- SOCIATRÍA FAMILIAR.
En
este capítulo trabajaremos sobre la sociatría,
que es la rama clínica de la socionomía; ya en el Capítulo II la
hemos abordo brevemente, mencionando sus fundamentos teóricos de
manera general. En el presente profundizaremos en sus principios y
sus técnicas para a partir de ahí hacer un ejercicio de integración
mediante la presentación de algunos casos clínicos y la forma como
se trabajaron.
Moreno
(1975) definió la sociatría como “la
ciencia de la curación de los sistemas sociales”,
puntualizando que desde esta rama socionómica se trabaja con el
grupo pequeño, la familia, la empresa e incluso la comunidad, a
partir de la psicoterapia de grupos, el psicodrama y el sociodrama.
Aclara que las metas fundamentales en el trabajo sociátrico son: a)
el principio del encuentro, b) la estructura interactiva, c) las
vivencias comunes conscientes e inconscientes y d) el intercambio de
roles.
- El principio del encuentro.
Menciona Moreno
(1975, 1995) que el principio fundamental a todas las formas de
psicoterapia y curación emocional es el encuentro genuino entre
personas; y desde su perspectiva consiste en que se generen las
condiciones para que los implicados en la relación, tengan la
posibilidad de reconocerse, mirarse, sentirse, estando y siendo
juntos en un momento y espacio tiempo.
Para la mejor
comprensión de este concepto, hay que retomar lo que propone Buber
(1984) con relación al Yo-Tú,
donde hace un especial hincapié en que el yo solo puede existir a
partir del reconocimiento del tú, por lo que la mínima unidad
existencial es la diada Yo-Tú.
Moreno mencionó que
el encuentro solo es posible a partir de la relación y la
reciprocidad, solo cuando cada uno de los implicados experiencía la
más simple y profunda existencia del otro, podrá experimentar la
suya propia.
El encuentro no es un
concepto teórico ni estático, ya que solo es posible acceder a él
a partir de la existencia en relación, de ahí que desde la
perspectiva sociátrica, la patología y los problemas
interpersonales, se producen a partir de la dificultad para que las
personas tengan un encuentro, ya que desde esta perspectiva, la
relación no es libre, natural y espontánea, dado que muy
probablemente los roles que desempeñen los implicados obedecerán
más bien a conservas culturales, por lo que en lugar de responder a
las necesidades de representación del momento, serán rígidos y
estereotipados, sin ningún contenido vital y sí más bien
representando un guion cultural.
El yo-tu que
posibilita el encuentro, se establece desde una comunicación
existencial y no objetal, ya que si esto fuera así, sería una
relación yo-ello.
El yo-ello –retomando a Buber- se fundamenta en la cosificación de
lo otro, no es libre ni espontánea y más allá que el encuentro
pretende el control.
Uno de los elementos
fundamentales para la comprensión del encuentro, es que a partir de
que se “encuentran” más de dos personas, es que se posibilita la
construcción de un “nosotros”, que contiene un profundo sentido
de identidad y existencia y a partir de los cuales se pueden
establecer los límites de un grupo, ya que aquellos que no
pertenecen a esta categoría no forman parte del grupo.
Dentro de los grupos
familiares, el encuentro y la conformación del “nosotros”
resultan fundamentales, ya que al ser grupos primarios en los que se
comparte y construye la existencia, será a partir de la forma como
se aprenda a establecer relaciones interpersonales y la manera en que
la persona se relacionará en y con el mundo.
- La estructura interactiva.
Este principio se
fundamenta en que todos los miembros del grupo pueden ser agentes
terapéuticos de los demás y no solamente el terapeuta, director o
clínico. Se sostiene que desde esta perspectiva un número
importante de alteraciones o patologías emocionales o psicológicas
derivan del establecimiento inadecuado de relaciones interpersonales,
de ahí que se pretenda a partir de los distintos procedimientos
siciátricos que el sujeto pueda revisar y reelaborar la manera como
establece sus relaciones, a partir de la interacción simbólica y
consciente con los miembros del grupo.
Por su parte, Yalom
(1986) menciona que la base de los métodos terapéuticos grupales es
el establecimiento de interacciones interpersonales libres, sanas y
correctivas; esto es que a partir de que la persona pueda
relacionarse de manera libre, genuina, consciente y espontáneamente;
recibiendo una retroalimentación legítima y asertiva desde el punto
de vista emocional y conductual, podrá comprender la manera como
desempeña ciertos roles que resultan disfuncionales y aquellos que
no.
- Vivencias comunes conscientes e inconscientes.
Ya en el Capítulo II
hablamos sobre las diferencias existentes entre el inconsciente
individual freudiano, el colectivo que propone Jung y el
co-inconsciente propuesto por Moreno. En este apartado solo nos
referiremos a que para considerar las motivaciones del comportamiento
del grupo como unidad y los individuos dentro de éste, resulta
fundamental entender aquellos contenidos que son compartidos por los
miembros y que tienen un peso específico en el significado del grupo
y de la pertenencia.
Es muy importante
considerar que el concepto de co-inconsciente no anula a los
anteriores, sino que más bien los amplía y focaliza a una situación
humana particular que es la grupalidad; por lo que para la
comprensión de aquellas significaciones que una persona trae al
grupo, hay que explorar su dinámica psíquica así como aquellos
deseos que pueden estarse manifestando durante su actuar en el grupo,
así como aquellos que pueden estar reprimidos a partir de su
historia de vida.
De igual manera, para
comprender la manera como una persona encarna un rol social, es
fundamental comprender la historia de vida del sujeto, los
antecedentes que tenga éste con el rol, así como las emociones que
le evoca; pero también habría que tener presente el significado que
aquél tenga para el grupo donde se demanda su encarnación y si a
nivel cultural, tiene algún tipo de representación arquetípica que
le imprima una carga especial.
A manera de ejemplo,
tomaremos el rol de “padre”, en primera instancia, habría que
explorar de una manera muy cuidadosa, la relación, significados y
emociones que éste le despiertan a una persona; en segundo lugar,
habría que considerar a nivel del grupo familiar que peso y
contenido posee el rol, el imaginario que existe sobre cómo debe ser
un “padre” y la relación que éste “debe” tener con los
contra-roles con los que entra en interacción; es decir con la
“madre”, “hijo”, “hija”, “abuelo” y “abuela”;
además de comprender si en la cultura particular de la persona y
como un arquetipo, el rol posee alguna carga particular de sentido.
Todos estos elementos impactan directamente sobre la manera en como
una persona encarna y representa un papel determinado en una
situación dada; por lo que con cualquier conflicto o inconsistencia
que se presente en los niveles descritos, es posible que el sujeto
desarrolle patrones de comportamiento inadaptados o estados afectivos
de insatisfacción y de frustración, entre otros.
- Intercambio de roles.
El principio del
intercambio de roles, parte del encuentro y la estructura
interactiva, a partir de los cuales no podrían darse estos si las
personas implicadas en la dinámica no tienen una comprensión de la
situación del otro, de ahí que el intercambio de roles que si bien
no es un “rol-playing”, permite que las personas en situación,
experimenten la condición vital del otro. Este principio permite que
el encuentro pase de una voz pasiva a una activa “encontrarse”,
siendo esto según Moreno “el
punto culminante en el que se consuma la unidad, la identidad y la
solidaridad del grupo”.
- Los factores curativos del grupo
Es sabido que desde
los tiempos prehistóricos primero los homínidos y posteriormente
los seres humanos han tenido una fuerte tendencia a la gregariedad.
Si lo miramos desde una perspectiva antropológica, podemos
explicarla como una necesidad de sobrevivencia de la especie, pero
además, conforme evolucionaba la especie humana y se fueron
conformando las estructuras sociales, se vio que las reuniones entre
aquellos que pertenecían al mismo grupo o tribu al interior de una
tienda, colocándose aquellos con derecho a hablar en primera
instancia en un círculo alrededor del fuego, tenía profundos
efectos en las relaciones a nivel social e incluso espiritual. Por
otro lado, si atendemos en los patios de los colegios, los parques o
las reuniones sociales la forma como espontáneamente se colocan los
grupos de amigos, podremos observar que generalmente es de forma
circular. Esta forma permite que todos los miembros del grupo
presentes en ese momento tengan contacto visual de unos con otros,
además de que la comunicación es libre y directa entre todos.
La circularidad es
uno de los factores centrales dentro de la terapéutica grupal, ya
que dentro de las estructuras sociales cotidianas, los patrones de
comunicación tienden a ser formales y mediatizados por las
estructuras y el rol que se desempeña dentro de estas, de ahí que
el hecho de comenzar con posibilitar la libre mirada y comunicación
de los miembros del grupo lejos del orden social establecido es uno
de los principales factores que tienen efecto curativo sobre las
personas. Dentro de los grupos familiares en particular, que por los
general son herederos de tradiciones y costumbres, que además se
encuentran atravesados por las estructuras de parentesco
prevalecientes en sus culturas de origen que obligan al desempeño de
ciertos roles, además de que las condiciones de los tiempos
actuales, imponen desempeño de roles funcionales, este principio
permite que los miembros de este, se miren como personas más allá,
con cualidades, debilidades y necesidades; donde a partir de
encontrarse en una condición de horizontalidad, estarán en
condiciones de revisar y entender el origen de sus conflictos y
malestares, posibilitándoseles la re-elaboración y en su caso
eliminación de aquellas tradiciones y costumbres que ya no tengan
sentido en la situación actual del grupo; que puedan comprender el
fundamento de aquellos roles que demandan la posición que ocupan en
la estructura de parentesco, además de desarrollar su espontaneidad
y creatividad para adecuar estos roles a las condiciones particulares
de cada situación.
La circularidad es
solo uno de los factores curativos de los grupos; por su parte Yalom
(1986), hizo un trabajo bastante serio para desarrollar este tema;
describió once factores que con base en su experiencia son los
principales que operan dentro de la terapéutica de grupos; siendo
estos: a) infundir esperanza, b) la universalidad, c) ofrecer
información, d) el altruismo, e) recapitulación correctiva del
grupo familiar primario, f) el desarrollo de las técnicas de
socialización, g) la conducta de imitación, h) el aprendizaje
interpersonal, i) la cohesión del grupo, j) la catarsis y k) los
factores existenciales.
- Infundir esperanza:
Uno de los puntos
fundamentales dentro de cualquier proceso curativo ya sea físico o
psíquico es que la persona tenga “Fe”1
en que podrá curarse o resolver sus problemas, ya que de lo
contrario podrá caer en la desesperanza y consiguiente depresión,
situación que resulta adversa para el paciente y ha sido ampliamente
descrita por la psicología de la salud.
La esperanza en el
proceso terapéutico, permitirá que el o los pacientes se mantengan
en el proceso mientras que el resto de los factores curativos
comienzan a operar.
Cuando las personas
se presentan ante un profesional de la salud mental con el objetivo
de iniciar un tratamiento, ya sea de manera individual, en pareja,
familia o grupo, llevan la esperanza de encontrar los elementos que
les permitan resolver y sanar sus problemas psicológicos y
emocionales.
- La universalidad:
A
pesar de la gregariedad de los seres humanos, una característica
presente en un importante número de personas es la creencia de
unicidad, entendiéndola como el pensamiento de que son los únicos a
los que les ocurren las cosas; otro de los factores curativos, es el
de la universalidad; es decir que cuando las personas inician un
proceso terapéutico grupal, pueden percatarse que no son las únicas
personas que enfrentan situaciones difíciles o problemáticas en su
vida; lo anterior acompañado de la pérdida del miedo a la unicidad,
ya que podrán observar que otros también tienen problemas, que si
no iguales; sí similares a los de ellos y que tienen puntos en común
y experiencias que pueden compartir. En el contexto de los grupos
familiares, es común que uno de los miembros sienta o piense que es
el único al que le ocurren cosas o que su vivencia de una situación
es más grave o importante que la de los otros; el proceso
terapéutico de la familia desde esta perspectiva permitirá que los
miembros a partir del encuentro y la interacción comprendan de
manera clara y profunda la vivencia, pensamientos y sentimientos de
los otros, quitando la percepción de unicidad dentro del grupo.
- Ofrecer información:
Todo
proceso terapéutico de una u otra forma también es un proceso
educativo o re-educativo, lo que implica que no todos los contenidos
que se comparten son de tipo psíquico o emocional, también resulta
fundamental que exista el espacio para el intercambio de información
de tipo intelectual, ya sea de la forma y procesos técnicos con los
que se está llevando a cabo el tratamiento, información sobre
alguna situación o padecimiento que le ocurra a alguno de los
miembros del grupo o incluso algo tan banal como la dirección de un
cine o un restaurante.
La
incertidumbre es uno de los elementos más angustiantes a los que nos
enfrentamos los seres humanos, de ahí que la posibilidad de ofrecer
y recibir información entre el clínico y los miembros y/o entre los
mismos miembros, resulta fundamental para crear las situaciones de
aprendizaje dentro del tratamiento, así como para disminuir la
ansiedad sobre aquellas situaciones que pudieran resultar
desconocidas e incluso para fortalecer los vínculos entre los
miembros a partir del intercambio de experiencias y conocimientos. En
el caso de los grupos familiares, es posible que el clínico comparta
información sobre temáticas relacionadas con el ciclo de vida de la
familia, alguno de los distintos subgrupos como los padres o hijos,
sobre alguna situación clínica particular como la depresión,
trastornos alimentarios entre otros. Por otro lado los miembros de la
familia, pueden encontrar un lugar seguro para compartir experiencias
o conocimientos que de otra forma e inmersos en la cotidianeidad
sería imposible o no se le daría importancia. Lo anterior
permitiría un conocimiento más sutil y profundo de cada uno de los
miembros.
- El altruismo:
Este
es uno de los fundamentos del pensamiento socionómico, ya que parte
de encuentro, que como hemos mencionado solo es posible a partir del
establecimiento de relaciones Yo-Tú. Pero aunque Moreno, Buber y
otros lo identificaron mucho antes de que Yalom lo describiera, este
puntualiza algo que vale la pena resaltar, y es que una de las
maneras en las que una persona pude curarse es siendo útil a los
demás, brindándole la posibilidad de dar más allá de recibir
dentro del grupo; es decir que desde la perspectiva grupal, el
paciente tiene la oportunidad de darle a los otros miembros escucha,
reciprocidad, experiencias, resonancia, etc. además de recibir lo
mismo.
Dentro
de los grupos familiares, este factor curativo opera generalmente
enfocándolo a lo que los miembros de la familia aportan y reciben de
esta, lo que permite tener claros los fundamentos de las relaciones y
la manera como estas de construyen y desarrollan al interior de esta.
- La recapitulación correctiva del grupo familiar primario:
Menciona
Yalom que el grupo terapéutico se constituye en muchos aspectos como
el grupo familiar del paciente, especialmente por las relaciones
télicas y transferenciales que se establecen tanto con el/los
terapeutas, cómo con nos compañeros.
Una
de las diferencias fundamentales entre los grupos terapéuticos y los
familiares, es que los primeros se conforman en un contexto que
podría llamarse séptico a las normas y convencionalismos
socioculturales, que permite a los miembros la exploración,
elaboración y ensayo de las relaciones, interacciones y contenidos
aprendidos en los segundos.
En
lo que se refiere a los grupos familiares, el trabajo terapéutico
desde la perspectiva grupal socionómica, permite que los miembros de
la pareja fundante recapitulen los contenidos, supuestos, prejuicios,
experiencias, tradiciones, etc. que han heredado de su propio grupo
familiar de origen. Al mismo tiempo, se pueden confrontar las
visiones de ambos para generar una síntesis propia del grupo
fundado.
A
partir del trabajo anterior, se abre el espacio para que el grupo
familiar revise y construya su propia cultura y dinámica; con una
mirada siempre aterrizada al contexto en que se encuentra inmersa y
las perspectivas de cambio y adaptación hacia el futuro.
- El desarrollo de las técnicas de socialización:
Los
grupos terapéuticos en general y especialmente los fundamentados en
las interacciones como los propuestos por Moreno, Yalom y otros, a
partir de su dinámica se constituyen en laboratorios sociales donde
los miembros pueden ensayar y corregir sus patrones de socialización
a partir de la libre, franca y espontánea retroalimentación de su
comportamiento. En particular en los grupos psicodramáticos, es
posible que el sujeto obtenga una vivencia profunda e inmediata de la
forma como asume y representa determinados roles sociales.
Con
referencia a los grupos familiares, se abre el espacio para que los
miembros de éstos revisen de manera libre y espontánea la manera
como se relaciones e interactúan entre sí, a partir de la
representación de diversas escenas emergidas de la cotidianeidad y
que pueden servir como elementos que permitan la reelaboración de la
manera como los miembros interactúan. Por otro lado, los distintos
miembros de un grupo familiar pueden aprender mucho de la manera como
se comportan y se relacionan con el resto de los miembros de la
familia, a partir de verse espejeados por los otros miembros,
situación que sirve en sí misma como un ejercicio de modelaje a
partir del cual pueden enriquecerse e incluso transformarse las
relaciones dentro de éste.
- El aprendizaje interpersonal:
Este
factor curativo permite el enriquecimiento mutuo entre los miembros
del grupo, ya que a partir de las interacciones libres y espontáneas,
los participantes enriquecen su perspectiva de la vida, además de
aprender distintas maneras en que pueden manejar tal o cual
situación.
Desde
la perspectiva socionómica, este factor opera a partir de que los
miembros del grupo permanentemente tienen un papel activo durante el
proceso; es decir que dentro de cada sesión, las personas pueden
representar diversos papeles dentro de una escena como protagonistas
o yoes auxiliares, además de que si no participan de manera directa
en la escena, desde la audiencia son el factor de resonancia social a
partir del cual se valida y atestigua el proceso de cada uno de los
miembros en particular y el grupo en general.
Una
de las funciones principales de la familia dentro del contexto
social, es el educativo; así que cuando se inicia un proceso
terapéutico con uno o varios grupos familiares, es posible que cada
uno de los participantes aprenda y se enriquezca a partir de las
representaciones escénicas de los otros miembros y las suyas propias
al establecer interacciones directas con cada uno de los yoes
auxiliares y en su caso miembros del grupo que representen su propio
rol o el de otros.
- La cohesión del grupo:
Desde
la perspectiva sociométrica, la cohesión de grupo es directamente
proporcional a la suma de elecciones bidireccionales y en estructuras
complejas (triángulos, cuadrados, cadenas, etc.) entre el número
total de elecciones emitidas; de ahí que cuando se realiza esta
operación, un grupo tendrá una mayor cohesión si el cociente se
acerca más a uno y viceversa.
La
cohesión de grupo le proporciona un sentido de cuerpo que es la base
fundamental para que se desarrolle la identidad grupal. Por ende,
entre mayor sea ésta, mayor pertenencia e identificación tendrán
los miembros de aquél.
Este
factor toma especial importancia cuando los pacientes del grupo
comienzan el proceso de translaboración (working
through, Durcharbeitung)2,
ya que se enfrenta al desarrollo de nuevos roles, patrones
conductuales y de relación, por lo que el grupo se vuelve un punto
de referencia clave en este proceso.
La
cohesión dentro de los grupos familiares habla de la sanidad que se
tiene al interior de éstos, ya que según estudios sociométricos
para que un grupo se mantenga unido, es fundamental que posea un
índice de cohesión de al menos 0.6 o 60%, ya que de lo contrario la
energía psicoafectiva tenderá a dirigirse hacia el exterior de
este. Es esperable que un grupo familiar “funcional” posea un
índice similar o superior a éste; si fuera menor, habría que
considerar que si éste no se encuentra en un conflicto, sí existe
un importante nivel de indiferencia entre sus miembros, por lo que
las relaciones al interior resultarían altamente insatisfactorias e
incluso frustrantes.
- La catarsis:
La
catarsis es un concepto que en los últimos años y a partir del boom
de las perspectivas psicológicas posmodernas se ha hecho muy
popular, pero de hecho es un fenómeno sumamente importante dentro
del proceso psicoterapéutico.
De
origen griego, Platón (2004) en el Fedón
la definió como “la discriminación que conserva lo mejor y
rechaza lo peor”; mientras que Aristóteles (2009) en su poética
mencionó que la catarsis
(κάθαρσις)
es la purificación de las pasiones operada por la tragedia sobre el
ánimo de los espectadores.
El primero en emplear
el término en psicología y especialmente en psicoterapia fue Breuer
y posteriormente Freud (1992) quienes en sus estudios sobre la
histeria (1895) lo retoman para connotar el efecto esperado por la
abreacción3,
ya que ellos pensaban que los afectos que no habían sido
descargados, permanecían arrinconados dentro del sujeto ejerciendo
un influjo patológico.
Por su parte, Moreno
(1919, 1931, 1975) menciona primeramente la existencia de dos tipos
de catarsis; la abreactiva y la de integración. Dice que la catarsis
proveniente de la abreacción –que generalmente es individual-
consiste en un proceso de liberación afectiva repentina que genera
una sensación de liberación y relajamiento. Mientras que la
catarsis de integración proviene necesariamente del proceso grupal,
y se caracteriza por ser mucho más contenida que la abreactiva,
constituyéndose como un punto de confluencia de los distintos
momentos de la terapia, dando como resultado además de una
liberación emocional, la comprensión de su participación y
responsabilidad en la situación vivenciada, lo que genera una
sensación de paz y armonía (Boria 2001).
Dentro del trabajo
terapéutico grupal, hay que privilegiar la integración sobre la
abreacción, ya que ésta consiste en una mera descarga afectiva;
aunque cuando el paciente se encuentra con una intensa carga de
emociones que nublan su pensamiento, es necesario que se promueva una
catarsis abreactiva pero controlada, y no tan intensa en la que el
paciente se vacíe de afecto y se sienta tan distendido que ya no
quiera trabajar. En caso que el terapeuta pretenda solo lo anterior,
estará aliándose en lo que Freud nombro como “compulsión por la
repetición”, donde el paciente saldrá de la sesión sintiéndose
bien (porque lloró mucho) pero no resolviendo situaciones de su
vida.
- Los factores existenciales:
La
perspectiva existencial fundamentada en el pensamiento de
Kierkegaard, Buber, Bergson y otros, en la que se postula que la
existencia es única y solo puede validarse en el momento presente.
Aquí se pretende más allá que trabajar el pasado, el paciente tome
consciencia de su presente para que a partir de ahí pueda construir
un futuro, recurriendo a aquel solo en la medida que aporta elementos
para comprender el aquí y ahora.
Por
su parte, Yalom a partir de su trabajo con pacientes con cáncer en
fase terminal, menciona que los grupos de terapia, ponen en acción
ciertos factores que cuando son asumidos por los pacientes tienen
profundos efectos terapéuticos; la cuestión es que estos son
sutiles y solo es posible observarlos a partir de la operación de
los anteriores factores, siendo éstos:
- Reconocer que la vida a veces es injusta.
- Reconocer que en última instancia nadie puede librarse de las penas de la vida ni de la muerte.
- Reconocer que sin importar que tan íntimamente relacionado esté con otra persona, aún tengo que vivir solo mi vida.
- Al enfrentar y tomar responsabilidad sobre los problemas básicos de mi vida y mi muerte, podré vivir más sinceramente y estar menos atrapado por las trivialidades.
- Saber qué debo hacerme responsable en última instancia de la manera como vivo mi vida, sin importar cuánta orientación y apoyo obtenga de los otros.
En
esta modalidad y antes de trabajar sobre algunos casos clínicos,
resulta fundamental exponer las distintas modalidades de trabajo
terapéutico grupal descrito por Moreno, además de sus
características generales.
Menciona
este autor que la sociatría se divide en tres ramas fundamentales;
la psicoterapia de grupo, el psicodrama y el sociodrama.
- Psicoterapia de Grupo.
Para
Moreno (1975) la psicoterapia de grupo “es
un método para tratar conscientemente y en el marco de una ciencia
empírica las relaciones interpersonales y los problemas psíquicos
de los individuos de un grupo.”
Cabe
resaltar que el enfoque de este tipo de trabajo no son los individuos
en grupo, sino el grupo con los individuos que lo conforman, de ahí
que se pretendan cumplir los principios del encuentro y la
interacción. Se entiende que todo encuentro grupal guarda el
potencial en sí mismo de ser terapéutico, si se cumplen los
principios antes mencionados, pero solo a partir de que
explícitamente se pretenda la salud mental del grupo como unidad y
de sus miembros como elementos constituyentes de éste, es que se
podrá hablar de psicoterapia de grupo.
Con
relación a los grupos familiares; desde esta perspectiva se les
considera como grupos, por lo que cuando se inicia un proceso de
psicoterapia con un grupo de estas características, no se considera
éste como la suma de un cierto número de individuos, sino como una
entidad grupal única, en la que las problemáticas psicoemocionales
que pudieran afectar a sus miembros, son el resultado de una
determinada psico-socio-dinámica de interacción.
- El Psicodrama y el sociodrama.
Ya
en el capítulo 2 hemos mencionado de manera general a estas dos
ramas sociátricas, ahora puntualizaremos que en el trabajo con
grupos familiares no es distinto al trabajo con otros grupos; con la
salvedad de que el clínico debe tener siempre en cuenta el tipo y
las características del vínculo con el que está trabajando, ya que
a diferencia del resto de los grupos, las familias cuando termina la
sesión se van juntos a casa, y si ésta no ha sido adecuadamente
cerrada, es posible que los miembros de aquélla se queden
re-vivenciando alguna situación no trabajada o adecuadamente
integrada, por lo que en lugar de generar un efecto terapéutico este
será iatrogénico4.
Hasta
este punto, hemos presentado el concepto de sociatría, sus
principios generales, sus ramas y algunas de sus características. De
aquí en adelante, expondremos una serie de casos clínicos
trabajados desde esta perspectiva, que nos permitirán demostrar lo
antes dicho.
Vale
la pena destacar que la presentación de los casos no será
exhaustiva sino más bien limitada a los principios de la ética
clínica, de ahí que solo expondremos situaciones concretas y que
tengan un sentido didáctico que cumplan con los fines de la presente
investigación.
- Caso Clínico: La familia “S”.
- Ficha de identificación:
En
la tabla 1, podemos observar que es un grupo familiar nuclear
conformado por cinco miembros, CL, la madre, 40 años de ocupación
financiera; JQ, el padre de 40 años, psicólogo que se desempeña en
recursos humanos (RH); GAB y MIG son gemelos, 10 años y FER, 9 años;
la hija menor.
|
Tabla
1. Datos generales de los miembros de la familia “S”
|
|||||
|
NOMBRE
|
EDAD
|
SEXO
|
PARENTESCO
|
EDO.
CIVIL
|
OCUPACIÓN
|
|
CL
|
40
|
F
|
MAMA
|
CASADA
|
FINANCIERA
|
|
JQ
|
40
|
M
|
PAPA
|
CASADO
|
RRHH
|
|
GAB
|
10
|
M
|
HIJO
|
S
|
ESTUDIANTE
|
|
MIG
|
10
|
M
|
HIJO
|
S
|
ESTUDIANTE
|
|
FER
|
9
|
F
|
HIJA
|
S
|
ESTUDIANTE
|
A la entrevista
inicial se presentan CL y JQ, visiblemente consternados y desvelados,
adecuadamente aliñados.
CL es una mujer rubia
bien parecida de aproximadamente 1.55 mts, con secuelas leves de
poliomielitis infantil, es una mujer profesionista en el área
bancaria financiera que ha trabajado de manera intermitente “por
motivo de mis hijos”
(CL.), menciona visiblemente molesta.
JQ es un hombre
moreno claro, de aprox. 1.90 mts. de altura, con estudios de posgrado
que desde hace tiempo se desempeña en puestos directivos en Recursos
Humanos de diversas empresas, se ve como una persona tranquila y
templada.
Son personas cultas
con buen manejo del lenguaje, CL es una persona muy expresiva,
mientras que JQ durante la entrevista se mantuvo más reservado y
visiblemente molesto. Los niños no se presentaron.
- Motivo de consulta:
Se
presentan los padres muy consternados, solicitando apoyo de pareja.
Inmediatamente se observa que se requiere apoyo familiar,
especialmente por una fuerte situación de “caos” permanente en
el que viven.
- Diagnóstico
|
Figura
1. Genograma de la familia “S”,
|
|
|
Son
un matrimonio con 15 años de casados; refieren tener un profundo
amor mutuo, aunque actualmente la relación entre ellos se ha cargado
de enojo y resentimiento. El padre de JQ falleció cuando él tenía
18 años, con su madre desde esa época ha tenido una mala relación
debido a que la considera “nerviosa
y manipuladora”
(JQ.).
La
relación de CL con la madre de JQ es de indiferencia (aunque lo
refiere con cierto desprecio), mientras que la relación
con sus padres es agresiva y descalificativa por parte de ellos,
diciendo que ellos nunca la han considerado “una buena hija”
aunque ha alcanzado importantes puestos directivos en distintas
instituciones bancarias, y desde la preparatoria siempre fue líder
de grupos estudiantiles. Menciona que su padre es un gran hombre que
logro un altísimo desarrollo dentro del gobierno y que ahora se
encuentra jubilado. La relación de JQ con ellos es tensa, ya que
refiere que “se
la pasan criticando lo que hago y no respetan nuestra intimidad, ya
que llegan a la casa a la hora que quieren, o la llaman a ella
saliendo está corriendo a atenderlos sin importar lo que estemos o
hayamos planeado hacer”
(JQ). El hermano mayor de CL esta diagnosticado con Esquizofrenia
Paranoide; ha pasado a lo largo de su vida por múltiples
internamientos, aunque a la fecha vive en casa de los padres
“haciendo
un caos, ya que tiene a mis padres en un estado de tensión
permanente”
(CL).
Con
relación a sus hijos, se observa una interesante dinámica de
coaliciones, ya que el preferido de CL es GAB, sintiendo una
importante afinidad hacia él, además de que siempre está dispuesto
a ayudarla; mientras que JQ siente preferencia por FER, diciendo que
es una niña muy madura y sensata. MIG mantiene una relación de
tensión con su mamá, mientras que es cercana con JQ.
Los
niños casi no tienen relación con su abuela paterna, dado el
distanciamiento de JQ hacía ella, además de que no ha demostrado un
interés particular en acercarse a ellos; mientras que los abuelos
paternos, mantienen un interés activo en acercarse a ellos, aunque
según JQ es inadecuado, ya que “tratan
de comprarlos; siempre que los ven les dan regalos; situación que me
molesta mucho”
(JQ).
- Sociometría de la Familia S.
Posterior
a la entrevista inicial y con base en las necesidades detectadas a
partir de ésta, se pactaron dos sesiones diagnósticas más con
todos los miembros del núcleo familiar, para poder ubicar más
claramente la dinámica, identificar necesidades y proponer un plan
de tratamiento.
En las figuras 2 y 3
se presentan los sociogramas de las correspondientes sesiones
diagnósticas. La elaboración de éstos se fundamentó en el acomodo
físico, el contenido de las interacciones y la carga afectiva
observada por los terapeutas presentes (T1 hombre, T2 mujer).
Las líneas son más
gruesas en función de la fortaleza del vínculo percibida, y más
obscura en función de la carga afectiva, es decir que entre más
gruesa y más obscura la línea, una mejor relación.
En
la figura 2 se observa que en primera instancia se sentó JQ junto a
él CL, después MIG, GAB y FER. En la parte inferior del lado
izquierdo el terapeuta Masculino (T1) y a la derecha T2 que es
mujer5.
Con
relación a los terapeutas, se observa en primera instancia que JQ
establece una mejor relación con T1 mientras que la de CL es más
distante y viceversa, con relación a T2, ya que esta será la
terapeuta de aquélla. Los niños en ninguna de las dos sesiones
establecieron una relación, y las interacciones preferían
triangularlas a través de los padres.
Durante
las dos sesiones, no se observaron cambios sustanciales en lo
referente al tipo de relación y el contenido de éstas, pero sí en
el acomodo en el espacio de la familia, ya que en la primera se
sentaron de una manera convencional, papá, mamá, gemelos e hija,
con base en lo que pensaban daba la imagen de una “buena familia”;
mientras que en la sesión 2 (figura 3) el acomodo fue más acorde
con la cercanía en la relación.
De
ahí que observemos primeramente que entre JQ y CL exista un vínculo,
dado que se lanzaban miradas cariñosas y había contacto físico
entre ellos, pero éste se observó con mucho más carga positiva de
parte de él que de ella, además de estar presente el enojo y la
tristeza generados por el primer motivo de consulta. Por parte de CL
hacía él, observamos mayor frialdad e indiferencia.
Las relaciones entre
la pareja paterna y los hijos se encuentran más centralizadas sobre
CL, salvo el fuerte vínculo existente entre JQ y FER. Se observó
una mayor interacción a partir de contacto visual y verbal entre GAB
y CL, con un contenido particularmente afectivo, mientras que por
parte de MIG existió una mayor demanda de atención dirigida hacia
su madre, misma que fue menos respondida; aunque se observó que las
interacciones entre FER y MIG fueron más frecuentes y afectivas
entre ellos que las de ella con GAB, además de que las que
existieron entre ellos (MIG y GAB) fueron frecuentes y todas en un
sentido afectivo positivo.
A partir de lo
anterior, nos fue posible observar que la comunicación entre ellos y
la dinámica de roles se encontraba sumamente permeada por supuestos
y prejuicios que en general no se habían hablado o se asumían como
aceptados, especialmente por parte de CL, quien en palabras de ella,
se encontraba permanentemente inconforme con el desarrollo
profesional de JQ, ya que “yo
esperaba que fuera alguien más importante,
[ya que solo es posible salir adelante cuando se trabaja para una
gran empresa]6”
( CL). Comentario que inmediatamente irritó a JQ cuestionándole si
le había faltado algo económicamente.
Posterior a esto, las
sesiones giraron en torno a los conflictos de comunicación familiar,
específicamente a los malos entendidos entre la pareja y los
desacuerdos con la educación de los hijos; han sufrido un
distanciamiento sexual, que CL reclama intensa y violentamente a lo
que JQ responde “Cómo
quieres que me acerque si permanentemente te encuentras irritada y
quejándote de mí”.
- Sociodinamia de la Familia S.
Este rubro lo
construiremos a partir de las observaciones de las tres primeras
sesiones, además de la narración de un día laboral habitual y uno
de fin de semana.
- Ambiente:
Es un grupo familiar
con un nivel socioeconómico de clase media, media alta, en la que
ambos padres son profesionistas. Viven en una zona residencial del
centro sur de Ciudad de México en un departamento que fue un
obsequio. Ambos estudiaron en una universidad privada que fue donde
se conocieron. Ella ha laborado en instituciones bancarias
intermitentemente, ascendiendo rápidamente en ellas hasta puestos
directivos. Durante el transcurso del proceso terapéutico, reingresó
a trabajar en una de la que se salió rápidamente al pretender
iniciar su propio negocio, al darse cuenta que tiene una importante
cartera de clientes cautivos.
JQ inició la terapia
siendo Director de Recursos Humanos de una empresa mediana y durante
el proceso fue liquidado por un recorte de personal, a partir de ese
momento, decidió iniciar su propia empresa en este rubro. Es una
familia urbana, en la que la mayoría de las actividades se realizan
fuera de ésta. Dado el estrato social al que pertenecen y en el que
pretenden sostener a sus hijos, el grupo familiar se encuentra
sometido a una fuerte presión económica.
Un punto importante
que ha permeado la situación actual del grupo familiar, es que les
resultó sumamente difícil concebir a sus primeros hijos, por lo que
antes de lograrlo estuvieron en tratamiento de fertilidad varios
años, concibiendo gemelos, además de que el primer embarazo fue de
alto riesgo, naciendo los gemelos con bajo peso y reflujo. El
embarazo de la menor, en cambio, fue espontáneo siendo concebida un
año después de la concepción de sus hermanos, sin mayores
complicaciones.
- Sistema externo: dependencia entre actividades y sentimientos.
En este caso, a
diferencia de los anteriores, sí es posible rastrear aquellos
contenidos que aportan la pareja fundante y que permean toda la
dinámica. En primera instancia, JQ es el intermedio de tres
hermanos, manteniendo una mejor relación con la mayor que con el que
le sigue. Su padre era profesionista (se desconoce su profesión),
con una gran dedicación hacia el trabajo y la rectitud, en ocasiones
JQ se ha quejado que era adicto a éste. Falleció cuando él tenía
18 años, situación que lo devastó, ya que la relación con su
madre nunca ha sido buena. Él se “construyó” como un hombre
calmado y perseverante, que se sabe solo y está dispuesto a abrirse
camino en la vida por sí mismo.
Por su parte, CL
proviene de una familia con un antecedente de enfermedad mental grave
(esquizofrenia de su hermano), es la menor de dos hermanos teniendo
que representar rápidamente el rol del primogénito dado que el
hermano mayor enfermó entrando a la pubertad. Su padre se desempeñó
siempre dentro del gobierno y diversas instituciones financieras,
mencionando ella que él es un hombre estricto y trabajador, dando
siempre prioridad al trabajo y la posesión de bienes; mientras que
su madre siempre ha sido frágil emocionalmente, y más bien
dependiente del padre, sumamente crítica con ella, dado que desde su
perspectiva nunca cumplió con los estándares de “buena hija”.
Ella enfermó muy joven de poliomielitis, y dado que se le trató con
oportunidad, solo quedó con una secuela en una de sus piernas,
habiendo sido intervenida quirúrgicamente en dos ocasiones, una
durante la primaria y la segunda en la adolescencia; esto le dejó
cicatrices en la pierna que ella vive como marcas que la hacen
inferior y le quitan belleza deteriorando su autoconcepto. Desde muy
joven, sintió la necesidad de ocupar el lugar de su hermano, por lo
que decidió estudiar finanzas para complacer a sus padres aunque los
decepcionó al casarse con JQ, ya que desde la perspectiva de ellos
no estaba a la altura de su hija.
Ellos
se conocieron en la universidad, e inmediatamente se sintieron
atraídos, aunque CL reconoce que en un principio ella tenía otra
pareja que fue “destruida” por culpa de sus padres. A raíz de
ello, decidió iniciar la relación con JQ durando dos años de
novios, y desarrollando un gran cariño por él. Él menciona que
desde el principio de la universidad, se sintió atraído por CL pero
como ella tenía pareja, se fue acercando “poco a poco” hasta que
logró atraer su atención.
En general, JQ ha
sido el principal proveedor, o por lo menos el más constante, dado
que CL dejó de laborar cuando se supo embarazada situación que
desde entonces le ha generado malestar significativo, habiendo
emprendido diversos intentos de regresar, sin haber logrado
concretarlos.
El acuerdo explícito
es que JQ provee los recursos económicos mientras que CL de encarga
de la crianza de los hijos y administra la casa, situación que se
mal logra, ya que desde la perspectiva de él, ella “es
una despilfarradora”,
además de que no logra educar adecuadamente a los niños ya que
“siempre
me habla para acusarlos y que ponga orden”
(JQ). Vale la pena mencionar que aunque el trabajo que desempeña JQ
es lo que se podría llamar “un buen trabajo”, él no se
encuentra plenamente satisfecho dado que siempre quiso desarrollarse
en otra área; pero desde que concibieron a sus primeros hijos,
accedió a tener “un trabajo formal” por presión de CL.
Por su parte, CL no
mantiene una estructura o dinámica de las tareas a realizar, ya que
en casi todo lo que tiene que ver con las actividades domésticas se
siente muy frustrada, porque a ella le enseñaron a trabajar en una
empresa.
Como se puede
observar, las actividades realizadas en este sistema resultan
frustrantes y en general, generan sentimientos displacenteros a los
miembros del grupo, cosa que imprime un cierto nivel de tensión
emocional en el ambiente.
- Dependencia mutua entre actividad e interacción:
Muchas de las
actividades que se realizan en la familia son individuales, por lo
que las posibilidades de interacción son limitadas y más bien se
han simbolizado dado el contexto donde ésta se encuentra, ya que por
ejemplo, a diferencia de Aztatla donde el ESPOSO entregaba su dinero
de manera concreta, JQ paga las tarjetas de crédito con el
consecuente reclamo a CL por los altos gastos realizados.
En este caso, las
actividades mantienen más bien una organización caótica, lo que
genera una situación similar en la dinámica de interacción. En
general, se pueden ubicar cuatro actividades que propician
interacciones conflictivas y por las que la mayoría de los miembros
acaban frustrados y con sentimientos de enojo e impotencia: a) la
salida a la escuela; b) las actividades escolares; c) las tareas
domésticas y d) la llegada de JQ del trabajo.
- En lo que se refiere a la salida a la escuela, generalmente CL se levanta a las 5:50 am, comienza a preparar el desayuno, a las 6 va a las habitaciones a levantar a los niños; para esto JQ ya se metió a bañar, pero “no es hasta las 6:30 que comienzo a gritar que me hacen caso”. JQ es el responsable de llevar a los niños a la escuela, y deben salir a más tardar a las 7:10 am para no llegar tarde, aunque por lo general salen a las 7:30 ya que él se tarda mucho arreglándose, “además se va y no saca la basura, lo que me enoja mucho”.
- Para la realización de las actividades escolares, generalmente CL acaba peleando con los gemelos y llamando a JQ para acusarlos, al grado que en muchas ocasiones ella los deja a que hagan la tarea hasta las 21 hrs. cuando llega él; menciona que “realmente no puedo con ellos, a pesar de que desde la hora de la comida les comienzo a decir que hagan la tarea rápido para que puedan ponerse a jugar, ellos lo hacen al revés. Además, cuando comienzo a regañarlos porque no me hacen caso se comienzan a pelear y es cuando me sacan de quicio y llamo a JQ para que los regañe.” (CL).
- JQ menciona (en un tono acusador en contra de CL) que no hay un orden para levantar la casa, en ocasiones le exige a los niños que levanten sus habitaciones mientras que en otras ella lo hace; así mismo le pide a JQ que tienda la cama y aspire el cuarto o que lave y cuelgue la ropa “dependiendo de su humor” (JQ). Situación que los confunde mucho. Ella refiere que va levantando la casa conforme la va viendo tirada, que no hay un plan ni obligaciones asignadas; “yo quiero que se acomidan y me ayuden en lo que vean que hace falta” (CL). Situación que generalmente no sucede, por lo que ella termina altamente frustrada, enojada con su esposo y con sus hijos regañados.
- Aclaró JQ que en muchas ocasiones, no quiere llegar a su casa, ya que sabe que tendrá que llagar a regañar a sus hijos, y a discutir con CL; “yo quiero llegar y disfrutar a mi familia después de un día de trabajo” (JQ); normalmente, su horario de trabajo es a las 19 horas, tiempo en el que como reloj lo llama CL para ver si ya va en camino (después de haberlo llamado dos o tres veces para que regañe a sus hijos por tareas o pleitos), y sin importar lo que él le diga, ella lo llama cada 30 minutos hasta que llega; situación que lo irrita mucho y hace que llegue normalmente enojado a casa y no quiera interactuar.
A partir de estos
ejemplos, podemos observar que no hay una estructura en la dinámica
de las actividades que realiza la familia, lo que genera
interacciones desorganizadas y generalmente confusas, que resultan
poco efectivas y dejan a los miembros en un estado de frustración y
enojo; que normalmente descargan en pleitos y discusiones intensas y
frecuentes. No se observa una clara línea de autoridad, aunque CL
pretende asumirla.
- El sistema interno.
Recordando que en el
sistema interno es donde se elaboran y re-elaboran permanentemente
las relaciones entre los miembros del grupo, para de ahí accionar
sobre el sistema externo, podremos entender la dinámica en la que
vive la Familia S. Viven en general, en un estado de tensión
permanente, ya sea por las actividades domésticas, el uso de los
recursos, las peleas constantes entre los hijos y entre la pareja, el
no ponerse de acuerdo en las actividades de recreo, entre otras.
Retomando el análisis
sociométrico (figuras 2 y 3), observamos que de una u otra forma
todos los miembros se encuentran conectados. Existe cierta debilidad
en la pareja parental mientras que hay un triángulo fuerte entre los
hijos. Se encuentran especialmente conectados CL con GAB, MIG y FER,
mientras que JQ tiene un vínculo fuerte con FER y envía un afecto
más fuerte hacía CL del que ella le devuelve.
A partir de las
sesiones diagnósticas, fue posible observar que las relaciones en
general se encuentran cargadas de ambivalencia, en las que se
expresan un genuino y profundo afecto, pasando en un momento a
agredirse de manera brutal. Los gemelos tienen un vínculo muy
fuerte, mientras que FER ha desarrollado una mejor relación con MIG.
En general ella es el polo emocional de la familia, quien habla con
sus hermanos siendo una moduladora del afecto.
Sociognéticamente,
la familia presenta un deficiente desarrollo especialmente en lo
psicoemocional, fundamentado esto en la simbiosis observada por
algunos vínculos y la ambivalencia general de los mensajes; también
es posible observar esto en las dificultades generales de
comunicación referidas, así como algunos problemas de relación de
los hijos (especialmente los gemelos) en el contexto escolar; con el
consecuente detrimento del estatus sociométrico del grupo familiar
en su contexto y de los miembros en los distintos grupos en los que
participan fuera de éste.
- Dependencia mutua entre interacción y sentimiento.
Hemos visto que las
interacciones al interior de este grupo familiar son en general poco
claras y causan en los miembros sentimientos desagradables, un
ejemplo de esto son los fines de semana, que a palabras de JQ
“comienzan
a gritos, si nos son contra, mí son contra los niños”
a lo que CL responde que “él
se queda hasta muy tarde cuando debería venirse a acostar conmigo”.
Refiere JQ sentirse
permanentemente irritado y molesto, por lo que para no explotar en
casa ha optado por aislarse emocionalmente, condición que enoja a
CL, ya que ella está acostumbrada a que le contesten y que no la
ignoren. Situación que rompe con la cadena de interacciones
generando sentimientos fundamentalmente de frustración y enojo
especialmente en CL.
Las interacciones de
CL con sus hijos, son poco eficientes y generalmente no llegan a
nada; habría que recordar que como menciona Homans, para que el
liderazgo sea eficiente y efectivo, es fundamental que cuando el
líder inicie interacciones con sus subordinados, éstas deben
traducirse en actividades en la dirección que marcó la interacción,
además de generar sentimientos agradables o por lo menos, no
displacenteros. En este caso, las de CL no son seguidas ni en las
mañanas para salir hacía la escuela, por la tarde en las
actividades académicas ni en lo que se refiere a las labores
domésticas, a menos que ella haya comenzado a gritar e incluso a
reprender a los hijos castigándolos o golpeándolos. A lo que los
niños y especialmente los gemelos han respondido realizando una
alianza, habiendo identificado que lo que la saca de quicio es que
ellos comiencen a pelear, con lo que ella desiste de sus
instrucciones llamando a JQ para que intervenga, sin obtener el
resultado que deseaba, terminando ella frustrada, los niños
castigados y enojados, y JQ molesto al haber sido interrumpido en sus
actividades fuera del núcleo del grupo y no haber dado la respuesta
que se esperaba.
Por su lado, CL
menciona que su relación con FER es buena, ya que “ella
hace lo que debe y no da problemas”.
JQ reconoce abiertamente sentir una mayor afinidad hacia ella,
reconociendo que en varias ocasiones recurre a ella para disminuir la
tensión entre los gemelos y/o entre ellos y su madre.
Sobre las
interacciones con aquellas figuras que pudieran considerarse
significativas afuera del grupo familiar nuclear, observamos
principalmente tres, la madre de JQ y los padres de CL.
Con relación a las
interacciones con la madre de JQ, observamos que éstas son
esporádicas, más bien limitadas a lo considerado como socialmente
adecuado y generalmente dejando al grupo familiar con una sensación
de insatisfacción o molestia; exceptuando a FER, quien tiene
especial aprecio por su abuela, y la llama regularmente, recibiendo
igualmente llamadas frecuentes de ésta.
Por su parte, la
relación con los padres de CL se caracterizan por ser muy
frecuentes, “incluso
intrusivas”
(JQ), cargadas de tensión exceptuando por los gemelos, quienes “los
ven con mucho cariño”
refiere CL, aunque replica JQ que es porque siempre les compran
cosas. CL se siente muy presionada por las visitas o llamadas de sus
padres, ya que éstas en muchas ocasiones, son para reclamarle que no
es una “buena hija”, o para presionarla a que vuelva a trabajar;
lo que la deja a ella muy enojada explotando regularmente con la
menor provocación, que generalmente proviene de los gemelos o de JQ.
- Dependencia mutua entre sentimiento y actividad, de actividad e interacción:
Con base en lo
observado durante las sesiones diagnósticas, y el análisis
anterior, podemos mencionar que dentro de este grupo familiar existe
ambivalencia en los estados afectivos, ya que abiertamente reconocen
sentir mucho amor los unos por los otros, pero dentro de la dinámica
cotidiana emergen los sentimientos de enojo y frustración
primordialmente, situación que ha deteriorado profundamente las
actividades y las interacciones, lo que a su vez genera mayores
sentimientos de enojo y frustración.
Lo anterior se
observa en las constantes peleas entre CL y JQ, los conflictos de
ella con sus hijos, y el distanciamiento y mutismo empleado por él
para “no
caer en esa dinámica loca”.
Menciona JQ que cuando ella comienza a gritar, él no le contesta e
incluso se sale de la habitación donde estén, siendo perseguido por
ella, reclamándole y gritándole hasta que lo saca de quicio y le
contesta a gritos o hace lo que ella quiere de manera violenta
quedando él muy resentido, y ella muy enojada sin hablarle hasta por
dos semanas. A lo que contesta ella que necesita que le hagan caso.
- Las normas y el rango social:
Con relación a las
normas, es posible observar que éstas son confusas primordialmente,
ya que al parecer existe un conflicto entre “lo que debe ser una
buena familia” con la realidad vital a la que se enfrentan
cotidianamente. Pareciera que en algún momento del ciclo de vida de
este grupo familiar, se perdieron en torno al sentido que perseguían,
especialmente JQ y CL, lo que en un momento deterioró sus canales de
comunicación impidiendo la re-elaboración de la relación y la
actualización de las normas.
De la misma manera
que en los otros grupos familiares que hemos presentado, aquí
encuentramos que existen dos normas tácitas “ayudar” y “estar”;
que en general no se cumplen en el grupo de manera general, aunque al
acceder a los subgrupos observamos su existencia.
Quien cumple mejor
con la norma de “ayudar” es FER, ya que es ella quien ayuda a
calmar los conflictos entre CL y sus hermanos, así como ser un
amortiguador entre JQ y CL. Este es uno de los principales puntos de
tensión dentro de la familia, ya que al ser CL la responsable de la
crianza y educación de los hijos, así como de la administración
doméstica, ella espera que el resto del grupo la “ayude”, sin
recibir respuesta, o no la que esperaría.
Por otro lado. en el
“estar”, ellos viven juntos y dado que los hijos son menores de
edad, “están” conviviendo entre ellos y con su madre al menos
toda la tarde de los días entre semana. Pero este “estar” es más
de facto
que en lo afectivo, ya que ni CL sabe ni quiere “estar” con los
niños (ella fue educada para ser profesionista), y ellos normalmente
están enojados, castigados o peleando entre sí, por lo que el
“estar” de la manera como ellos lo realizan resulta
displacentero, no regula la conducta e impide la adecuada elaboración
de las relaciones.
Este “estar” es
uno de los mayores puntos de conflicto entre la pareja, especialmente
por el reclamo de CL hacia JQ al no estar él con ella, situación
que el acepta al reconocer que no quiere llegar a casa, o que ha
caído en mutismo e indiferencia para evitar fricciones con ella.
Con relación al
rango social, observamos una importante contradicción, ya que como
lo marca nuestra cultura, se supone que es la madre quien posee el
mayor rango, al ser ella quien lleva el mayor peso en el
funcionamiento del grupo y quien inicia interacciones con más
frecuencia hacia su pareja y los hijos; pero contrariamente a esto,
es ella quien tiene un bajo rango social en comparación con JQ y
FER, ya que aunque él inicia menos interacciones con sus hijos, las
que realiza son seguidas de actividad y en la dirección en que ésta
fue planteada; mientras que al parecer en el orden del grupo, es ella
su lugar teniente en vez de CL.
Parece que
inconscientemente CL intuye su bajo rango social dentro del grupo, lo
que es otro factor para generarle enojo y desesperación, ya que por
más que lo intenta no puede realizar interacciones que deriven en
actividades específicas en sus hijos y su pareja.
- Reacción del sistema interno sobre el externo:
Como lo menciona
Homans y lo mostramos en el capítulo anterior con la familia
extendida, el grupo familiar S presenta una disociación entre el
sistema interno y el externo, dado que todas las acciones que
realizan sus miembros dentro del grupo pertenecen de manera directa
al sistema interno, mientras que su actuar sobre el externo es
realizado de manera individual y con pertenencia a otros grupos.
Con respecto a la
reacción del sistema interno sobre el externo, podemos observar que
dado el nivel de conflicto en las relaciones al interior del grupo,
los desajustes en éste han permeado el desempeño de los miembros
del grupo en el ambiente, siendo que los hijos y especialmente los
gemelos, presentan problemas para ajustarse al ambiente escolar, al
grado que los padres han sido llamados frecuentemente a la escuela y
se ha requerido una evaluación psicológica de éstos. JQ reconoce
una disminución en su rendimiento laboral, al grado que durante el
tratamiento, éste perdió su trabajo; mientras que CL invierte tanta
energía emocional en el mal funcionamiento del grupo que no ha
podido estabilizar su esfera laboral; de ahí que sea posible pensar
que cuando existen problemas en la dinámica del sistema interno, el
externo se verá afectado dada la interdependencia entre éstos; lo
que es corroborado por Homans y Moreno en el principio sociodinámico.
- El tratamiento sociátrico:
En este apartado
trabajaremos sobre la forma en cómo se organizó de manera
estratégica el trabajo terapéutico de la Familia S. Advertimos a
los lectores, que tratando de no afectar la esencia básica que
permita una clara presentación del trabajo sociátrico, omitiremos
detalles específicos y contenidos emergidos durante el tratamiento,
principalmente con base en el principio ético de confidencialidad, y
dado que este trabajo no pretende la formación de psicoterapeutas ni
clínicos; ya que es principalmente demostrativo.
El trabajo de toda la
familia duró aproximadamente ocho meses, siendo estos más o menos
constantes; la baja del proceso se dio por parte de la familia
fundamentalmente por motivos económicos, no sin haber logrado
avances importantes y transformaciones profundas en la dinámica y
estructura de relación. Cabe resaltar que con base en la lógica de
trabajo de la psicología profunda o dinámica, no hay un tiempo ni
mínimo ni máximo en la duración de los tratamientos, ya que éstos
obedecen a la demanda del paciente, su situación vital, así como a
los procesos de traslaboración.
El tratamiento (Tx.)
se organizó de una manera en que se trabajará tanto con la familia
reunida, como en la de sus subgrupos con espacios paralelos, siendo
CL quien inició un proceso psicoterapéutico individual que
prosiguió cerca de seis meses más después de finalizado el trabajo
con el grupo familiar. En el caso de FER, al ser quien después del
proceso de diagnóstico (Dx.) contaba con mejores recursos
emocionales y sociales, se decidió tanto por parte del equipo de
terapeutas, como por el grupo familiar, que solo participara en las
sesiones con todo el grupo reunido. El subgrupo de los padres
trabajaba con sesiones semanales, así mismo los dos hijos varones,
mientras que el grupo familiar se reunía cada dos semanas.
El Tx. Se realizó
con base en los principios de libre asociación y libre
representación7,
por lo que no hay un orden específico en los contenidos trabajados,
dado que la emergencia de estos depende directamente de la situación
emocional de los pacientes al inicio de la sesión, los
acontecimientos ocurridos entre sesiones, así como el impacto de lo
trabajado durante las sesiones anteriores.
Con base en lo
anterior, la organización de la presentación del trabajo la
realizaremos por subgrupos y por temas.
Con relación a la
pareja de padres, comenzamos a trabajar con dos temas
fundamentalmente; el resentimiento mutuo y la no escucha entre ellos,
aquí comenzamos trabajando con la expresión emocional y la escucha,
utilizando principalmente el cambio y representación de roles. A
partir de aquí CL se dio cuenta de la cantidad de presupuestos que
había depositado sobre la relación y JQ, que opacaban la realidad
del hombre con quién se había casado. Mientras que JQ ubicó tener
un muy profundo coraje y resentimiento contra ella, especialmente por
sentirse anulado y menospreciado.
Explorando los
orígenes de estos sentimientos, ambos ubicaron el momento en que
surgieron las complicaciones con el embarazo de los gemelos, de ahí
que CL identificó que en ese momento “ya
teníamos que madurar y dejar de jugar”
(CL), por lo que comenzó con una fuerte exigencia sobre JQ. Por su
parte, él se vio literalmente desplazado por toda la demanda de
atención que requería CL dadas las necesidades y cuidados que
requerían su condición, de ahí que “me
eché a cuestas a mi familia y me puse a caminar, sin prestar
atención a mis necesidades”
(JQ), ubicando que fue en ese momento cuando olvidó un sueño que
tenía para desarrollar una empresa en el campo de la psicología
organizacional y comenzó a buscar trabajo de “gente seria”.
Por otro lado, CL
identificó que mucha de la exigencia irracional realizada hacía JQ
provenía de discursos aprendidos desde su infancia, así como frases
que le repetía su madre cuando acudía a su casa a “ayudarla”
con el embarazo.
Para confrontar a la
pareja con sus creencias, abrir un canal de comunicación y
desarrollar empatía, se realizaron distintos ejercicios
psicodramáticos.
Esto llevó a la
pareja a ubicar que muchas de las problemáticas que estaban
enfrentando se derivaban de una ruptura en su capacidad de
comunicación y empatía, lo que dificultaba la coordinación de las
actividades, hacía tensas las interacciones y en general les dejaba
sentimientos de enojo y frustración.
Fue en este punto
cuando CL comenzó su proceso psicoterapéutico personal, al ubicar
que muchos de los contenidos que estaba depositando sobre JQ y sus
hijos, provenían de situaciones traumáticas o no resueltas de su
familia de origen y no necesariamente producidas a partir de su
estancia en su grupo familiar actual.
A partir de ese
momento, se comenzó a trabajar sobre la organización de las tareas,
así que por ejemplo se encomendó a JQ sacar la basura por las
mañanas, así como meter la ropa a la lavadora por las noches y
sacarla por la mañana. Esto liberó una carga importante de presión
sobre CL en la dinámica cotidiana, además de que comenzó a
sentirse apoyada.
Buscaron actividades
en conjunto, así que JQ hizo un esfuerzo para acompañarla a
realizar las compras de la semana, lo que sirvió para ordenar hasta
cierto punto, los gastos familiares.
Uno de los progresos
más notables a partir del proceso individual de CL, el trabajo en
pareja y las sesiones familiares, fue que ella comprendería que cada
uno de los miembros del grupo son sujetos individuales que comparten
la existencia con ella, y que por lo tanto no necesariamente van a
reaccionar como ella lo espera o desea. En este momento, ella se
confronta con la idea de ser buena madre, suficientemente buena
esposa y mujer, ya que creía que si ella no lograba tenerlo todo
bajo control estaba fracasando, situación que la angustiaba dados
sus antecedentes familiares. Así que uno de los más grandes logros
terapéuticos fue poner límites a sus padres, manejar la culpa por
esto y por admitir y permitir que no todo debiera ser perfecto y
salir o realizarse como ella lo había pensado.
En relación con los
niños, se trabajó fundamentalmente desde el juego libre en sesiones
conjuntas, los focos de trabajo fueron principalmente la rebeldía en
casa y los pleitos entre ellos, así como de manera secundaria las
dificultades de adaptación escolar, ya que ésta fue considerada
como un síntoma secundario.
En general durante la
primera etapa del Tx. (primeros 2 o 3 meses), el contenido del juego
estaba cargado de violencia y ambigüedad, a partir de la detección
de esto se comenzaron a realizar representaciones sobre la violencia,
encontrando que venía esta fundamentalmente de su madre e
inmediatamente se conectó con la ambigüedad, expresando ellos que
se sentían muy enojados y confundidos, ya que no sabían qué hacer:
con ellos se representaron roles de mamá, papá e intercambiaron
roles entre ellos, lo que les permitió comprender cómo es que cada
uno se siente en las distintas situaciones, especialmente su madre
cuando ella les solicita la realización de alguna actividad y no
obtiene respuesta, o su padre cuando tiene que llegar del trabajo a
regañarlos.
Dentro del juego y la
representación comenzaron a pedir límites y a expresar la necesidad
de hacer cosas en casa para sentirse menos enojados.
Con relación a la
situación escolar, mencionaron que ese era el único momento en que
sentían que sus padres les prestaban atención, además de que se
sentían demasiado tristes para estudiar o trabajar en la escuela.
La situación de los
niños mejoró en general a partir del trabajo realizado tanto con la
pareja, como en las sesiones con el grupo familiar completo. Aquí el
trabajo se enfocó en la escucha de cada uno, así los miembros
comenzaron a expresar como se sentían al pertenecer a esa familia y
lo mal que se sentían al estar todos peleados. En general hubo
respuestas ambivalentes, ya que todos expresaron que amaban a los
otros, pero que se sentían muy enojados y tristes cuando todo era un
caos.
Se representaron
varias situaciones que los miembros consideraron emblemáticas, y en
las que ellos pudieron ubicar situaciones de conflicto; por ejemplo
el desayuno del domingo, las tareas escolares, el aseo de la casa,
etc.
Al representar estas
situaciones, los miembros pudieron tomar consciencia de su
participación y responsabilidad en lo que ocurre en casa, se
confrontaron con sus sentimientos y pudieron mirar el actuar de los
otros; para lograr apuntalar esto, se procedió a trabajar las mismas
escenas haciendo cambios de roles, así que JQ representó a CL y
viceversa, los niños cambiaron roles entre sí; pero lo que resultó
mucho más impactante fue cuando los padres representaron los papeles
de los hijos, ya que fue ahí cuando ambas partes pudieron comprender
las posiciones de los otros, especialmente contactando sentimientos
de frustración al no verse escuchados y comprendidos por los otros.
En este punto, la
familia se confrontó con su realidad, y durante varias sesiones
entraron en una etapa depresiva, donde no encontraban cómo resolver
la situación, de ahí que se realizó la escena “una familia
diferente” partiendo de la pregunta ¿Cómo sería nuestra familia
si fuera diferente? Se le permitió a cada uno de los miembros que
representarán una modalidad diferente de su rol en la familia, así
que FER comenzó a ser caótica y a no obedecer, GAB y MIG tendieron
sus camas y e hicieron sus tareas sin pelear, CL dejó de gritar y
durante un momento en que sintió que explotaba, se salió de la casa
a caminar para tranquilizarse; JQ fue más activo en la contención
de los niños y llegó a ayudar a CL con los preparativos para la
escuela del siguiente día.
Aquí se descubrió
que uno de los puntos de conflicto en la realización de las tareas
domésticas era la computadora, ya que tanto CL, como los tres niños,
rivalizaban por el tiempo frente a ésta y en lugar de utilizarla
para trabajar, jugaban, revisaban sus buzones de correo electrónico
e incluso chateaban mientras había otros que necesitaban trabajar.
A partir de la
resolución de esta escena, la familia comenzó a preguntarse ¿Cómo
podemos vivir mejor?, ahí JQ compartió su experiencia de sentirse
muy frustrado y enojado cuando llega a la casa y la encuentra hecha
un caos con todos enojados, por lo que propuso realizar un cuadro de
tareas y responsabilidades donde se daría a aquellos que cumplieran
con todas durante una semana un premio; con lo que el resto estuvo de
acuerdo; en este punto una intervención directa del equipo
terapéutico fue la pregunta ¿Cómo van a normar las actividades?;
así que una de las principales tareas de los padres fue definir e
identificar cuáles eran las tareas responsabilidad de ellos, y
cuáles de los niños. Esto confrontó a los padres con el tipo de
educación que querían dar a los niños.
Derivado de lo
anterior, se obtuvo una lista de tareas obligatorias que tenían un
puntaje, aquellas optativas que tenían otro y otras adicionales que
tenían un puntaje mayor pero solo era posible realizarlas si se
habían completado las obligatorias y las optativas.
El equipo de
terapeutas advirtió a la familia que habían vivido diez años en
una dinámica, y que no esperaran obtener resultados inmediatos. En
general, los miembros del grupo familiar se encontraban bastante
entusiasmados con esta nueva dinámica, siendo que al poco tiempo se
confrontaron con que no habían desarrollado un sistema de evaluación
del mismo y que aún no tenían un espacio en familia para compartir
de manera conjunta, por lo que JQ de manera espontánea y utilizando
sus habilidades profesionales, propuso que semanalmente los domingos
por la tarde realizaran un círculo mágico8.
Esto les permitió ir ajustando su sistema así como rotando las
actividades optativas y las adicionales.
Paralelamente a este
trabajo, la pareja se dio cuenta de la falta de espacios en pareja, y
de cómo es que los habían perdido al verse abrumados por las
demandas de tener tres bebés de manera casi simultánea en casa.
Este tema les permitió rememorar el desarrollo de habilidades para
la crianza, así de los sentimientos de unión que había entre
ellos; como derivado de esto, y dado que sus hijos tenían la
capacidad de quedarse solos unos momentos, decidieron tomarse una
hora un día de la semana por la noche, saliendo a tomar un café
para platicar, expandiéndola hasta dos al ver que los menores se
comportaban, saliendo a cenar o al cine.
Fue en este punto
cuando el Tx. fue interrumpido, pero cuando la familia informó que
esto pasaría, el equipo terapéutico solicitó un par de sesiones
para cerrar el proceso; de ahí que durante este trabajo, el grupo
familiar tomó consciencia sobre la situación como se presentaron,
los principales puntos trabajados, sus logros y la prospectiva al
terminarlo.
Uno de los
principales logros que ellos mencionaron, fue el de establecer
actividades de manera ordenada con claras consecuencias si éstas no
se realizaban, lo que permitió que se sintieran mucho más seguros
en lo que “debían hacer” disminuyéndose de manera significativa
los roces entre CL, los niños y JQ.
Por otro lado, al ver
realizadas estas tareas (que no siempre fue fácil), encontraron que
podían interactuar sin pelear, por lo que comenzaron a sentirse
menos frustrados, y más escuchados y tomados en cuenta.
El círculo mágico
les permitió abrir un espacio de auto-observación, auto-reflexión,
que desde nuestra perspectiva fue sumamente valioso para la
potencializarían de los logros terapéuticos, así como para la
apertura de canales de comunicación y fortalecimiento del sistema
interno que era lo que fundamentalmente se encontraba deteriorado.
A manera de
reflexión, resaltamos que en muchas ocasiones y dada la falta de
educación en lo referente a cuestiones de relaciones interpersonales
y familiares, es muy probable que muchas familias se encuentren en
situaciones similares a éstas, siendo posible que las resuelvan con
una mínima ayuda o incluso por ellas mismas.
Cabe destacar que
esto no fue un Tx. maravilloso, ni que todos los grupos familiares se
comportan de la misma manera, de ahí que la Familia S, a pesar de
haber estado una cantidad importante de tiempo en una situación de
fuerte caos, el vínculo entre la pareja se encontraba con un bajo
nivel de deterioro,
Para concluir, vale
la pena resaltar que la perspectiva sociátrica demostró tener la
suficiente consistencia teórica y potencia técnica para trabajar de
manera clínica con grupos familiares; además de quedar demostrada
la perfecta articulación entre las dos ramas diagnósticas o
investigativas con esta intervención.
El trabajo aquí
presentado mostró la manera en como el pensamiento socionómico en
general y en particular la sociatría, puede trabajar con grupos
familiares, sería de suma importancia la realización de más
investigación para someter a prueba de manera más detallada los
postulados planteados.
1
Tomamos como concepto de “Fe” el descrito por el Diccionario de
la Real Academia Española en su 22º edición, donde en la 4º
acepción del concepto a la letra dice: “Confianza, buen concepto
que se tiene de alguien o de algo.”. Consultada en:
http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=fe
el 5 de julio del 2011 a las 12:52 hrs.
2
Laplanche (1983) plantea que el trabajo elaborativo o
translaboración se refiere al proceso en el que el paciente logra
realizar una integración de contenidos psíquicos, afectivos y
conductuales, a partir de superar una resistencia, en la que a
partir de la aceptación de ciertos contenidos reprimidos este tiene
la capacidad de liberarse de la repetición compulsiva para plantear
nuevas formas de conducta.
3
Dice
Laplanche (1986) que la abreacción
es una “Descarga
emocional, por medio de la cual un Individuo se libera del afecto
ligado al recuerdo de un acontecimiento traumático, lo que evita
que éste
se convierta
en patógeno o siga siéndolo. Puede ser provocada en el curso de la
psicoterapia, especialmente bajo hipnosis, dando lugar a una
catarsis; pero también puede producirse de forma espontánea,
separada del trauma Inicial por un intervalo más o menos
prolongado.
4
La palabra
iatrogenia deriva del griego:
iatos:
médico y
genia:
origen. Según el diccionario de la Real Academia de la lengua
española
Dícese
de toda alteración del estado del paciente producida por el
médico".
5
En estas sesiones se presentan dos terapeutas, dados los
antecedentes familiares de CL y la posible personalidad límite
detectada, se está evaluando que además de un tratamiento
familiar, ella lleve uno individual.
6
Este contenido es relevante ya que es uno de los supuestos más
importantes sobre los que había girado la relación, y que generaba
más malestar entre la pareja; este los formulo CL en una sesión
que se tuvo a solas con ella.
7
Menciona Laplanche (1996 ) que la Asociación libre es el “Método
de expresar sin discriminación todos los pensamientos que vienen a
la mente”.
Igualmente en el trabajo psicodramático se permite que siguiendo
los principios del método, los pacientes vayan organizando una
escena o re-presentación con base en una primera idea o momento
evocado durante el inicio de la sesión.
8
Que en palabras de JQ es una técnica que permite el desarrollo de
habilidades del pensamiento y emocionales a los miembros del grupo,
en el que pueden expresarse y conocer los puntos de vista de los
otros.