como en el “monte”, recibiendo ayuda ocasional de los HIJOS. Generalmente, cosechan mucho más de lo que consumen, anteriormente lo vendían, pero al momento del estudio y dados los bajos precios que les pagaban por el maíz, preferían invertirlo en la cría de marranos.
El ESPOSO trabaja como albañil en distintos pueblos a la redonda, el HIJO1 trabaja como obrero en una fábrica, el HIJO3, en otra, el HIJO4 estaba comenzando a trabajar como ayudante en un taller textil, mientras que antes ayudaba al ESPOSO en la albañilería.
Aunque “están juntos” para la vida, cada quien administra su dinero aportando lo que se requiere para los gastos de alimentación. En el 2003, el HIJO1 y la NUERA se casaron (aunque ya vivían juntos desde antes), habiendo realizado una “boda grande” con más de 500 asistentes. Para la realización de ésta, “todos” estuvieron juntos, cada quién cooperó con algo, incluso el xocoyote compró los vasos, cubiertos, servilletas y el arroz.
Después de la boda, el HIJO 1 dice que no se va “a apartar”, que se va a quedar a “ayudar” a casar al resto de los HIJOS como le ayudaron a él. Ya que solo será posible que ellos también tengan bodas grandes si se “ayudan juntos”; y si se aparta, “nos va a dar pena pedirle ayuda” (ESPOSA).
Un elemento muy importante es que mientras estaban los preparativos de la boda (2002), también estaban terminando la construcción del segundo nivel de su casa, a lo que la ESPOSA decía “…¿Dónde es que hay boda y todavía construyen? No, otros trabajan [solo] para la boda." Los HIJOS mayores (1 y 3) compraban materiales para la construcción, mientras que el ESPOSO les “ayuda” con la construcción, trabajando él y en ocasiones contratando albañiles, a lo que ella refiere “…Aquí, así nosotros trabajamos juntos, no de que no, cada quién su cuarto” (ESPOSA).
La figura 2 muestra el sociograma realizado con base en el criterio de “ayuda” que se dan los miembros de la familia, los datos se extrajeron con base en los informes de la ESPOSA. Los círculos azules representan a los hombres, mientras que los rojos a las mujeres. Las líneas representan la ayuda brindada, el grosor la cantidad de ayuda y el color la frecuencia de la ayuda, lo que significa que a más gruesa la línea, mayor ayuda se brindan, y a más oscura, con mayor frecuencia.
Podemos observar que es la “ESPOSA” la que mayor ayuda recibe, ésta es más intensa y más frecuente de la “NUERA”, siendo mutua, ya que como menciona Ragher, hacen “todo” juntas, refiriéndose a los quehaceres, compras y cocinar. Por otro lado, observamos que otra línea gruesa y oscura es la que se da entre “ESPOSO” y “ESPOSA” y que aunque es más delgada que la anterior, es sumamente fuerte, debido a que él entrega su dinero, ella se encarga de los quehaceres y necesidades de ropa, alimenticias, etc. además de que siembran juntos, tanto en el terreno del “monte” como de la casa. De igual manera, la ayuda entre los “HIJOS 1 y 3” a la “ESPOSA”, ya que ellos entregan parte de su sueldo para el gasto, y ella prepara los alimentos, por lo que aunque la ayuda se percibe equitativa, la frecuencia de ésta es menor. De igual manera, entre el “ESPOSO” y los anteriores, ya que ellos entregan dinero para la siembra del maíz, compran materiales o pagan detalles en la ampliación de la casa, mientras que él realiza la siembra, y pone la mano de obra.
Figura 2: Sociograma de “ayuda” de la familia G










En el caso del “HIJO4”, éste “apenas está abriendo los ojos”, ya que está comenzando a trabajar y “apenas está comenzando a ayudar”, así que recibe más ayuda de la que puede dar, especialmente por parte de la madre, quien todavía ve por sus necesidades, y “ayudó” al “HIJO1” con platos y vasos para la boda. Finalmente observamos que la “HIJA2” y el “YERNO” “están aparte” por lo que ni ofrecen ni reciben ninguna ayuda.
A partir de los datos anteriores, podemos observar tanto la estructura de parentesco como la sociométrica en función de la “ayuda”. Ahora, procederemos a realizar el análisis socionómico con base en los principios antes mencionados.
Retomando lo propuesto Moreno, observamos que la familia G tiene un adecuado desarrollo sociogenético para su contexto, ya que podemos observar en la figura 2 que los miembros del grupo familiar, especialmente los que cohabitan se encuentran unidos en estructuras triangulares, que a pesar de considerarse como estructuras sociométricas relativamente simples,4 en ellas se encuentran unidos “todos” los miembros del grupo5, la estructura de relaciones de “ayuda” se encuentra en función de la “ESPOSA” quien representa la estrella al ser ella el centro de todos los triángulos; lo anterior le da al grupo un importante nivel de cohesión. Podemos observar que al interior de éste hay dos parejas muy sólidas; “ESPOSA”-“ESPOSO” y “ESPOSA-“NUERA”, y cuatro triángulos; “ESPOSA”-“NUERA”-“HIJO1”, “ESPOSA”-“HIJO1”-“ESPOSO”, “ESPOSA”-“HIJO3”-“ESPOSO”, “ESPOSA”-“HIJO4”-“HIJO1”, que se encuentran conectados a partir de la “ESPOSA” que forma parte de todos.
Es un grupo con un alto nivel de desarrollo sociodinámico, ya que se encuentra altamente conectado con las redes de relación en el pueblo, y en general mantienen relaciones positivas, ya que la celebración del matrimonio del “HIJO1” fue una “boda grande”, del novio había 17 padrinos más los de velación; más los de la novia, y sin contar a los familiares de la “ESPOSA” (ya que ellos acudieron a “ayudar”) siendo que acudieron más de 500 personas, lo que equivaldría a cerca de la mitad de la población de Aztatla al momento del estudio.
Para el análisis de este grupo familiar desde una perspectiva interaccionista, tendremos que enfocarnos en la manera en que tas actividades, interacciones y sentimientos se organizan y articulan para conformar tanto el sistema externo como el interno.

5.1.5 El sistema externo:
5.1.5.1 Dependencia mutua de sentimiento y actividades
Recordemos que para la focalización del sistema externo, debemos responder a la pregunta ¿cómo sobrevivirá el grupo en su ambiente? teniendo muy claro que para que esto se dé, es necesario que existan motivos para la cooperación, un conjunto de actividades a realizar y un esquema de interacción entre los miembros (Homans 1971). Menciona Homans que para la conformación de grupos familiares, es posible que existan dos motivaciones básicas: el deseo sexual y la necesidad de cuidar a las crías. Pero también tenemos las necesidades de alimentación.
Hemos observado que dentro del contexto de San José Aztatla, se considera que las personas son intrínsecamente seres sociales que no pueden estar completos sin la “ayuda” de los otros, y que el “estar juntos” o “estar aparte” son elementos que determinan de forma sustancial la organización de los grupos familiares.
En el caso de la familia G, y con base en la contextualización que hemos realizado anteriormente, podemos observar en primera instancia que la pareja de “ESPOSOS” seguramente se formó por la certeza de la incompletud, a partir de una adecuada percepción télica entre ambos más allá del deseo sexual; esto en función de la eficacia que han logrado en el uso y generación de recursos “estando juntos”. Son una familia que se formó básicamente sin ningún elemento estructural, y que a partir de la cooperación (“ayuda”) entre sus miembros, han podido consolidarse, tanto a nivel material como social.
Ellos se tienen mucho cariño y lo demuestran “ayudándose” mutuamente, así los hombres trabajan (actividades) y demuestran que quieren a los miembros de la familia “ayudándola” (aportando los recursos que se requieren para la alimentación, adquisición de bienes materiales y para la ampliación de su casa); mientras que las mujeres “ayudan” (demuestran su cariño) al preparar los alimentos, invertir los recursos de la siembra para generar más recursos al criar marranos, realizando los quehaceres de limpieza de la habitación y la indumentaria de los miembros de la familia.
Esto es que los miembros de la familia realizan actividades que les permiten sobrevivir (ya sea trabajo asalariado como obreros o en labores de manutención de la casa y alimentación) pero que van cargadas de afecto positivo al brindar una parte importante a los otros miembros del grupo.

5.1.5.2 Dependencia mutua entre actividad e interacción:
En este punto debemos fijarnos en la forma y organización de las actividades, así como la manera en que éstas generan las interacciones entre los miembros del grupo. Según el análisis sociométrico y como ya se mencionó, podemos observar que quien se encuentra en el centro de la organización de la familia es la “ESPOSA”, ya que ella forma parte de todas las estructuras, y es quien coordina de manera importante las interacciones; ya que el “ESPOSO” le entrega a ella el dinero producto de su trabajo, a los “HIJOS” les indica la cantidad que deben aportar para el gasto cotidiano. Aunque mantiene una muy cercana relación con la “NUERA”, “ESPOSA” coordina las actividades domésticas que se van a realizar y en qué orden.
Cabe mencionar que desde nuestra perspectiva, un elemento muy importante para el funcionamiento dinámico de este grupo familiar es la mutua telé positiva entre las dos mujeres que forman parte de éste, ya que aunque Gaher menciona que la “NUERA” no asume una postura sumisa como la de otras que observó en el pueblo, más bien me parece que dada la afinidad entre ellas, la “ESPOSA” ha asumido un rol de “MADRE-MAESTRA” y la “NUERA” uno de “HIJA-APRENDIZ”, especialmente porque como ellos pretenden “estar juntos” muchos años y quienes van a heredar la casa paterna son los hijos mayores, por lo que al xocoyote contrariamente a la tradición, lo van a “ayudar” haciéndole su casa, pareciera que la “ESPOSA” entrena a la “NUERA” para que sea su sucesora, de ahí que “todas” (Gaher 2005) las actividades las realicen juntas por lo que las interacciones son altamente frecuentes.
Por otro lado, el “ESPOSO” interactúa de manera significativa con la “ESPOSA” al trabajar “juntos” en las labores agrícolas tanto en el “monte” como en la huerta de la casa. Así mismo, él (por el cariño que le tiene) entrega el producto (dinero) de su trabajo como albañil.
Los “HIJOS” “entregan” a la madre dinero para el gasto cotidiano, “compran” enseres para la casa, “ayudan” con lo necesario para la ampliación de ésta y en ocasiones, con las labores agrícolas especialmente con la cosecha del maíz en el “monte”.
Es así como podemos observar una clara división del trabajo, en la que los hombres generan los recursos necesarios para que las mujeres (principalmente la “ESPOSA”) los administren, mientras que ellas son las responsables de satisfacer las necesidades básicas de estos (alimentación, vestido, sexo, etc.), girando todas estas en torno a la coordinación de la “ESPOSA”.
Si realizamos el análisis de la estructura de autoridad, observamos que quien la centraliza es la “ESPOSA”, su lugarteniente es la “NUERA” y en un nivel jerárquico similar a aquellas está el “ESPOSO” quien debe tener un importante control en la conducta de los “HIJOS” 1 y 4 que son los que “ya abrieron los ojos”6, ya que el “HIJO4” se encuentra todavía como receptor casi exclusivo de “ayuda” por lo que se encuentra muy cercano a su madre.

    1. El sistema interno:
Recordemos que para el análisis del sistema interno, debemos considerar los tres elementos de la conducta mencionados anteriormente, tal y como se elaboran con base en las relaciones del sistema externo, reaccionando luego sobre éste.
De manera general, podemos observar que en San José Aztatla, existen varios conceptos que contribuyen para la elaboración y re-elaboración de las relaciones interpersonales; los “favores”, los “padrinos” y “estar juntos” o “aparte”.
Anteriormente hemos observado que el pueblo ha pasado de la “economía del monte”, a una “artesanal” y se encuentra en transición a una “industrial”, pero han mantenido de forma eficiente una dinámica tradicional heredada de los usos y costumbres de sus ancestros, en la que a pesar de los cambios en la economía, mantienen y actualizan sus sistemas de relaciones interpersonales y de responsabilidad con la comunidad y con aquellas personas y familias por las que se tiene aprecio; misma que obliga a una dinámica similar al interior de los grupos familiares.

5.1.6.1 Dependencia mutua entre interacción y sentimiento:
Homans mencionó que uno de los elementos fundamentales para observar el sistema interno en los grupos, es el que se refiere a aquellas interacciones que se dan entre los miembros y que exceden los requerimientos del sistema externo para la supervivencia.
Aunque no tenemos evidencia directa sobre el hecho, podemos inferir con base en lo escrito por Ragher, Homans, Firth, Malinowski, Esteinou y otros; sobre los grupos familiares que se estructuran con base en una dinámica agrícola en la que gran parte de la economía se fundamenta en el trabajo conjunto del grupo en una acción directa sobre el ambiente; que las relaciones entre los hermanos son libres donde ninguno de los hermanos ejerce algún tipo de autoridad sobre los otros, con algún nivel de excepción del hermano mayor que es quien heredará el estatus y poder del padre; pero mientras dicho momento no esté cercano, éste se mantiene como un igual con el resto.
En el caso de la familia G, aunque la madre es quien centraliza las interacciones y quien organiza las actividades, es el padre el que encarna la autoridad y la “Ley”, pudiendo observar esto en expresiones como: “su papá le va a regañar” (ESPOSA), lo que es comprensible, dado que la familia se encuentra en un proceso de desarrollo social y material en un contexto que puede resultar adverso y de incertidumbre, de ahí que se requiere una estructura de autoridad sólida que permita la cohesión del grupo para que pueda sobrevivir en un ambiente de este tipo. Homans menciona que este tipo de estructuras de autoridad se observan donde la supervivencia del grupo depende la cohesión, coordinación y cooperación estrecha de todos los miembros, como en los buques o las unidades militares, donde dadas las condiciones del ambiente, no es dable la democracia, por el nivel de responsabilidad que recae sobre el líder; contrariamente a los grupos de amigos que se reúnen de manera espontánea y para actividades recreativas, en los que se observa una estructura de autoridad que es mucho más relajada y democrática.
Dentro de los grupos familiares de Aztatla y especialmente dentro de la familia G, las relaciones entre los hermanos son del segundo tipo, y deben ser con un amplísimo contenido social, es decir que mientras se encuentran solteros, seguramente acudirán juntos a fiestas, juegos y otras actividades que no tengan que ver con las requeridas en el sistema externo; comenzando a disminuir éstas cuando alguno de ellos “tenga responsabilidad”, es decir que se case o se junte con alguna mujer, ya que eso implicaría un profundo cambio de rol dentro de la familia y la comunidad, ya que se debe comenzar a cooperar y a hacer cargos civiles y religiosos, lo que le impone más seriedad a la generación de recursos tanto para “ayudar” a la familia como a sus padrinos y amigos.
Además, habría que considerar si se mantienen “juntos” o “aparte”, ya que si es lo segundo, es muy probable que las interacciones entre hermanos disminuyan considerablemente, aunque aquellos se encontrarán tanto en reuniones familiares y sociales viéndose con mucho cariño. En el caso de la familia que estamos presentando, ellos “están juntos”, lo que implica una importante dosis de “ayuda” (cariño y cooperación) entre los hermanos.
Con relación a las hermanas, la situación cambia, ya que aunque durante la infancia seguramente interactuaron mucho con sus hermanos, también existe una separación que las limita, ya que a ellas se les está preparando para ser mujeres, especialmente cuando “ayudaban” a su madre en distintas actividades, al momento en que ellas comienzan a crecer y a estar disponibles para establecer una relación de pareja, es muy probable que las interacciones disminuyan, debido principalmente a que ellas se “apartarán” para vivir con su esposo, o como lo mencionaba Engels y Morgan, pasará a formar parte de la Gen (grupo familiar) del hombre con quien se unan. Ello se observa con la HIJA2, quien acude a visitar a su madre, pero no “ayudó” directamente en la boda del HIJO1. No así con las nueras, ya que ellas se integran a los grupos familiares de sus esposos, y si tienen una “buena” telé con su suegra, cuñadas y cuñados, es probable que se queden “juntos” durante un importante número de años, claro que siempre con una distancia con éstos especialmente por el “tabú” de ser la esposa/pareja del hermano, aunque si no fuera así, es muy probable que presionen a su esposo para “apartarse”.
Con relación a las interacciones y sentimientos entre padres-madres e hijos, existe una importante continuidad de interacciones entre ambos en el sistema externo, especialmente entre la madre y los hijos, lo que implícitamente genera afecto entre ellos, pero también una importante dosis de ambivalencia, ya que regularmente los padres dirigen la conducta de los hijos (dan órdenes), o en un lenguaje más técnico, “inician interacciones”; lo que por lo regular generará cierto nivel de sentimientos displacenteros en los hijos, situación que se mantiene en cierta medida cuando éstos son adultos si “están juntos”, como es el caso de la familia G. A diferencia de las relaciones que se establecen con los hermanos, éstas estarán cargadas de respeto, serán formales y generalmente restringidas a las demandas del sistema externo. Esto se extiende a la pareja/esposa de los hijos ya que como lo mencionó Ragher, las nueras generalmente tienen una actitud sumisa, no hablan delante de la suegra, e incluso se retiran cuando llegan visitas. No así con la familia G, donde se observa que entre la ESPOSA y la NUERA “existe mucho cariño”, y “hacen todo juntas”, donde la segunda no presenta la actitud ni el comportamiento usual de las nueras en el pueblo, esto como lo mencionamos anteriormente, nos parece que se refiere a la telé positiva entre ambas, y aquélla la ve más como una hija-sucesora, ya que ella junto con los hijos mayores (HIJO1 e HIJO3) se quedarán en la casa.
Habría que ver si la esposa del HIJO3 tiene una telé positiva con ambas, así como si está dispuesta a subordinarse a la autoridad de la NUERA, ya que de lo contrario, será muy probable que presione de manera importante para que ella y el HIJO3 “se aparten”, situación que generaría una ruptura al interior de la estructura y dinámica del grupo familiar. Cabe hacer notar que esto es mera especulación, pero señala un factor que hay que considerar.
En general y por lo relatado por Gaher7, las relaciones con los de las generaciones superiores es muy similar a la que se establece con los padres, en el sentido de la formalidad y el distanciamiento afectivo, estableciéndose en forma de “ayuda” en acontecimientos importantes, y solo para mantener la reciprocidad de los vínculos; pero no así con los padrinos ya que con ellos la situación es distinta, pero esto lo abordaré más adelante.
Un elemento que hay que considerar en los grupos familiares a diferencia de otro tipo de grupos, es el de las relaciones triangulares. Este tema fue reconocido por Freud8 (1905, 1908, 1913) desde hace mucho tiempo, especialmente en lo que se refiere a la construcción de la personalidad, la identidad de género y la elección de objetos sexuales. Munné (1995) señala que el tamaño mínimo de un grupo es de tres, dado que a partir de ese número es que se pueden observar los fenómenos grupales tales como las alianzas; agrega que por lo tanto.
Por su parte, Moreno reconoce la presencia de relaciones triangulares como indicativas de un cierto nivel de desarrollo al interior de los grupos, ya que éstas hablan de una mayor presencia de telé al existir la intención en la elección de los sujetos con los que se interactúa. En sus investigaciones (ya citadas) observa que en los grupos de infantes y enfermos mentales, las relaciones son primordialmente de parejas y con una fuerte presencia del azar.
Por su parte, Homans (1971) aclara que en un sistema de relaciones complejo como son los grupales y especialmente al interior de los grupos familiares, “la relación entre dos personas, A y B, está determinada en parte por las relaciones entre A y una tercera persona, C, y entre B y C.” y agrega, que en este caso particular, resultaría imposible separar el estudio de los lazos de parentesco, sin incluir los otros pertenecientes al mismo sistema, ya estos se constituyen como un sistema de fuerzas que proporciona una importante y al mismo tiempo delicada dosis de equilibro en las relaciones, de ahí que si una es perturbada, las demás deberán adaptarse a una nueva dinámica.
En el caso de la familia G, y si regresamos a la figura 2, podremos observar que todas la relaciones entre las personas que cohabitan son triangulares. Es muy probable que esto se deba a que la manera de organización de las actividades y a quienes dirigen la conducta de los otros, además de aquellos factores inconscientes de atracción sexual que Freud ha mencionado.
Por otro lado, pareciera que el establecimiento de relaciones triangulares, pretende el mantenimiento de la conexión afectiva con la generación superior, ya que como el padre es quien tiene autoridad directa sobre los hijos varones, el vínculo con la madre permite suavizar las posibles tensiones que pudieran generarse.
Un triángulo que llama la atención, es el que se da entre ESPOSA, NUERA E HIJO1; ya que debido a que tanto la ESPOSA como el HIJO1 generan interacciones hacia la nuera, es muy probable que esta relación sea un foco de tensión y/o conflicto; a menos que el HIJO1 ceda la autoridad a su madre con tal de que entrene a su lugarteniente para cuando acceda a la dirección del grupo. También es posible observar que la HIJA2 no sostiene ninguna relación ni bidireccional, ni triangular con los miembros del grupo, por lo menos con el criterio de “ayuda”.
5.1.6.1.1 Los padrinos:
Gaher no nos brinda información sobre las relaciones de compadrazgo que tiene la familia G, salvo una breve mención en torno a la boda del HIJO1, pero nos parece que es un rubro que no debe dejarse de lado dada su importancia para el tema que nos compete.
Como mencionamos anteriormente, para los aztatleños, los padrinos son sumamente importantes, especialmente los de bautizo y velación en la boda, ya que es en la relación entre padrino/madrina y ahijado/ahijada que los jóvenes encuentran una guía y apoyo emocional para los problemas de la vida que puedan presentarse, especialmente las crisis, ya que cuando un padrino es elegido, adquiere “responsabilidad”, o como lo menciona Geher sobre los padrinos de bautizo: “el padrino debe ver por el niño como si fuera su hijo propio. En caso de que el niño tenga algún problema o enfermedad, el padrino […] debe ayudar y apoya”. Mientras que los padrinos de velación “son como los segundos padres de los novios […] deben ayudar y aconsejar a sus ahijados. Si en determinado momento la pareja tiene problemas los padrinos de velación deben verlos, intervenir y apoyarlos.”
Este tipo de relaciones se vuelven posibles y necesarias a partir de que la familia aztatleña es una unidad económica, donde los padres son los jefes, lo que como ya mencionamos, genera ciertos niveles de ambivalencia y tensión en la relación, así que las relaciones que se establecen con los padrinos, es una parte fundamental del sistema de relaciones interpersonales en San José Aztatla. Esto es debido a que la relación entre los padres e hijos es de respeto y admiración, antes que de afecto íntimo, especialmente las que se dan entre los del mismo sexo, ya que sus interacciones principales son de trabajo y en el sistema externo. De ahí que sea necesaria para los jóvenes una relación con un miembro de la generación anterior libre de autoridad, para que mantenga la trasmisión de la cultura y se prepare el remplazo generacional; de ahí que los padres tendrán sus propios ahijados, con los que establecerán estas relaciones más cercanas y afectivas. Situación que es consistente con lo propuesto por Homans (1971).

5.1.6.2 Dependencia mutua entre sentimiento y actividad, de actividad e interacción:
Este es un rubro que resulta sumamente interesante, ya que se enfocará en aquellas actividades que se realizan en el sistema interno, y la relación que tienen estas en los sentimientos de los miembros del grupo familiar, especialmente lo que los psicólogos llamamos estados afectivos, que cuando se expresan en función o con relación a otro, constituyen una fuerza que impulsa las actividades del receptor, las que a su vez, generan nuevos estados afectivos en el primero, lo que como mencionarían los conductistas, refuerza la conducta.
Menciona Homans que muchas cosas pueden considerarse como actividad, siendo gestos, cambios en la entonación de la voz, caricias, hacer algún regalo, realizar algún trabajo particular, entre otros. Una característica de éstas es que van mucho más allá de las proporciones requeridas en el sistema externo y conducirán a nuevas interacciones entre los implicados.
En general, en Aztatla y en nuestra familia G, un elemento fundamental para acceder a la relación entre sentimientos y actividad, es la “ayuda”, ya que como menciona Gaher, y a partir de la concepción ontológica de los aztatleños, este concepto es fundamental para el mantenimiento y desarrollo de las relaciones interpersonales en el pueblo; y tiene según la concepción de los habitantes una diferencia muy clara con el trabajo aunque ambos pueden implicar un esfuerzo físico y llevan implícito el económico.
De ahí que el trabajo signifique que “de que tengamos dinero, porque si no trabajamos no tenemos dinero, para que tengamos para comer, para vestir”, siendo que trabajar significa cobrar, mientras que “ayudar” “no es cobrar”.
Cabe aclarar que la diferencia principal no es en tipo de actividades sino en el sentido de éstas; o para encuadrarlo dentro de nuestro sistema conceptual, el “trabajo” son todas aquellas actividades que se realizan en el sistema externo, mientras que “ayuda” las que se realizan en el interno, de ahí que una persona puede sembrar y cosechar maíz, o cocinar, lavar trastes o ropa, y simplemente darlas (“ayudar”) a un pariente, amigo o familiar, o cobrar por ellas ya sea dinero o en especie, que significa “trabajar”.
En el caso de la familia G, la “ayuda” ha sido un factor fundamental para el desarrollo del grupo, además de que va plena y profundamente cargado de afecto y cariño, ya que como menciona la ESPOSA ellos se “ayudan” mucho, ya sea guardándole el dinero a los hijos, o ellos aportando para la construcción de la casa, o el ESPOSO con mano de obra o contratando otros albañiles, colaborando para la boda del HERMANO1, etc.
Un elemento que me llama la atención y que demuestra que tanto Aztatla como la familia G se encuentran en transición de una economía rural/artesanal, de dones; a una urbana, es la simbolización de la ayuda, ya que de ser explícita y literal, se ha ido sofisticando y volviendo más simbólica. Por ejemplo, la ESPOSA menciona que los hijos “ayudan” dando dinero para la siembra del maíz o la ampliación de la casa, ya que como trabajan en fábricas (han dejado de ser artesanos) no están obligados a implicar actividad física.
La familia G menciona Ragher, es una de las pocas que tienen un poder adquisitivo superior al promedio de los habitantes del pueblo, esto sin ser intermediarios de textiles como la mayoría de los que están en su posición, aclarando la ESPOSA que esto es posible porque “están juntos” y se “ayudan”, ya que “de que están juntos se hace todo, solitos no se hace nada.”; y además se quieren mucho "Lo veo, mis hijos nos quieren. Ya tenemos buenas cosas, todo. Otros trabajan diez años en fábrica y no tienen. Hartos dicen 'ustedes tienen dinero', me encabrona, pues trabajamos, por eso tenemos." (ESPOSA).

5.1.6.2.1 Las normas y el rango social:
Las normas poseen una importancia vital para la existencia del grupo, ya que constituyen tanto los principales reguladores de la conducta, como los modelos que se deben seguir para ser un digno integrante del grupo. Menciona Homans que toda norma tiene un fundamento en la costumbre y aquello que se ha comprobado que es “bueno y funciona”. De ahí que una norma establece lo que se espera que haga una persona o un subgrupo, existiendo una íntima relación entre el comportamiento y la regulación de las normas, con el sentido de proteger al grupo, de ahí que apartarse de éstas, acarrearía alguna especie de castigo que iría en detrimento del estatus de la persona o el subgrupo particular.
Siguiendo a Homans, podemos mencionar que existe una estrecha conexión entre normas sociales y rango social, por lo que aquellas personas que más se acerquen a la realización de las normas, poseerán un rango social más elevado y viceversa.
En Aztatla, el rango social se encuentra profundamente ligado al desempeño de cargos y a la ayuda que se recibe. Dentro del pueblo, cuando una pareja se junta o se casa, “tiene responsabilidad”, lo que implica que “tiene la obligación” de pagar sus cuotas, hacer cargos para el pueblo o la iglesia, incluso la “faena”.
Los cargos civiles, son aquellos que tienen que ver con la administración y funcionamiento del pueblo, ya sea la policía municipal, la administración de los pozos de agua, el fiscal general y presidente municipal auxiliar, que es el cargo civil más alto y el único que tiene un pago. Todos los candidatos para los cargos civiles son propuestos por los representantes de las cuadras, y se eligen por voto directo en una asamblea del pueblo que dura todo el día y ésta se desarrolla con base en los usos y costumbres.
Para ser propuesto para ser presidente auxiliar9 “la gente se fija en la conducta de la persona, si es participativa, si ha hecho cargos, si ha cooperado para la comunidad, si está dispuesto a trabajar y si le gusta el progreso” (Presidente auxiliar al momento del estudio). El desempeño de este y cualquier otro cargo, no solo es un símbolo del rango social que se ha ido ganando al interior de la comunidad, sino que también implica “sufrir” (informante), ya que las personas empeñan mucho tiempo y se encuentran expuestos a las críticas del pueblo.
Para que las personas puedan “hablar” (tener voz y voto) durante las asambleas, deben haber desempeñado al menos algún cargo, mientras que el acceso a cargos más importantes depende de cómo la persona ha desempeñado cargos menores. De ahí que los más jóvenes comiencen con cargos de secretarios o policías y si se desempeñan con base en lo que se espera del rol, serán considerados para otros.
Los cargos religiosos a diferencia que los civiles, más que tiempo implican un gasto económico. En general, el desempeño de mayordomías implica la ganancia de “respeto”. Los cargos de la iglesia, aunque se asignan al “jefe de familia”, implican a todos los que habitan la casa de éste, y para la elección, la asamblea considera a aquellos que “tienen” la capacidad económica. Entonces, los recién casados o juntados, más bien “ayudan” a sus padres o hermanos con los que “están juntos”, van aprendiendo y la gente del pueblo los va mirando. Este tipo de cargos aunque implican un importante incremento del rango social de la persona y su familia, son también un importante instrumento de control social, ya que aquellos que rechazan el cargo o no lo “hacen bien”, son fuertemente criticados y señalados y es poco probable que se les vuelva a “pedir” que hagan otros cargos, lo que implicaría una disminución en el prestigio social.
Generalmente, cuando alguna persona no cuenta con los recursos económicos para hacer una mayordomía, la rechaza, pero inmediatamente se propone para hacer un cargo civil, que generalmente es equitativo en importancia y dificultad al religioso.
El desempeño “adecuado” de los cargos, impacta directamente en el prestigio de los grupos familiares que se ve reflejado en las invitaciones para ser padrinos, las personas que quieren ser sus apadrinarlos (pues son importantes) y la ayuda que reciben cuando tienen bautizos o bodas, de ahí que entre mejor cumplimiento de las normas de la comunidad, mayor rango social lo que implicaría una más amplia red social y de apoyo.
En el caso de la familia G, por “estar juntos”, han podido desempeñar un importante número de cargos civiles y religiosos gracias a que “juntos” se “han ayudado”, lo que ha redundado en que tengan un alto prestigio, de ahí que cuando fue la boda del HIJO1, “tuvieron una boda grande” con más de 500 invitados, más de 30 padrinos, ya que 17 fueron solo del novio más los de velación, y recibieron mucha “ayuda” para la organización de la fiesta en su casa. Esto implicó que aunque la organización y festejo del casamiento requirieron una importante inversión de recursos, para ellos no lo fue, ya que tanto los padrinos como los ayudantes aportan en efectivo y en especie.
Al interior de los grupos familiares menciona Gaher, que nada está dado, sino que todas las cosas que se proporcionan a los demás, son para comprometer su ayuda, de ahí que cuando los padres “crecen a sus hijos” están esperando que estos los “ayuden” conforme van creciendo y viceversa, ya que conforme estos van “abriendo los ojos” y “sufriendo” (ayudando a sus padres), se van ganando el derecho de la herencia, ya sea que los padres les “ayuden a hacer su casita” o que les dejen su propia casa como agradecimiento por haberlos cuidado durante la vejez, como es el caso del xocoyote.
Al interior de la familia G, existen dos normas fundamentales que tienen una relación directa con el rango al interior de ésta, que son: “estar juntos” y “ayudar”. La primera se exige a todos aquellos que habitan en la casa paterna, para que proporcionen tanto actividades, insumos como dinero en efectivo para que el grupo se desarrolle; de ahí que la HIJA2 esté exenta de esto, ya que ella ahora pertenece al grupo de su esposo. Es por esto que en concordancia con las normas comunitarias, que los HIJOS1 y 3 tienen un mayor rango social que el HIJO4, ya que éste como está comenzando a trabajar en un taller textil, “apenas está abriendo los ojos” y no ha “sufrido” (implicado su esfuerzo para la familia), por lo que los hermanos mayores tienen un rango social más elevado y heredarán la casa paterna, mientras que a éste “lo ayudarán haciéndole su casa”.

      1. Reacción del sistema interno sobre el externo:
A lo largo del presente capítulo, hemos observado que tanto a nivel comunitario en San José Aztatla en general, como la familia G, han desarrollado ciertas características que les han permitido sobrevivir en su ambiente, particularmente en lo que se refiere a la división del trabajo y la cadena de mando que con la que se coordinan las actividades.
En el caso de la familia G, que es en la que se enfoca esta parte de nuestro estudio, hemos podido observar que han podido desarrollar una moral, liderazgo y disciplina particulares, que además de permitirles sobrevivir “muy” eficientemente en el ambiente, les han permitido un desarrollo y movilidad sociales que resultan evidentes entre las familias del pueblo, especialmente al no dedicarse a la intermediación de textiles.
La “moral” del grupo familiar, no es distinta de la del resto de la comunidad, ya que ellos “están juntos”, se “ayudan” y la herencia la recibirán quienes más hayan ayudado a los padres, siendo en este punto donde este grupo en particular ha adaptado las normas a sus propias necesidades, ya que en lugar de heredar la familia al hijo menor, lo harán a los mayores, ya que “ellos han sufrido”. Mantienen una importante disciplina que se ha ido conformando con el tiempo, especialmente en lo que se refiere a la administración de los recursos económicos, ya que como menciona la ESPOSA, cuando los hijos mayores comenzaban a trabajar, le entregaban su dinero a ella para que lo guardara; conforme se fue instaurando la disciplina del ahorro y aportación al grupo, ella dejó de concentrar los recursos, permitiendo que cada uno lo hiciera, pero solicitándoles lo necesario para la sobrevivencia de este. Además es muy evidente el claro liderazgo que ella posee y ejerce, ya que sociometricamente, se encuentra en el centro de todas las relaciones e interacciones, de ahí que nada pase al interior del grupo sin que sea filtrado por ella.
En Aztatla, un elemento muy importante para el mantenimiento y reelaboración de los vínculos sociocomunitarios, es la “ayuda” que se da entre los miembros y familiares extensos en las tareas y festividades importantes, ya que estas además de implicar el esfuerzo físico, demandan la aportación tanto en especie como en dinero en efectivo. Esto resulta un importante motivador para los miembros del pueblo y los grupos familiares amplios, a trabajar y actuar de manera más intensa sobre el ambiente a partir del sistema externo. Por ejemplo, observamos que en la familia G, la ESPOSA y la NUERA estaban criando marranos con el maíz sobrante de su cosecha, ya que el grupo tenía el compromiso de “dar” un itacate a los padrinos de la boda; padrinos que invertirían su propio esfuerzo para cumplir con el compromiso, lo que seguramente demandaría más trabajo o algún tipo de recorte o desvío de gastos para lograrlo.
Por otro lado, podemos observar que la división del trabajo dentro de la familia G, si bien no tenemos una evidencia de que fuera deliberadamente planeada, sí ha obedecido a una intuición acertada dados sus resultados, ya que mientras los padres mantienen actividades más apegadas a la vida tradicional de la comunidad, sembrando el maíz y en su momento, participando de alguna manera en actividades textiles, han enviado a los hijos jóvenes a “trabajar” fuera a las fábricas, situación que proporciona un ingreso más estable y sustancioso; que les ha permitido “ayudar” de manera más simbólica pero consistente a la movilidad social y desarrollo de la familia, lo que seguramente los motivará de manera importante a actuar de manera más intensa en el ambiente, buscando mantener sus trabajo y crecer dentro de ellos.
Por su parte, la NUERA seguramente dado su temperamento y la telé positiva que tiene con la ESPOSA, ha venido a ser la lugarteniente y sustituta de la hija perfecta, ya que como planteamos anteriormente, ellas hacen “todo juntas”, se le permite estar cuando habla la suegra y bromean y ríen constantemente. Lo que sí es dable decir, es que la conjunción de estos factores ha sido un hecho que ha reforzado el “estar juntos”. Por su parte y al ser la esposa del futuro jefe de la familia, ella seguramente motivará a su esposo a que mantenga ese trabajo que les permite tener recursos que exceden las necesidades del sistema externo y les permiten tener ciertas comodidades, así como cumplir con los compromisos con el pueblo, para poder sostener e incrementar el rango social ganado por la generación anterior.
A manera de conclusión, podemos mencionar que la organización y dinámica de la familia G es altamente efectiva, dado que les ha permitido sobrevivir en el ambiente, resultando fundamental la expresión de sentimientos sociales que implican todas las actividades que realizan, lo que retroalimenta el trabajo, a partir de “interacciones” (ayuda) significativa, lo que motiva las actividades de otros en el mismo sentido centrípeto hacia el corazón del grupo. Tanto los sistemas externo como interno, se encuentran profundamente unidos. Esto según Homans, se da dentro de los grupos familiares, a diferencia de grupos laborales o de jóvenes amigos, por la historia y el infinitamente mayor tiempo que ha tenido el grupo familiar para elaborar y re-elaborar sus dinámicas, ya que como lo mencionó Marx, las dinámicas sociales tienden a seguir una dirección circular resultando en una espiral, que implica la posibilidad de un actuar diferente cuando históricamente se llega a un punto similar.
A continuación, abordaremos a un grupo familiar de clase media urbana, que si bien mantiene con el anterior la cualidad de haberse conformado como un grupo familiar extenso, su organización y sociodinamia son completamente distintas dadas las condiciones particulares del ambiente donde actúa.

    1. Segundo caso: sociodinamia de una familia extendida y la red de apoyo a una madre soltera.
Para el presente, retomaremos un caso presentado en el capítulo anterior, en el que se trabajó sobre la sociometría de una familia extensa y cómo es que se han configurado las relaciones en esta para brindar “apoyo” a uno de sus miembros que es madre soltera; por lo que haremos un esfuerzo consciente por hacerlo mucho más sintético, tratando de enfocarnos en el análisis de los hallazgos sobre la elaboración teórica.
Recordando: se trata de un grupo familiar extenso10, de clase media baja de tres generaciones, cuyos integrantes son: abuelos; 4 hijas: hermana 1, hermana 2, hermana 3, madre; seis nietos: hija, sobrino 3, sobrino 1 , sobrina 3a , sobrina 3b, sobrina 2; 2 cuñados: cuñado 1 y cuñado 3. Pudiendo observarse su estructura en la figura 3.

  1. Ambiente:
Es una familia que habita en la zona conurbada de la ciudad de México, siendo que los abuelos comenzaron a trabajar como obreros, mientras que los hijos ya se han desarrollado académica y profesionalmente, ya que se desempeñan como docentes, directores de instituciones educativas y profesionistas.
A diferencia del grupo familiar de Aztatla, ésta no es una unidad económica, en la que la mayoría si no es que todas las actividades que se realizan en el sistema externo son efectuadas dentro de otros grupos e instituciones, quedando patente lo que mencionaba Levy-Strauss sobre la pérdida de funciones familiares siendo éstas absorbidas por otras instituciones de la estructura social. De ahí que como a la mayoría de las familias modernas urbanas, les quede solo la satisfacción de necesidades afectivas, sexuales y de cuidado primario de los hijos.
Podemos observar que en un importante número de familias que se encuentran en una condición similar a ésta, el lazo familiar es sumamente frágil, ya que en las familias antiguas y las rurales, éste se veía fortalecido a partir del importante número de actividades e interacciones que realizaban juntos en el sistema externo, y que contribuían a apuntalar la existencia del grupo y la empresa común, mientras que en la actualidad, aquellas se han visto reducidas al mínimo, de ahí que el padre ha dejado de ser el jefe del grupo (o por lo menos en un sentido práctico más que fáctico), quedando reducido en el mejor de los casos a un proveedor o aportador de dinero, ya que como mencionamos en el capítulo primero, las mujeres han penetrado cada vez más en espacios que eran exclusivos de los hombres. Así mismo, aunque las mujeres mantienen el prestigio de la maternidad, muchas de las actividades que se consideraban de una “buena esposa”, ahora se han invisibilizado u obviado, ya que la gran mayoría de las mujeres (si no es que todas) desempeñan una doble o triple jornada, pero ninguna de ellas en el rubro de ocupación de los formularios coloca “ama de casa” (salvo que sea la única actividad que realice), esposa, madre; y si en cambio “profesionista”, empresaria, maestra, abogada, etc. Esto se observa en el incremento que han tenido los divorcios, siendo que nuestra familia no es ajena a esto, ya que una de sus miembros es divorciada.
Es por esto y porque consideramos que el contexto de este grupo familiar no nos es ajeno, y sí más bien familiar; que nos concentraremos en el análisis del sistema interno.

    1. El sistema interno:
Teniendo en cuenta que dentro del sistema interno se da la elaboración de la relaciones y que a partir de ahí el grupo acciona sobre el externo para sobrevivir en el ambiente, podemos observar que nuestra familia extendida fundamentalmente cuenta con las reuniones de fin de semana, en donde, aunque la asistencia es voluntaria, en general son bastante concurridas. Los festejos de cumpleaños, en cambio, sí son “obligatorios” además de que prevalece el principio de “ayuda” que se brindan unos a otros.

  1. Características sociométricas11:
El test sociométrico se aplicó bajo el criterio del cuidado de la HIJA en caso de que la MADRE muriera, lo que es un criterio sociotélico, lo que nos permitió explorar con mucha claridad la telé que existe entre los miembros, ya que cómo se plantea una situación de crisis, es posible explorar la estructura interna.
La figura 4 presenta el sociograma de elecciones y rechazos, en el que podemos observar que es la ABUELA la que recibe más elecciones y en primer lugar, mientras que es la HERMANA 3 la que más rechazo recibe también en primera elección.
Llama la atención que tanto el ABUELO como la HIJA no eligen a la abuela, ya sea por “tradición” en que el primogénito hereda la autoridad, o porque es con quien se tiene más cercanía afectiva. A diferencia del resto de los electores, quienes lo hacen dado que es quien ha “cuidado” más a los nietos ya que tiene más tiempo porque no trabaja.

En segundo lugar, encontramos que tanto la HERMANA 1 como la 2, están en igualdad de circunstancias, primordialmente porque se llevan “bien” con la niña.
Con relación a los rechazos, observamos que los que más reciben, son el núcleo familiar conformado por la HERMANA 3 y CUÑADO 3, descartándose ellos mismos, además que el resto del grupo los considera como los más ajenos a éste.
Cabe destacar que desde una perspectiva sociogenética, esta familia tiene un escaso desarrollo para su contexto, ya que la mayoría de las elecciones (positivas y negativas) son en su mayoría uni (y en pocos casos) bidireccionales, con una nula presencia de estructuras complejas, con la consecuente baja cohesión. Destaca con mayor claridad el nivel y la mutualidad en los rechazos, centrándose estos sobre la HERMANA 3 y su núcleo familiar.
Con base en lo anterior, es posible observar que este grupo familiar tenga un pobre desarrollo sociodinámico en su conjunto, ya que si no es que éste se encuentra aislado, es probable que como grupo mantenga muy pocas relaciones con otros grupos o con un supra sistema, esto puede ser el resultado de la urbanización y del mismo ambiente, ya que sus miembros desarrollan la mayoría de sus roles dentro de diferentes grupos e instituciones.

    1. Dependencia mutua entre interacción y sentimiento:
A diferencia de la familia G de Aztatla, este grupo familiar, no opera en conjunto ni de manera directa sobre el ambiente, además de que sus miembros han seguido el ideal burgués de la nuclearización, de ahí que cada pequeño subgrupo familiar viva en su propia casa, situación que limita las interacciones físicas solo a las reuniones semanales, a algunas tareas de ayuda, al afecto y la telé que hay entre los miembros, refiriendo ellos que la familia es abierta y que en general, el trato es más cariñoso entre aquellos que son más cercanos afectivamente. Dado que a diferencia de la familia G del estudio anterior, este grupo familiar desde sus orígenes, ha estado en un ambiente urbano, la forma en que se establecen las interacciones pueda ser más sofisticada y simbólica.
Es por esto que se menciona que cuando en la familia se resuelve un conflicto o se toma un acuerdo, esto se hace del conocimiento de los ausentes vía telefónica, siendo los responsables de hacerlo la ABUELA o la HERMANA 1. Esto no implica que se pierdan todas las interacciones directas y presenciales, ya que los sobrinos 1 y 3 trabajan y estudian pero suelen visitar la casa de los abuelos para reunirse con las tías. El sobrino 1 lleva a sus abuelos al banco, al médico o hace cola de pensionados para que ellos no se levanten temprano. Su relación con la HIJA es más afectuosa y tolerante que la que tiene con la sobrina 2 (prima).
Mencionan que uno de los elementos fundamentales para la unión de la familia es la ayuda que se brindan, al proporcionar vivienda en casos de divorcio, prestar el coche si se requiere, recoger a los sobrinos en caso de emergencia, etc. cabe destacar que el sentido de la ayuda en este grupo es completamente distinto del que se brinda en los grupos familiares aztatleños, ya que en ésta se pretende la resolución de problemas concretos y tiene una carga primordialmente afectiva, mientras que en aquellos el sentido es el de la reafirmación de los vínculos sociales.
Como en la familia G, la interacción entre padres e hijos es formal y respetuosa, mientras que entre las hermanas es libre y abierta, lo que posiblemente de deba más a la estructura de parentesco que a las necesidades de control del comportamiento.

    1. Dependencia mutua entre sentimiento y actividad, de actividad e interacción:
En este grupo familiar extenso, las actividades dentro del sistema interno se encuentran circunscritas a las reuniones dominicales en las que seguramente dado que las HERMANAS 1 y 2 son las que tienen el estatus sociométrico más elevado después del de la MADRE, es muy probable que sean ellas las que “ayuden” en la organización de éstas, así mismo son sus hijos los que prestan más “ayuda” a los abuelos llevándolos al banco y haciendo cola temprano en la fila de los pensionados. En este caso, al ser la HERMANA 3 la más rechazada y dado lo observado en las dos de las tres sesiones de trabajo con el grupo familiar, ella y su núcleo son los que menos “ayuda” prestan, incluso llegan tarde a las reuniones periódicas y es quien menos tiempo permanece en ellas, mantiene su propia conversación con escaza o nula plática con los otros; por lo que es quien menos interacción tiene con el resto. Seguramente, invertirá una importante cantidad de recursos económicos como postres y regalos de navidad caros, a manera de compensación por la pobreza de los contenidos afectivos al interior del grupo.

    1. Las normas y el rango social:
Este es uno de los puntos fundamentales en los que se ve claramente la diferencia entre las condiciones y desarrollo entre el grupo familiar G y esta familia extendida, a pesar de que mantienen algunos rasgos similares.
Primariamente y coincidentemente con lo mencionado por Homans, este grupo familiar pareciera más un grupo de amigos, ya que dadas las condiciones de estabilidad de su ambiente, el sistema de normas es altamente relajado, simbólico e introyectado que en comparación con la familia aztatleña. De ahí que pareciera que es en este tipo de grupos familiares donde operan de manera muy importante las estructuras de parentesco y que si bien el rango social tendrá una importante relación directa con el sistema de normas, también obedece de forma importante a la “tradición” y al “deber ser”. Es decir que aunque los abuelos no ejercen una influencia directa sobre la conducta de los hijos y nietos, mantienen un lugar de cierto respeto no por lo que hacen sino por lo que son, siendo validado lo mencionado por Homans, en el sentido de la pérdida de rango del ABUELO dada la pobreza de interacciones y elecciones que recibe, mientras que la ABUELA sostiene una elevada posición que se refleja en su alto estatus sociométrico y que posiblemente tenga relación con que al haber tenido solo hijas, ella inicia interacciones más frecuentemente con ellas que el ABUELO.
Pareciera que en este grupo familiar extenso, son dos las normas fundamentales que proporcionan rango social y fortalecen la pertenencia a éste, la “ayuda” y el “estar”. La ayuda como ya lo referimos, obedece más a un sentido pragmático de resolución de problemas y a la disposición de hacerlo, lo que tiene una relación directa con la segunda norma, ya que al “estar” en las reuniones semanales, se conocen mejor las necesidades de los otros miembros, y se puede ofrecer con mayor frecuencia la ayuda.
Nos resulta interesante que dentro de este grupo familiar, el “estar” sea una norma a diferencia de la familia G de Aztatla, ya que ellos “están juntos”. Esto parece que es un efecto inevitable de la urbanización y nuclearización de los grupos familiares. El “estar juntos” de la familia G es algo concreto y cotidiano que, aunque de manera rudimentaria, conlleva la simbolización del afecto que se tienen los miembros de la familia; mientras que en esta familia extendida, pareciera invertido, ya que por el afecto es que “están” más presentes afectivamente, aunque literalmente vivan más alejados, de ahí que quienes tienen un mayor rango social después de la ABUELA, sean las HERMANAS 1 y 2, pues aunque son las que viven más lejos, pareciera que cumplen mejor con las normas que la HERMANA 3, quien tiene un menor rango, siendo que incluso actúa acorde con esto, ya que es quien “menos está”, llega tarde a las reuniones y es la primera en retirarse.
Por otro lado, observamos que el rango social de las HERMANAS se hereda hacia los SOBRINOS, con sus privilegos y obligaciones (nobleza obliga), ya que son los SOBRINOS 1 y 2 quienes “están” más con los abuelos, al ir frecuentemente a comer a su casa, además de “ayudarlos” llevándolos a hacer mandados o formándose temprano en la fila de los pensionados.

    1. Reacción del sistema interno sobre el externo:
En el caso de este grupo familiar extenso, y a diferencia de los grupos familiares en Aztatla, pareciera que hay una clara y profunda separación entre los sistemas interno y externo, al grado que la acción sobre el ambiente quedará limitada a la realizada por cada uno de los subgrupos nucleares y sin influir sobre la dinámica del sistema interno. Es en este punto donde nos surge la pregunta, ¿son un grupo familiar, o un conjunto de pequeños núcleos que esporádicamente interactúan?
Pareciera que este es el momento de poner a prueba el concepto de grupo familiar que desarrollamos en el capítulo tres, que recordándolo dice: “la familia es un grupo social primario en el que sus miembros se relacionan por vínculos de parentesco, de donde se derivan roles y jerarquías, partiendo del desempeño de ciertas funciones, se hace posible la formación de la persona mediante interacciones significativas hacia el interior del grupo, que permiten el desarrollo de las habilidades psicosociales, para que aquélla pueda integrarse a su sistema sociocultural y realice su existencia”.
A partir de lo anterior, podemos mencionar que nuestra familia extendida es un grupo primario, dado que sus interacciones son directas, existe un sistema de normas implícito, hay un claro intercambio psicoafectivo entre sus miembros; están definidos los vínculos de parentesco, es posible determinar los roles y jerarquías, como lo hemos venido mencionando en los últimos dos capítulos, y especialmente lo que destaca en este grupo familiar es su cualidad de formador psicosocial, ya que en general “todas” las actividades que realizan y de las que se generan interacciones y sentimientos, son fundamentalmente para socializar y reforzar los vínculos de afecto.
    1. A manera de conclusión:
Con base en el estudio de estos dos grupos familiares extensos, observamos que aunque comparten algunos elementos, dadas las condiciones de sus ambientes particulares y su desarrollo sociogenético, han desarrollado si bien no estructuras, sí dinámicas diferentes; y es en este punto donde se confirma la potencia de la mirada socionómica para el estudio de los grupos familiares, ya que con base en la estructura de parentesco, estos grupos podrían ser muy parecidos, pero es en la sociodinámia, donde podemos ver profundas diferencias, incluso en el sentido y significado de los mismos conceptos como el “estar” y el “ayudar”.
Uno de los puntos que llama nuestra atención, es el de la diferencia en la consistencia de los vínculos en cada uno de los grupos familiares que estudiamos, esto debido a que desde el imaginario social, “son familia”, pero a partir de este estudio, es muy palpable la diferencia, ya que mientras que el grupo familiar que tiene que interaccionar sobre el ambiente de manera directa y con la “ayuda” de todos sus miembros para sobrevivir y desarrollarse; el segundo, no ejerce una acción directa sobre su ambiente e invierte una gran cantidad de su energía para mantenerse juntos, mientras que en el primero “están juntos” y esto es el secreto de su éxito además de su condición existencial.
A partir de este estudio, comprobamos lo dicho por distintos autores y que incluso suena a cliché. Los grupos familiares urbanos que viven en el contexto actual, vistos desde la psicología de los grupos y en particular desde la mirada socionómica, son muy frágiles y deben invertir gran cantidad de energía para sostenerse y seguir existiendo. Pareciera que uno de los elementos que cumple esta función, pero más simbólicamente es el de la estructura de parentesco, aunado a la situación socioeconómica que se vive en nuestro país, dada la necesidad de recurrir a la “ayuda” del grupo para el cuidado de los hijos y otras funciones que permitan a los padres accionar sobre el ambiente para generar los recursos para sobrevivir; lo anterior se suma al familismo, donde Esteinou menciona que esta tradición que deviene de las familia nahuas como pudimos observar en la familia G y que a su vez traen consigo las familias españolas, han ejercido una fuerte resistencia para la completa nuclearización del grupo familiar mexicano, especialmente de los estratos sociales medios medios hacía abajo.
Una vez revisada la rama sociodinámica, trabajaremos sobre la sociatría, que es la rama clínica del sistema de pensamiento socionómico; en este nos enfocaremos en presentar a partir de casos clínicos, la manera en cómo se aplican los conceptos anteriores para el diagnóstico y comprensión del grupo familiar, además de sus principios particulares para la intervención psicoterapéutica.
1 La información que se presenta en este apartado, fue extraída de la Tesis de Maestría de Vera Dorothea Regher, la cita completa aparece en las referencias.

2 El punto anterior es una hipótesis de los autores, que vamos a intentar esclarecer a partir del análisis socionómico de los grupos familiares.

3 Es importante tener en cuenta que estos datos se obtuvieron en el 2001-2002 que es cuando se realizaron las fases de campo en la investigación original, por lo que seguramente en la actualidad habrán cambiado.

4 En este caso particular, observamos que la estructura sociométrica del grupo familiar está fundamentada en relaciones triangulares.

5 A la “HIJA” no se le considera ya como mimbro, ya que al estar ella casada y ser la residencia virilocal, ella paso a formar parte del grupo familiar del esposo.

6 De este dato en particular no cuento con evidencia directa, pero es posible inferirlo a partir del análisis sociométrico y la organización que se observa en el sistema externo, además que es un elemento fundador del grupo familiar.

7 Para tener el panorama completo referirse al trabajo original.

8 Hay dos momentos importantes dentro del pensamiento freudiano en los que se destaca la relevancia de las relaciones triangulares uno es durante los primeros años de vida, en los que el padre comienza a romper el estado simbiótico que tenía él bebe desde el nacimiento con la madre, y el segundo y fundamental para el desarrollo de la personalidad es el derivado de lo que él llamó “Complejo de Edipo”, en el que el niño siente una especie de atracción erótica hacia su padre del sexo opuesto comenzando una rivalidad inconsciente con el del mismo sexo por la posesión del otro, hasta que se da cuenta que para tener una persona como el objeto de su amor, tiene que convertirse el alguien como su rival, para lo que generalmente se alía con este.

9 Al momento del estudio, no se tenían referencias de que una mujer hubiera desempeñado este cargo.

10 Para una amplia descripción del grupo consultar el capítulo 4.


11 Para la explicación completa de la sociometría familiar, remitirse al capítulo 4.