- LA PERSPECTIVA SOCIONÓMICA
- . Fundamentos teóricos de la socionomía.
En
el presente capítulo hacemos un recorrido por los escritos
desarrollados por Jacobo Levy Moreno creador de la Socionomía; a
partir de esto pretendemos realizar una síntesis teórica y
actualización de su pensamiento, para lo que consultaremos además
escritos de otros autores sobre el tema.
Jacobo
Levy Moreno nació el 18 de mayo de 1889 en Rumanía; migrando muy
pequeño a Viena donde vivió desde su infancia y realizó sus
estudios universitarios. Ahí, además de estudiar medicina,
filosofía, teatro e iniciarse en el Hasidismo, se dedicó a
desarrollar sus ideas existenciales además de tener una muy activa
vida dentro de los círculos intelectuales de la época.
Es
a partir de estos antecedentes que comenzó a desarrollar un sistema
de pensamiento que a todas luces era avanzado para su época, ya que
ejercía una fuerte oposición hacía el positivismo, apoyado en las
ideas de Begson, el Rabino Bejarano, Martin Buber, entre otros.
- El principio del encuentro. CORREGIR EN EL ÍNDICE
Menciona
Moreno (1975, 1995) que el principio fundamental a todas las formas
de psicoterapia y curación emocional es el encuentro genuino entre
personas; y desde su perspectiva consiste en que se generen las
condiciones para que los implicados en la relación, tengan la
posibilidad de reconocerse, mirarse, sentirse, estando y siendo
juntos en un momento y espacio tiempo.
Para
la mejor comprensión de este concepto hay que retomar lo que propone
Buber (1984) con relación al Yo-Tú, donde hace un especial hincapié
en que el yo solo puede existir a partir del reconocimiento del tú,
por lo que la mínima unidad existencial es la diada “yo-tu”.
Moreno
mencionó que el encuentro solo es posible a partir de la relación y
la reciprocidad, solo cuando cada uno de los implicados experiencÍa
la más simple y profunda existencia del otro, podrá experimentar la
suya propia.
El
encuentro no es un concepto teórico ni estático, ya que solo es
posible acceder a él a partir de la existencia en relación, de ahí
que desde la mirada socionómica, la patología y los problemas
interpersonales, se producen a partir de la dificultad para que las
personas tengan un encuentro, ya que desde esta perspectiva, la
relación no es libre, natural y espontánea, dado que muy
probablemente los roles que desempeñen los implicados obedecerán
más bien a conservas culturales, por lo que en lugar de responder a
las necesidades de representación del momento, serán rígidos y
estereotipados, sin ningún contenido vital y sí más bien
representando un guión cultural.
El
yo-tu que posibilita el encuentro, se establece desde una
comunicación existencial y no objetal, ya que si esto fuera así,
sería una relación yo-ello. El yo-ello –retomando a Buber- se
fundamenta en la cosificación de lo otro, no es libre ni espontánea
y más allá que el encuentro pretende el control.
Uno
de los elementos fundamentales para la comprensión del encuentro, es
que a partir de que se “encuentran” más de dos personas, es que
se posibilita la construcción de un “nosotros”, que contiene un
profundo sentido de identidad y existencia y a partir de los cuales
se pueden establecer los límites de un grupo, ya que aquellos que no
pertenecen a esta categoría no forman parte del grupo.
- La telé
Telé
es un concepto fundamental del pensamiento socionómico. Moreno
observó desde muy joven, la presencia de una fuerza que permite que
las personas se atraigan o rechacen, y plasma estas observaciones en
sus primeros escritos sobre el
teatro de la espontaneidad.
“En
la escena convencional parecen ser suficientes los cinco sentidos,
pero en la interpretación espontánea se va desarrollando un sexto
sentido que percibe los sentimientos del compañero. Un actor
entrenado puede renunciar gradualmente a todas las técnicas de
comunicación y confiar sólo en el factor medial [cambiado
posteriormente por telé],
que guía su mente para prever las ideas y acciones del compañero.
Hay actores ligados el uno al otro por una correspondencia invisible,
dotados por una especie de sensibilidad exasperada por los recíprocos
sentimientos interiores, [...] son recíprocamente telepáticos
[...]”
(Moreno 1947, en Boria 2001).
En
el fragmento anterior, se plasma la observación de una fuerza
psicoafectiva presente entre las personas, concepto que
posteriormente Moreno elabora, amplia y profundiza. En 1966, lo
define:
“[...]del
griego lejos[...] se constituye como una relación elemental que
puede existir entre individuos[...] y que el –ser
humano-1
desarrolla paulatinamente desde su nacimiento como un sentido para
las relaciones interhumanas. Se le puede considerar como el
fundamento de todas las relaciones sanas; y consiste en el
sentimiento y conocimiento de la situación real de las otras
personas. La telé existe normalmente desde el primer encuentro y
crece de un encuentro a otro. Ocasionalmente puede estar desfigurado
por el influjo de fantasías de transferencia [...]”
(Moreno 1966).
Realizando
el análisis del concepto anterior, observamos que se menciona que la
telé se constituye como una relación elemental (genética), que se
tiene desde el nacimiento y que se desarrolla y diferencia conforme
la persona madura, lo anterior fundamentado en múltiples
investigaciones realizadas por Moreno (1966, 1972, 1974) donde se
enfocó a la observación de grupos de recién nacidos, de
estudiantes universitarios, de trabajo y de enfermos mentales.
La
telé se conforma como una unidad básica de sentimiento que se
trasmite de un individuo a otro, y se establece como una expresión
de la tendencia natural del ser humano para establecer vínculos
emocionales con el otro, siendo la calidad de la emoción que
transita entre las personas, la que proporciona la característica de
atracción o rechazo (Boria 2001).
La
definición propuesta por Moreno, supone que la telé es el
fundamento de todas las relaciones sanas y que es de naturaleza
bi-direccional, lo que significa que el flujo emocional viaja
simultáneamente entre las personas implicadas en la relación.
Cuando Moreno se refiere a una relación sana, quiere decir que en
ella hay congruencia en el sentido de la telé que se trasmite entre
los interlocutores, ya sea de aceptación (positivo), rechazo
(negativo) o indiferencia (neutro). En el sentido valorativo, la telé
positiva,
siempre va cargada de sentimientos, que implican un agrado por la
otra persona; la negativa contiene sentimientos de desagrado,
mientras que la neutra no lleva intensidad ni carga afectiva. Estos
sentimientos siempre se presentan en distintos niveles de intensidad,
e implican una mayor atracción o rechazo por el otro.
La
congruencia en la telé consiste en que cuando una persona A siente
atracción por otra B, también B siente atracción por A. En este
caso, tanto A como B tienen un “buen” sentido de las relaciones
sociales y son capaces de percibir intuitivamente las características
del otro y de establecer vínculos emocionales adecuados y
satisfactorios.
En
relación con la última parte de la definición de Moreno –su
origen-, Boria (2001) menciona que desde una perspectiva genética,
la telé surge antes que la transferencia2,
y aclara que aquélla se constituye como una modalidad de
funcionamiento primario e innato, mientras que la transferencia es
aprendida y consecuente con la experiencia. Aclara Moreno (1966) que
la telé a diferencia de la transferencia, es un sistema objetivo y
susceptible de ser observado e incluso medido en la realidad de los
grupos.
Cuando
el niño nace, tiene un pobre sentido de la telé, su única relación
es con su madre, ya que es ella quien representa el primer “otro”
con el que establece un vínculo télico; y conforme el niño se va
desarrollando, se amplía su estructura de relaciones télicas,
observándose esto en la emisión por parte del infante, de un mayor
número de señales emotivas que trascienden la figura de la madre;
estos sentimientos -Menciona Boria (2001)- se dirigen de forma cada
vez más diferenciada a las distintas personas.
- La teoría de roles.
El
concepto de “rol”, Moreno lo retoma del teatro y menciona que la
construcción de éste tiene que ver con la fusión de elementos
individuales y colectivos.
Dice
Moreno que resulta imposible la observación directa del “Yo”,
pero que éste puede ser observado de forma indirecta por medio de
“[...]los
roles con que se manifiesta[...]”,
aclara que la forma en que se constela y conforma la red de roles a
través de la cual interactúan las personas, habla de una
determinada forma cultural (1954 citado en Boria 2001):
“El
rol puede ser identificado como las formas reales y perceptibles que
toma el SÍ. Por lo tanto definimos al rol como la forma operativa
que el individuo asume en el momento específico en el que reacciona
a una situación específica en la cual están involucradas otras
personas u objetos. La representación simbólica de esta forma
operativa, percibida por los individuos y los otros se llama rol. La
forma es creada por las experiencias pasadas y por los modelos
culturales de la sociedad en la que vive la persona, y es sostenida
por las características específicas de las capacidades productivas
de la persona misma. Cada rol contiene una fusión de elementos
privados y colectivos” (idem.).
Etimológicamente,
el término rol (del latín rotulus
=rueda),
se refiere a la parte que un actor interpreta en una representación
teatral, de forma más específica y de acuerdo con los intereses del
presente, éste se presenta en un espacio de convergencia entre la
psicología y la sociología, ya que para la representación de cada
uno, se implican conductas individuales y sociales.
De
la definición anterior, podemos extraer los elementos necesarios
para explicar la importancia teórica de este concepto y su
relevancia en el trabajo psicodramático y el pensamiento
socionómico. En primer lugar, para Moreno el rol es un elemento que
permite la organización de todos los elementos que conforman la
personalidad en un momento/espacio
determinado, lo que quiere decir que los roles no son una abstracción
teórica ni se presentan en el vacío, sino que la persona siempre
representará un rol en un contexto determinado. Menciona que se
constituye como una forma operativa, porque permite la manifestación
de esta organización por medio de comportamientos específicos, que
son susceptibles de ser observados y medidos.
Todo
rol se da en una bipolaridad, lo que implica que siempre hay un
“otro”
implicado,
que responde de manera recíproca por medio de la representación de
un “contra-rol”, es decir, para que aparezca un rol, siempre debe
haber otro que desempeña un contra-rol, siendo mediatizado como lo
menciona Homans (1968), por una tarea específica que demanda y
posibilita la interacción.
Moreno
también hace referencia a la representación simbólica del rol,
esto se refiere a que más allá de las conductas específicas que
implica la representación de un rol determinado, estos
comportamientos van cargados de significado. Dichos significados son
atribuidos al rol en distintos niveles; (a) el primero se refiere al
que le atribuye la persona, y esto tiene que ver con los aprendizajes
previos que la persona tiene, y lo que sabe que implica cierto rol y
forma de relación; (b) el segundo es el significado social que le es
atribuido a partir de los patrones culturales y sociales donde cada
persona se desarrolla, y le imponen a ésta la carga de ciertos
límites comportamentales específicos para cada rol; (c) el tercero
se refiere al significado contextual, que tiene relación directa con
el momento y espacio específico en que se demanda el desempeño de
un rol determinado; en estos casos cabe la frase de Víctor Frankl
(1999) cuando escribe que “ante
situaciones extraordinarias, lo normal es el comportamiento anormal”,
es decir, que ante una situación específica, se impone a la persona
una demanda determinada, y que la persona que tiene cierta capacidad
espontánea, emitirá conductas específicas para responder a la
situación. Cuando éstas son consideradas fuera del contexto
específico en que se producen, no resulta válida la emisión de
ningún juicio sobre ellas.
En
el campo del trabajo socionómico, la comprensión de la teoría de
los roles es fundamental, ya que en el contexto de un grupo
determinado, cada miembro desempeña un papel (rol) específico qué
es necesario para la supervivencia del colectivo. Lo que implica que
dentro de cada grupo se teje una compleja red de roles que se
relacionan e interactúan de forma dinámica entre sí.
La
forma en cómo se estructura la red interacciones dentro del grupo no
es casual, ésta se encuentra mediada por la telé,
lo que significa de cada miembro del grupo se relaciona con los otros
de forma específica, representando determinados roles con base en
ciertos principios y motivaciones de atracción y rechazo, sean
conscientes o no.
Poner
de manifiesto los roles y contra-roles que cada miembro representa en
el grupo3,
permite clarificar la estructura oculta y particular, posibilitando
comprender la configuración de aquél tanto en su sistema de
relaciones internas, como en el sistema de relaciones externas, que
le permiten adaptarse al medio y hacer frente a él (Homans, 1968).
- El factor E/C.
El
Factor E/C (Espontaneidad Creatividad)
es
un tema angular y fundamental de toda la teoría y técnica
morenianas, sus alcances van más allá de una construcción teórica,
y tiene implicaciones filosóficas, morales y epistemológicas,
encontrando su anclaje en los métodos y técnicas desarrolladas por
Moreno (sociometría, psicoterapia de grupos, sociodrama y
psicodrama).
Las
raíces de estos conceptos, se pueden rastrear en el movimiento
espiritualista religioso de finales del siglo XIX que se desarrolló
en Viena en oposición a las corrientes positivistas-deterministas.
Uno de los principales exponentes de ésta fue Henri Bergson, quien
plantea en sus escritos la imperiosa necesidad de lograr una
integración entre ciencia y religión, ideas a las que no era ajeno
Moreno. Para Bergson, la evolución era el resultado de un proceso
creativo, fundamentado en el impulso vital (élan
vital).
A
pesar de que resultaría imposible separar a la creatividad de la
espontaneidad tal y como se manifiestan, -por razones de exposición-,
comenzaremos explorando la espontaneidad, para posteriormente
vincularla con la creatividad.
La
espontaneidad como expliqué más arriba, es un fenómeno que
trasciende a la teoría y la filosofía, y se presenta en la vida
misma. Moreno menciona que:
“[...]
la
espontaneidad actúa en el presente, aquí y ahora, y estimula al
individuo hacia respuestas adecuadas en situaciones nuevas y a
respuestas nuevas en situaciones conocidas[...]”.
(Moreno 1974)
La
anterior definición es muy profunda y plantea retos importantes para
su estudio y explicación; en primer lugar, Moreno expresa que la
espontaneidad actúa en el presente, esto se refiere a que ésta se
da en un momento, que puede hacerse uso de “toda” o no, pero que
no es posible acumularla.
El
segundo elemento de la definición es el que se refiere a la
situación de la espontaneidad como un estado bio-psico-social, más
que como un elemento energético, ya que para que se presente ésta,
es fundamental preparar a la persona para el acto creativo, en donde
la espontaneidad-creatividad se fusionan y producen una respuesta
determinada.
Cuando
la persona se encuentra en un estado de espontaneidad, se siente
vitalizada y llena de energía; una energía que para que sea
integradora, debe ser dirigida hacia la creatividad, hacia la
transformación de la realidad personal y social, rompiendo esquemas
cristalizados y limitantes; referidos por Moreno como “conservas
culturales”. Cuando en determinada situación la persona no
responde en un estado de espontaneidad, el acto es mecánico, reflejo
y estereotipado. Los actos espontáneos en oposición a los
estereotipados, son los que permiten la evolución y crecimiento del
ser humano.
Una
respuesta espontánea siempre es ecológica y armónica, tanto para
el sujeto como para el contexto social donde éste se encuentra, lo
que significa que cuando las personas actúan espontáneamente en
situaciones nuevas o conocidas, los resultados de estos actos
conllevan implícitamente una transformación benéfica para todos
los implicados.
Moreno
durante toda su vida, luchó contra lo que Bantler (2005) denomina
robopatía,
que se refiere la tendencia generada en el mundo desde finales del
siglo XIX, y que alcanzó su máxima expresión en el siglo XX,
cuando se orienta y presiona a los individuos para alejarse de toda
respuesta espontánea o creativa, dando preferencia a respuestas y
comportamientos rígidos y estereotipados, lo que conlleva a que la
persona se alineé con lo que los sistemas culturales, políticos o
sociales marcan en el momento, esto por temor a la exclusión o
aislamiento; generando como consecuencia la alienación.
Lo
anterior tiene importantes implicaciones para la salud4
física, emocional y social, porque cuando las personas viven como
autómatas estereotipados, tienden a acumular importantes cantidades
de ansiedad y estrés, ya que como Moreno menciona, el ser humano es
naturalmente espontáneo y creativo, destacando que “la
ansiedad es una función de la espontaneidad”,
donde si el acto es adecuado, la persona se siente en plenitud,
mientras que “Cuando
hay una pérdida de espontaneidad la ansiedad alcanza su máximo
punto”,
en el que la persona continuamente realizará actos inadecuados,
debido a la incapacidad para responder de forma favorable a las
demandas psico-ambientales, ya que el contexto social y sus actores
son dinámicos y se encuentran en constante cambio lo que demanda una
adaptación continua de la persona.
Cuando
la espontaneidad no se puede ejercer en condiciones favorables, será
siempre disruptiva, colocando a la persona en una situación de
vulnerabilidad. Esto se hace patente como lo muestra Moreno, en los
esquizofrénicos, quienes presentan conductas novedosas pero
incoherentes, desorganizadas e impertinentes socialmente, que los
imposibilitan a la realización de las más simples tareas como
cortar un limón o abrir una puerta; en estos casos, se habla de una
espontaneidad patológica.
Es
importante destacar como lo hace Blatner (2005), que la espontaneidad
no es opuesta a los hábitos, ya que muchos de éstos son
adaptativos; lo que hay que subrayar, es la necesidad de que la
persona se mantenga atenta a la necesidad de modificar y replantear
sus comportamientos habituales, para que éstos respondan a la
situación.
Menciona
Boria (2001) que la creatividad “constituye
la más alta inteligencia que el hombre conozca, y representa una
fuerza que invade todo el universo y por lo que ésta aparece en
continua evolución”. Moreno
subraya que una patética perversión de la humanidad, es la
tendencia a dar el máximo valor a la obra terminada, sobre el
proceso de preparación tanto físico como psíquico para la
producción de ésta; una característica fundamental para el
desarrollo de la creatividad, lo constituye la filosofía del
momento, ese instante en que la persona tiene que prepararse y hacer
acopio de sus recursos para emitir una respuesta adecuada5.
Según
Moreno (1974) un acto creador va acompañado de cinco propiedades:
(a) lleva implícita la presencia de una importante dosis de
espontaneidad, (b) acompañada de una fuerte sensación de sorpresa
de lo inesperado, (c) siempre se encuentra orientado a la
transformación de la realidad dentro de la cual surge, dirigiendo
ésta siempre a niveles más adaptativos y menos conflictivos, (d)
implica siempre un actuar sui
géneris,
donde la persona se desenvuelve sobre las circunstancias asumiendo
control y dirección, (e) como resultado de este tipo de actos, la
persona siempre se ve impelida a la toma de consciencia de ella, su
contexto y su implicación en éste.
Boria
(2001) dice sobre la creatividad que:
“se
refiere exclusivamente al acto mismo, mientras que la espontaneidad
se refiere a la preparación para éste; lo que significa que la
persona es espontánea mientras busca comportamientos nuevos y
adecuados, y es creativa cuando los encuentra”.
Lo
anterior muestra la inseparable relación e interdependencia de la
espontaneidad y la creatividad, y permite comprender cómo es que
Moreno a lo largo de su trabajo y reflexión teórica, modificó su
postura de factor e
(espontaneidad) a factor E/C (espontaneidad-creatividad).
- Inconsciente individual, co-inconsciente e inconsciente colectivo
El
adjetivo de Inconsciente
(Laplanche
1983) se utiliza para nombrar a todos esos contenidos que no se
encuentran presentes en el campo actual de la consciencia, pero sí
en la psique del individuo (Dorsch 1981) y pueden producir efectos en
la consciencia y el comportamiento.
Jaspers
(1993) menciona que lo inconsciente puede ser pensado por su origen a
partir de la consciencia, que ya no se recuerda pero que puede ser
recordado, aquello que por falta de atención no es asociado con
contenidos significativos, que queda en el olvido y no es convertido
en objeto.
Freud
(1915) lo denomina como un representante de la pulsión que se sitúa
entre lo somático y lo psíquico, y que por lo general, se encuentra
reprimido por lo que no tiene acceso a la consciencia más que por
sus formaciones.
El
enfoque de Moreno, en cambio, se orienta hacia la terapéutica de las
relaciones interpersonales, a partir de los vínculos que se
establecen cuando dos personas se encuentran interactuando en la
representación de ciertos roles en una situación determinada.
El
enfoque de la perspectiva interpersonal de Moreno se basa en los
vínculos, compromisos y afectos que se generan al superponerse los
átomos sociales de los implicados en la relación, por lo que el
concepto de Inconsciente (Inc.)
planteado por Freud, es limitado ya que se enfoca en la explicación
de la psique individual y no en la dinámica psíquica producto de
las relaciones interpersonales; ósea en el “entre”.
De
ahí que se marca la necesidad de modificar el significado y alcance
del concepto del Inconsciente (Inc.)
para que sea posible acceder y explicar los productos no de una
psique aislada, sino de una realidad producida en común a partir de
las interacciones de la vida conjunta, por lo que Moreno (1995) se
vio en la necesidad de acuñar el concepto de “co-insconsciente”
(CInc.)
pretendiendo explicar una entidad psíquica e interaccional en la que
existen contenidos comunes a dos o más personas.
Este
concepto no pretende anular las construcciones psicoanalíticas
explicativas de la psicología profunda, sino que al igual que en
caso del concepto de Telé, surge de la necesidad de ampliarlo para
poder explicar fenómenos producto del trabajo interpersonal en
distintas situaciones de parejas, familias y grupos.
El
inconsciente colectivo es un término acuñado por Jung, y se refiere
a los contenidos psíquicos que se suponen comunes a toda la
humanidad, y que no tienen su origen en la psique individual. Jung
llegó a esta conclusión a partir de la comparación de sueños de
sus pacientes con miles de mitos, leyendas y religiones de diversas
culturas y regiones geográficas. Menciona que su fundamento son las
experiencias de los antepasados y que se transmite a las generaciones
posteriores a partir de las narraciones culturales (cuentos, mitos y
leyendas) y por los rituales; por lo que sus contenidos se refieren a
figuras simbólicas conocidas como arquetipos (Echegoyen, s/a).
Menciona
Jung (citado en Moreno 1995) que es necesario dividir los contenidos
del consciente e inconsciente en individuales y colectivos; siendo
los primeros, personales en la medida que los materiales que se
producen pertenecen solamente a la historia individual; mientras que
los del colectivo, pueden rastrearse impersonales y con un tono
netamente universal a la especie humana.
Sobre
los planteamientos junguianos del Inconsciente Colectivo, menciona
Moreno que es un concepto que aunque válido para la explicación de
la psique humana colectiva, no permite explicar los fenómenos
psíquicos que se presentan en las situaciones interhumanas debido a
su gran abstracción; ya que al dar el salto del Inconsciente
personal al colectivo, ha dejado un abismo para explicar los
fenómenos de la interrelación y cohesión de las familias y
pequeños grupos en el nivel de la psique inconsciente.
Sostiene
Moreno la hipótesis de que cuando las personas mantienen relaciones
interpersonales profundas y con interacciones constantes y
permanentes, es inevitable que vayan generando contenidos psíquicos
comunes, por lo que las dificultades de adaptación o neuróticas
pueden proceder de la relación interpersonal y encuentran
explicación al explorar esta zona co-inconsciente.
El
co-inconsciente (CInc.)
a diferencia del Inconsciente colectivo, se refiere a todos aquellos
contenidos psíquicos, afectivos, simbólicos, de identidad, etc. que
se van construyendo y compartiendo las personas a partir de los
encuentros e interacciones que van compartiendo, de ahí que el
contenido, simbolismo y significado de estos se encuentre relacionado
con la naturaleza de la relación, la dirección e intensidad de la
telé, la dinámica de roles y el encuentro interpersonal. Mientras
que los contenidos colectivos provienen directamente de la cultura y
se encarnan en figuras arquetípicas que sirven como referentes
socioculturales y antropológicos.
- Concepto socionómico de grupo.
Un
grupo es un determinado número de personas que se encuentran en un
contexto definido, que interactúan entre sí, mediante el desempeño
de distintos roles, que se mantienen unidos a partir de la telé y
comparten contenidos co-inconscientes y psico-afectivos.
Entendemos
que para que se exista un grupo, deben encontrarse en interacción al
menos tres personas, ya que es a partir de la triada que se puede
desarrollar una dinámica grupal, con una telé estructura, patrones
sociométricos de interacción y una dinámica de roles.
El
grupo no existe en el vacío, siempre se encuentra inmerso en un
contexto, es decir, un ambiente que le impone ciertas condiciones y
le demanda ciertas acciones para poder sobrevivir. De ahí que a
partir de las condiciones del contexto donde se encuentra el grupo es
que éste se organiza en las actividades (Homans, 1968) que sus
miembros deben desempeñar. Las actividades son conductas concretas
que los miembros del grupo realizan ya sea de forma individual o en
conjunto con otros miembros para que aquél pueda responder a las
demandas de su contexto y sobrevivir en su medio.
Las
actividades que se realizan al interior del grupo generalmente
producen la interacción entre los miembros de éste, ya sea para la
realización de una tarea conjunta, o porque la actividad de uno
estimule la actividad de otro.
Estas
interacciones que se producen entre los miembros del grupo,
generalmente generan en los implicados, sensaciones físicas y
emocionales de agrado o desagrado, lo que podemos calificar como
sentimientos.
Hasta
ahora, hemos presentado tres elementos que determinan la manera como
se organiza el grupo, las actividades, las interacciones y los
sentimientos. A partir de estos elementos, la organización del grupo
se desarrolla en dos niveles o sistemas; el sistema interno y el
externo (Idem.);
en el sistema externo, el grupo se organiza para sobrevivir, por lo
que los elementos primordiales son las tareas y las interacciones que
éstas generan en el ambiente, de ahí que la asignación y asunción
de roles giran en torno al desempeño de actividades que lleven al
grupo a sobrevivir. Mientras que en el sistema interno, el foco
principal son los sentimientos y la vida psico-afectiva del grupo.
Con
base en lo anterior, podemos mencionar que el sistema externo es el
núcleo de actividad del grupo mientras que el interno es en donde se
concentra la vida emocional de éste.
- Las ramas de la socionomía.
Menciona
Moreno (1966) que la Socionomía “es
la ciencia que se encarga del estudio de las leyes sociales”.
Esta definición puede parecer muy ambiciosa, pero debemos comprender
que el contexto en que Moreno construyó su teoría era netamente
positivista. En la actualidad, en cambio, contamos con una
perspectiva de pensamiento más amplia, que nos permite además de
acceder a evidencias empíricas de conocimiento, poder dar entrada a
mirada más comprensiva de los fenómenos individuales, familiares,
grupales y sociales.
En
este tono, me gustaría puntualizar el concepto planteado
anteriormente en el sentido de que la
socionomía es una ciencia que se encarga del estudio de los
principios y fenómenos microsociales, especialmente de los grupos
pequeños, instituciones y comunidades.
Podemos
considerar a la socionomía como una ciencia debido a que tiene un
objeto de estudio bien definido (los grupos pequeños), plantea un
problema para este objeto (los principios y fenómenos), cuenta con
una construcción teórica propia y posee sus métodos y técnicas
particulares.
La
socionomía se encuentra dividida en tres grandes ramas que, a su
vez, son construcciones teóricas y métodos para el estudio y
abordaje de distintas facetas y cualidades de los grupos pequeños.
Ellas son la sociometría, sociodinamia y sociatría.
- La sociometría.
En
palabras de Moreno, la
sociometría se encarga del estudio matemático de las cualidades
psicosociales de la población, de los métodos experimentales y de
los resultados de aplicación de principios cuantitativos.
La
sociometría (metrum)
es la rama dura del pensamiento moreniano, y parte de los principios
de atracción y rechazo derivados de las fuerzas de la telé entre
las personas. Pretende medir la estructura de un grupo, el tipo y
cohesión de la relaciones de los miembros, las distintas formas de
organización grupal dependiendo del contexto, la posición de los
distintos subgrupos y las redes psico-socio-afectivas que circulan al
interior de éstos y en el macro-grupo, la posición y vínculos
afectivos de las personas pertenecientes a un determinado grupo,
entre otras.
Sociométricamente,
es posible realizar una fotografía a una familia, grupo, institución
o comunidad para a partir de ahí, realizar observaciones
diagnósticas que permitan el desarrollo de estrategias de
intervención, así como para la evaluación a
posteriori
de dichas intervenciones.
La
sociometría comienza con la situación contextual del grupo así
como del objetivo de la medición del mismo, a partir de ahí se
formula un criterio sociométrico y se elabora el test que puede ser
aplicado en distintas modalidades (hot
sociometry, cool sociometry o cold sociometry).
La
hot
sociometry
es la que se aplica in
situ y
en actum6,
es decir en la situación, acción y momento en que se encuentra el
grupo, ya sea en una sesión de psicoterapia psicodramática o en un
taller. Sus principales finalidades pueden ser el reconocimiento de
ciertas cualidades del grupo, un ejercicio de caldeamiento
inespecífico7,
o para la elección de un protagonista para la dramatización.
La
cool
sociometry
o test del momento, posee una mayor sistematización que la anterior,
se aplica también in
situ
pero no in
actum,
sino que puede ser de manera oral o en una hoja en blanco, donde los
participantes anotan sus elecciones.
La
cold
sociometry
parte de la construcción de un instrumento estructurado, y requiere
que se celebre un rito para su aplicación, ya que demanda de
formalidad y ciertas condiciones, una de las características de
ésta, es que el cuestionario puede ser estandarizado y estructurado
para la medición de uno o varios criterios sociométricos, y puede
aplicarse a un solo grupo, a una comunidad o institución completa en
uno o en distintos momentos.
Los
datos obtenidos de la aplicación del test se vacían en matrices
sociométricas siendo posible la elaboración de sociogramas, el
cálculo de valores e índices sociométricos individuales y
grupales8.
- La sociodinamia.
Menciona
Moreno (1966) que la sociodinámica
[sociodinamia] parte del estudio de la estructura de los grupos
sociales, los aislados y las asociaciones de grupos, la define como”
una serie de leyes que expresan la influencia de las fuerzas
supraindviduales y sociales en el destino de los individuos del
grupo”.
Ésta emerge empíricamente de los estudios sociométricos, y desde
nuestra perspectiva es la parte más comprensiva del pensamiento
moreniano, ya que en ésta, el autor da un paso más allá del metrum
que en un momento puede llevar a concebir al grupo en una situación
estática y congelada, por lo que nos sería imposible comprender su
devenir, especialmente por ser un ente conformado por seres vivos.
La
sociodinamia pretende comprehender; es decir, penetrar profundamente
en el devenir del grupo, para lo que Moreno planteó una serie de
principios9,
que Homans desarrolló con mucha mayor amplitud.
El
principio sociogenético
se refiere a que las organizaciones microsociales tienen una
evolución paulatina, donde las más sofisticadas provienen de las
más simples, siendo que todos los grupos deben pasar por distintas
etapas de desarrollo10.
El
principio sociodinámico
propone una distinta perspectiva de la estratificación social,
fundamentado principalmente en la madurez de la personalidad y el
desarrollo psicoafectivo, siendo así que aquellos individuos con una
personalidad menos desarrollada o con ciertos rasgos
psicopatológicos, se mantendrán aislados dentro de los distintos
grupos a los que pertenezcan o pretendan pertenecer poseyendo
generalmente bajos estatus sociométricos; mientras que aquéllos con
una mejor integración psicoafectiva y sanidad mental no se
mantendrán aislados dentro de los grupos, establecerán y/o
pertenecerán a sistemas de relaciones complejos y estructurados
(triángulos, cuadrados, cadenas, etc.) teniendo altos niveles de
estatus al aplicar estudios sociométricos.
La
gravitación
social
se refiere a la manera en cómo se relacionan y mueven entre sí los
grupos en las redes macrosociales; de ahí que el acercamiento o
repulsión de un grupo hacia otro dependerá directamente de las
fuerzas de atracción o de rechazo que existan entre sus miembros,
siempre que las condiciones del medio permanezcan estables; de lo
contrario, se podría esperar un reacomodo de las fuerzas télicas en
función de la supervivencia de ambos grupos.
Las
redes
interpersonales
son lo que hoy se conoce como redes sociales y se refiere a que
dentro de los microgrupos (familias o pandillas) y los macrogrupos
(organizaciones o comunidades) existen canales o conductos por los
que fluyen contenidos de distinta naturaleza, ya sean
comunicacionales, operativos o psicoafectivos. Estas redes son
dinámicas y se van ajustando con base en las distintas etapas y
situaciones a las que se enfrenta el grupo, de ahí la importancia de
detectarlas y seguir tanto su estructura y organización como
contenidos que fluyen a través de ella
- El grupo y su ambiente.
Uno
de los elementos fundamentales para el trabajo con grupos, y
especialmente desde la sociodinamia, lo constituye el ambiente donde
se encuentra inmerso el grupo, ya que es de éste de donde recibe
toda la información y condiciones que son necesarias para su
sobrevivencia.
Para
iniciar el análisis sociodinámico de un grupo, habría que
considerar el ambiente en las siguientes dimensiones:
- Ambiente situacional: es aquí donde se reconoce la historia del grupo y los motivos de su formación. Resulta fundamental comprender la historia del grupo, especialmente sobre las circunstancias de su formación y aquellos acontecimientos relevantes que influyen en ésta, como: separación de miembros, conflictos, fallecimientos, incorporación de nuevos miembros, etc.
El
reconocimiento del ambiente situacional permite comprender el estado
en que se encuentran los vínculos de relación entre los miembros,
así como las características y sanidad de los canales de
comunicación y redes psicoafectivas; así mismo, permite la
visualización de las estrategias y procedimientos en los que el
grupo ha enfrentado las distintas contingencias de su historia.
Otro
elemento a tomar en cuenta, se refiere a la situación actual del
grupo, especialmente su circunstancia y las demandas que recibe del
ambiente, ya que a partir de esto será posible la comprensión de la
dinámica presente en este momento, especialmente la organización de
las actividades e interacciones, así como los sentimientos generados
por éstas en los sistemas internos y externos (más adelante
puntualizaremos estos conceptos).
- Ambiente físico: se refiere a ¿dónde se encuentra el grupo?, ¿cuáles son las condiciones de donde se encuentra? Ubicar y describir el ambiente físico del grupo, comprender las condiciones de vida de éste y especialmente, la forma como se organiza para sobrevivir. Como mencioné más arriba, todo grupo vive en un contexto y lugar determinado, lo que le impone condiciones que determinan una organización en particular, tanto a nivel de las tareas como en el sentido de las interacciones y patrones de comunicación entre los miembros.
- Condición psicosocial: en este rubro, se debe dar respuesta a las siguientes preguntas; ¿para qué se reúne?, ¿qué se espera del grupo? La puntualización de este punto, permite clarificar las expectativas que se tienen sobre el grupo, y aquellos posibles contenidos ideológicos provenientes del sistema macrosocial en que se encuentra inmerso el grupo; así encontraremos condiciones distintas en dos grupos familiares que aunque tengan la misma conformación en cuanto a sus miembros y nivel educativo de éstos, habría que tener muy claro las características del contrato matrimonial de los padres, los medios laborales y educativos, nivel sociocultural y económico, entre otros.
- Los elementos de la conducta grupal.
Para
el pensamiento socionómico, los grupos cobran vida cuando sus
miembros entran en acción e inter-acción; de ahí que nos sea
posible observar la vida de aquéllos como si se desarrollara en
escenas, considerando el contexto social como un escenario.
De
ahí que para la sociodinamia, la descripción de los acontecimientos
grupales tiene que ser densa y detallada, ya que debe quedar muy
claro el escenario tanto en sus características físicas como las
del clima afectivo.
Para
comenzar con el estudio sociodinámico, resulta fundamental que se
tenga en cuenta que tanto el grupo como su contexto son cambiantes,
pero es ahí donde se encuentra la riqueza, ya que a partir de un
seguimiento paciente y detallado es como nos será posible captar el
espíritu grupal. Es necesario que se comience desde lo más básico,
para lo cual el sociónomo, deberá desprenderse de todo afán
interpretativo colocándose en una postura descriptiva paciente y
puntual, con la consecuente recompensa de que le sea revelado el
sentido profundo vital y existencial del grupo.
La
clave para acceder a lo anterior, reside en partir de la descripción
puntual de acontecimientos, para acceder a las costumbres del grupo,
esto es posible cuando se pueden ubicar las repeticiones simples y
sencillas de acontecimientos en intervalos de tiempo específico. Es
en este punto donde podemos incluir otra variable para el abordaje de
la dinámica del grupo, el “tiempo”.
Entonces,
tenemos un escenario, actores y tiempo, los acontecimientos y las
costumbres pertenecen a la representación del guión vital, cultural
y existencial, a partir del cual la vida cobra sentido; así, podemos
pensar la vida del grupo como una sinfonía donde los miembros y sus
acciones tienen un ritmo y melodía, pero en la que es posible que se
presenten disonancias o rupturas que pueden ser fortuitas o que si se
presentan con regularidad, seguramente serán costumbres cargadas de
significado.
Para
acceder al sentido profundo de la sociodinamia, Homans (1950, 1961,
1968) menciona que es posible mirar la dinámica de los grupos a
partir de un triángulo autogenerado, interdependiente e inseparable:
la actividad, la interacción y los sentimientos.
La
actividad se refiere a lo que hacen las personas en el medio físico,
ya sea con o sin la utilización de utensilios, solos o acompañados,
dentro o fuera de los límites del grupo. Ésta se convierte en un
concepto analítico que permite responder a las preguntas ¿qué se
hace?, ¿quién lo hace? ¿cómo se hace?
Normalmente
y dentro del contexto de los grupos sociales, las actividades aunque
se hagan en solitario, implican a las actividades de otros, ya sea de
forma simultánea o subsecuente. Es decir que normalmente las
actividades de una persona son producto o generan las actividades de
otros, lo que provoca que las personas generen interacciones ya sea
para realizar actividades o como producto de ellas.
Las
interacciones surgen a partir de la comunicación verbal o simbólica
entre los miembros del grupo. Y es en este punto donde se entrelazan
la sociometría y la sociodinamia, ya que la dirección, frecuencia e
intensidad de las interacciones se encontrarán directamente
relacionadas con el patrón sociométrico del grupo, que a su vez se
verá reforzado o modificado por los acontecimientos sociodinámicos
que se generen durante la vida grupal. Menciona Homans que las redes
socioafectivas y los canales de comunicación, son los eslabones que
unen las cadenas de interacción; pero resulta más fácil acceder a
las interacciones que a los canales de comunicación, por lo que el
acceso a aquéllas es a partir de éstos, es decir que el
conocimiento y profundización en la sociodinamia de un grupo
particular se da en una espiral partiendo del binomio
inmersión-reflexión.
Para
acceder a las interacciones, nos planteamos las siguientes preguntas:
¿quién se comunica con quién?, ¿en qué orden?, ¿qué tanto?,
¿cuánto dura su comunicación? ¿qué acciones acompañan o se
desprenden de esta comunicación?, ¿cuál es el orden de la
comunicación?
Y
finalmente, tenemos los sentimientos que, según Homans, son los
elementos más subjetivos de la conducta social y surgen como
resultado de las actividades y las interacciones. Éstos son
definidos cómo todas
aquellas sensaciones internas que tiene el sujeto, resultantes de las
actividades e interacciones realizadas dentro del contexto grupal
(Homans,
1968).
Es
posible ubicar sentimientos muy simples y básicos como el sueño,
hambre, sed, molestias o dolores físicos; hasta situaciones
emocionales y psicológicas más complejas como el agrado o desagrado
hacia los otros, la alegría, enojo, satisfacción o amor. Para
acceder a los sentimientos y estados afectivos de los miembros del
grupo, habría que preguntarse ¿cuántas sensaciones físicas o
emocionales presenta el sujeto?, ¿de qué tipo son?, ¿cómo las
evalúa la persona?, ¿qué tan intensas son?, etc.
Desde
la perspectiva sociodinámica, los elementos antes descritos se
presentan permanentemente dentro de toda situación social, de ahí
que para la comprensión de la dinámica de un grupo particular,
resulte indispensable identificar, definir y ponderar cada uno de
estos elementos y la manera como se articulan entre sí en cada
situación.
- La organización sistémica en los grupos.
Dice
el Diccionario de la Real Academia Española (2001) que un sistema es
un “Conjunto
de cosas que relacionadas entre sí ordenadamente contribuyen a
determinado objeto”.
Como hemos observado en las páginas anteriores, dentro de la
sociodinámia existen una serie de elementos que confluyen en un
tiempo y espacio determinado de manera sinérgica y con una
organización específica ya sea a partir de la relación del grupo
con su ambiente y tiene una relación directa son su supervivencia o
con la forma como de organizan las relaciones interpersonales al
interior de este.
Homans
(1968) menciona que los grupos se encuentran organizados
fundamentalmente en dos sistemas, el interno y el externo; ambos
poseen en su interior todos los elementos de la dinámica grupal,
pero organizados de manera particular.
En
el sistema externo, la organización del grupo está directamente
relacionada con la sobrevivencia de este en el ambiente, de ahí que
el punto de organización fundamental sean las actividades, por lo
que las interacciones y los sentimientos se estructuran entorno a
estas; como por ejemplo la preparación de los alimentos, la
preparación de los niños para ir al colegio; ¿quién?, ¿cuándo?
y ¿cómo? se consiguen recursos para la manutención.
En
la conformación de un grupo, el primer elemento y más superficial
en primera instancia, lo constituye el sistema externo, ya que se va
conformando de todos aquellos elementos aportados por sus miembros y
que los motivan para la pertenencia a este, de ahí que en un primer
momento, el grupo se vea cargado de expectativas y deseos que deben
ser conciliados con los objetivos del grupo y las condiciones del
ambiente para que se consolide la pertenencia y el grupo vaya
madurando posibilitando la conformación del sistema interno
(hablaremos más delante de este).
Cuando
el grupo se encuentra in
status nacendí,
resulta fundamental el conocimiento de las motivaciones para la
conformación y pertenencia a este, ya que esto brinda una clara
visión de la posición que tomará cada miembro así como los
elementos de la individualidad que está dispuesto ceder a favor de
la construcción de la grupalidad. En el contexto de los grupos
familiares, esto nos indica el sentido de los futuros conyugues para
casarse, así como las disposiciones para pertenecer de una cierta
manera a una determinada Gen
(familia extendida)11.
Una
de las formas principales para acceder al sistema externo de los
grupos según Homans, se refiere a la manera en cómo se encuentra
organizado el trabajo, ya que desde su perspectiva (estamoa de
acuerdo con él) eso marca el esquema general organizacional del
grupo, siendo éste organizado de manera piramidal con relación al
liderazgo; es decir que generalmente el líder es quien inicia las
interacciones con el resto de los miembros del grupo derivando estas
en actividades específicas y concretas que retroalimentan las
interacciones del líder generando nuevas con la consecuente
iniciación de nuevas tareas. Para la aproximación a los grupos
familiares, resulta fundamental la identificación del tipo y
características de liderazgo, así como quien lo posee y si este se
encuentra disputado por alguien, y aunque esto ya entra en el terreno
del sistema interno, tiene importantes efectos en la organización
del grupo para la supervivencia.
Es
a partir de la organización de trabajo grupal que se va conformando
el sistema de normas que regularán las actividades e interacciones
del grupo, teniendo esto una relación muy importante con el
liderazgo y el poder. Menciona Homans que el líder es el encargado
de velar por el cuidado y aplicación del sistema de normas, ya que
eso garantiza la organización y cohesión del grupo para su
supervivencia.
Para
redondear estas ideas podemos mencionar que el sistema externo se
conforma a partir de la dependencia mutua entre el trabajo
(actividades) realizado y la motivación para trabajar, siendo que la
división de las actividades y los esquemas de interacción se
encontrarán organizados en función de las demandas del ambiente
para garantizar la supervivencia del grupo en este.
Como
hemos mencionado anteriormente, la organización del trabajo para la
supervivencia genera una importante dosis de interacciones entre los
miembros del grupo, dicha produce una importante dosis de
sentimientos y estados psicoafectivos que tanto por las tareas
generadas como por las personas con que se comparte la interacción,
siendo a partir de esto que se conforme va transcurriendo la vida del
grupo se construye el sistema interno, siendo este según Homans
(1950) “La
conducta del grupo que constituye una expresión de los sentimientos
recíprocos desarrollados por sus miembros en el curso de su vida en
común”.
Es así que mientras que en el sistema externo los elementos de la
conducta se organizan y articulan en torno a las actividades, en el
sistema interno, esto se da alrededor de los sentimientos que
sostienen y comparten los miembros entre sí.
De
ahí que las actividades dentro de éste, surjan de manera espontánea
y tengan que ver directamente con la convivencia y el fortalecimiento
de los vínculos entre los miembros del grupo, por lo que las
interacciones pueden llegar a ser más frecuentes e intensas que la
generadas en el sistema externo y serán siempre orientadas hacia la
socialización y generación de los espacios que posibiliten ésta.
En
lo que respecta a los sentimientos y estados psicoafectivos que se
convierten en el eje central de la vida grupal cuando éste ha tenido
la vida suficiente para que construya un sistema interno, tiene una
relación directa con las fuerzas de la Telé y la conformación del
co-inconsciente grupal, de ahí que es muy posible e incluso deseable
que en aquellos grupos de convivencia prolongada e intensa como los
familiares, el tránsito de la organización en función del sistema
externo al interno, sea lo más pronto posible, pero de forma
armónica y natural entre los miembros, ya que eso nos indicaría que
se pasa de un grupo de supervivencia a un grupo de convivencia que
desde nuestra perspectiva, es un elemento fundamental para la
consolidación y sano desarrollo de un grupo familiar.
Para
atestiguar la conformación y madurez del sistema interno de un
grupo, hay que observar el sentido de identidad y pertenencia de sus
miembros, ya que será en función de la solidez del sentido de
“nosotros” que es posible apreciar la diferenciación de este con
el ambiente así como el indicativo de que la mayor parte de las
energías psicoafectivas de los miembros se dirigen hacia el grupo,
por lo que es posible determinar que este grupo tiene una Telé con
una organización centrípeta.
Pero
¿Cómo acceder y mirar el sistema interno? pues nos parece que la
sociometría es una herramienta de suma utilidad para acceder a los
dos sistemas y en particular al interno, especialmente cuando se
exploran los criterios psicogrupales, pero esto no deja de ser una
medición transversal, que no nos permite una comprensión del
devenir y sentido de la vida del grupo a menos que se aplique con una
perspectiva longitudinal, por lo que es muy importante acceder a la
estructura y dinámica de interacciones en función de la
socialización de los miembros y no de las tareas, ya que según
plantea Homans, una disminución en la frecuencia y calidad de estas,
va directamente acompañada con un deterioro de los sentimientos
recíprocos en los miembros y por ende con una disminución de la
cohesión intragrupal.
- La sociatría.
En
palabras de Moreno (1966) la Sociatría
se refiere a la rama del pensamiento socionómico que se enfoca a la
curación de los sistemas sociales, es decir que es aquella que se
encarga de las aplicaciones clínico-terapéuticas derivadas de los
datos y observaciones de las ramas anteriores, ya sea con un enfoque
preventivo o asistencial.
Desde
la perspectiva moreniana, la sociatría se conforma por tres
elementos a partir de los cuales realiza sus intervenciones; la
psicoterapia de grupo, el psicodrama y el sociodrama.
- La psicoterapia de grupo.
Moreno
(Idem.)
define a la psicoterapia de grupo cómo “un
método para tratar conscientemente y en el marco de una ciencia
empírica las relaciones interpersonales y los problemas psíquicos
de los individuos en un grupo.” (p
79).
En
la definición anterior, el autor menciona que es un método, es
decir todo un conjunto de técnicas apoyadas en un cuerpo teórico
derivado de investigaciones empíricas emanadas de la sociometría y
la sociodinámia. Aclara que su foco son las relaciones
interpersonales, es decir las formas y patrones patológicos que
pueden presentarse en las estructuras y dinámicas que se generan a
partir de las interacciones tanto en el sistema externo como en el
interno; así como los problemas psíquicos de los individuos en los
grupos, ya que si una persona presenta alguna especie de
psicopatología, tendrá dificultades para interactuar de forma
espontánea y creativa con el resto de los miembros del grupo (Moreno
1975, 1954; Bustos 1980; Polansky, 1950.)
12.
Uno
de los puntos que vale la pena resaltar de la perspectiva de Moreno
es que la terapia es “de” grupo; especificando que la terapia es
para el grupo, no para personas “en” grupo. Esto constituye un
enfoque muy importante, ya que a diferencia de otros autores cómo:
Foulkes y Kadis (1963); Yalom (1986); Díaz-Portillo (2000), ya que
la mirada se da de forma integradora y total del grupo como unidad,
considerando siempre que se encuentra formado por seres individuales,
pero que cuando forman parte de un grupo particular, se integran a un
microcosmos específico con estructura y dinámica propia, en la que
poseerán un estatus sociométrico, desempeñando roles y
contra-roles.
- El psicodrama.
El
psicodrama parte de los conceptos griegos psique (alma) y drama
(movimiento), y pretende poner la mente de las personas en
movimiento. Es un método de trabajo grupal e individual, en el que
por medio del empleo de técnicas de acción se logra la exploración
de la situación vital y existencial de la persona.
Principios
técnicos del psicodrama.
El
método psicodramático se encuentra conformado por seis elementos:
1. grupo, 2. protagonista, 3. escenario, 4. yo auxiliar, 5. audiencia
y 6. director.
- GRUPO: Anteriormente ya profundizamos sobre la propuesta grupal en general y en particular desde la perspectiva moreniana; pero como se menciona arriba, podemos observar que en todos los tipos de grupos se da la interacción e intercambio de contenidos psicoafectivos que dan como resultado el desarrollo de una dinámica de comportamiento grupal dependiente del tipo de contenidos y afectos intercambiados.
- PROTAGONISTA: Paciente elegido por el grupo para trabajar en la sesión por medio de la representación de una escena o momento específico. Lo anterior implica que el grupo se pone al servicio de éste para que se pueda realizar la exploración de la situación de la persona implicando todas las áreas de la existencia.
Menciona
Rojas-Bermudes (1997) que a diferencia que en el teatro el
protagonista psicodramático es autor y actor de su propia obra,
situación que le permite a éste el desarrollo de su propio
argumento, lo que le da la posibilidad de seguirlo al pie de la letra
o modificarlo de acuerdo con su recuerdo o vivencia subjetiva.
En
psicodramas referentes a grupos específicos, el protagonista puede
emerger como un vocero del grupo, por lo que la dramatización debe
considerarse de acuerdo al contexto grupal que la produjo.
Existen
circunstancias en las que el emergente del grupo no se encarna en
algún miembro de este, sino que puede ser un tema protagónico que
concentra la dinámica psicoemocional del grupo.
- ESCENARIO: Espacio delimitado donde se realiza el trabajo psicodramático. Éste se configura como un espacio multidimensional y seguro para el trabajo psicodramático, donde tanto el grupo como el protagonista pueden explorar sus contenidos emocionales, y desarrollar habilidades que potenciarán su desarrollo individual y social.
La
delimitación del espacio de la acción o el escenario del
psicodrama, permite la conjunción del mundo de la realidad con el de
la fantasía, lo que permite la objetivación de la existencia y la
socialización del mundo interno psicoemocional.
- YO AUXILIAR: Co-terapeuta o miembro del grupo que presta su yo para el trabajo terapéutico del paciente elegido o protagonista. Este resulta ser un apoyo para el director o terapeuta en jefe, y su trabajo consiste en la representación de roles específicos que requiera el protagonista para la realización de la escena.
En
palabras de Moreno (1966), el yo auxiliar representa tres funciones
específicas.
- Un actor: que representa un papel específico dentro de una escena grupal o individual; situación que permite la exploración objetiva de contenidos psico-emocionales del grupo y del protagonista.
- Auxiliar terapéutico: donde a partir de su experiencia personal, conocimiento del grupo y del protagonista, puede apartarse de sus inclinaciones personales, para ponerse al servicio de la escena y del protagonista, para mostrar estilos o patrones de relación correctores o reparadores que le permitan tanto al protagonista como al grupo la toma de consciencia profunda de sus estilos de interacción, así como las motivaciones de las que derivan.
- Observador e investigador social: por medio de la representación de roles, el auxiliar puede fungir como un observador participante para la investigación subjetiva de fenómenos sociales y emocionales, lo que permitirá tanto a él, al director, al protagonista y al grupo; una mejor comprensión de la naturaleza y devenir de las situaciones exploradas.
- AUDIENCIA: Componente social que valida la existencia y desarrollo de la escena, está conformada por los miembros del grupo que no participan en la escena. Funge como principio de realidad al protagonista y como un espejo moral. En determinadas situaciones la audiencia puede convertirse en el paciente del trabajo psicodramático, al ser necesaria la intervención terapéutica en esferas del imaginario y síndromes colectivos.
- DIRECTOR: Terapeuta en jefe que coordina y facilita el desarrollo de la escena, funge como principio de realidad y acompañamiento en la exploración profunda del protagonista.
Dice
Moreno que éste cumple con tres funciones principales:
- Dirigir la escena: es quien por su entrenamiento y visión, tiene la capacidad de generar el ambiente y las condiciones para que en primera instancia el grupo elija un protagonista, y siendo ya elegido éste se desarrolle la escena. Es quien tiene la autoridad moral y el entrenamiento para acompañar y dirigir la exploración y sanación del protagonista.
- Terapeuta: El director funge como terapeuta, al tener el conocimiento que le permita guiar y acompañar tanto al grupo como al protagonista en la exploración y comprensión profunda de su naturaleza; contando con las herramientas teóricas y técnicas que le permitan dinamizar el potencial de los miembros del grupo, posibilitando el desarrollo de habilidades y la resolución de conflictos en distintos niveles.
- Analista: El director se desempeña como un analista de la dinámica psíquica y emocional tanto del grupo como del protagonista. Lo anterior por medio de la distancia que obtiene al no estar implicado directamente en la situación de la que es motivo la escena. Por lo que para el es posible la realización de movimientos de acercamiento y acompañamiento; y de distancia y alejamiento para contar con un panorama comprensivo amplio y profundo de acontecer psico-socio-emocional.
El
psicodrama es un método de exploración y terapéutica psicosocial,
por lo que se debe ser muy cuidadoso y puntual en su aplicación;
ello permitirá que de forma segura se ponga al servicio de los
miembros del grupo para que potencien su crecimiento, desarrollo
personal y salud mental.
Para
que el trabajo psicodramático se realice de forma apropiada y
segura, es necesario que se cuide la dinámica del desarrollo de cada
sesión; para lo cual Moreno específica los momentos en que ésta se
debe desarrollar:
- Caldeamiento: el caldeamiento es la parte inicial del trabajo psicodramático, ya que permite a los participantes por medio del juego relajarse, lo que les permitirá liberar su espontaneidad y entrar en situación para la acción. El caldeamiento de forma general se divide en dos momentos:
- Caldeamiento inespecífico: es por medio del caldeamiento inespecífico donde los participantes se desprenden de su identidad y estereotipos sociales, permitiéndose relajar su cuerpo y personalidad. Es en este momento cuando el director puede explorar la situación psicoemocional del grupo como un todo y de cada uno de sus miembros en particular, resultando de esto la generación de las situaciones qu permitirán la elección de un protagonista.
- Caldeamiento específico: y una vez que se ha elegido al protagonista, es necesario que tanto éste como el grupo profundicen en el tema y se preparen para la acción. Es en este momento cuando el protagonista acompañado por el director, comienza a focalizar la situación e inicia el armado del escenario donde se desarrollará la escena; situación que permitirá que el protagonista contacte con los sentimientos de “allá entonces” y los traiga “aquí y ahora”.
- La representación dramática: es el momento en que se da la exploración o representación de los hechos vitales del protagonista. Es aquí cuando se escogen los auxiliares y se asignan los roles que representarán en la escena; se pone en juego la psique del paciente para lograr una purificación, sanación e integración. También se emplean las técnicas de acción y la representación dramática para la exploración de situaciones cotidianas que permitan el desarrollo de habilidades específicas o el aprendizaje de distintas formas de relación e interacción.
- El sharing13: ésta es la fase final del trabajo psicodramático, y es el momento de compartir. Es en esta etapa en la que se cierra e integra el trabajo realizado por el protagonista y los auxiliares. Es aquí donde se socializan las experiencias vividas durante la escena, y donde los observadores de la audiencia enriquecen la vivencia del protagonista compartiendo los sentimientos y recuerdos que fueron evocados durante la representación.
El
psicodrama proporciona a las personas la posibilidad de re-vivenciar
sus experiencias desde distintas perspectivas multidimensionales y
enriquecedoras.
- El sociodrama.
El
sociodrama aunque utiliza los mismos elementos que el psicodrama, se
enfoca en la terapéutica específica de roles y temas sociales y no
así en los trastornos emocionales y psicopatológicos, de ahí que
resulta útil para el trabajo con imaginarios y supuestos sociales.
Sociodramáticamente
es posible acceder a elementos de la dinámica social y temas
específicos como el imaginario sobre el contrato matrimonial y el
matrimonio, los roles de esposo y esposa, padre y madre, padre e
hijo, hermanos, etc.
Aunque
el sociodrama se trabaja en la práctica de manera similar al
psicodrama, es muy importante que el director especifique que se va
trabajar con un tema particular y con las características de ciertos
roles y no así con los aspectos psicoemocionales de los individuos,
por lo que se debe estar muy atento a que un sociodrama no se
transforme en un psicodrama.
El
foco del director debe permanecer específicamente en los aspectos y
contenidos sociales y característicos de cada uno de los roles que
se están desempeñando en el marco de un tema particular.
A
modo de conclusión, podemos mencionar que en esta parte del trabajo
nos hemos enfocado en presentar una caracterización de la familia y
su desarrollo histórico como institución social, así como ciertas
circunstancias que se han dado en nuestro país (México),
especialmente las que se refieren a su dinámica de familia extensa
que ha prevalecido desde los tiempos prehispánicos hasta nuestros
días. A pesar de haber incorporado algunos elementos de modernidad
(individualismo) como menciona Esteinou (2008), ha conservado una
dinámica y estructura comunitaria, aunque con tintes distintos a los
que se observaban durante la época de la colonia y el México
naciente, ya que durante el siglo XX, y a partir de la adopción de
la familia burguesa nuclear, especialmente en las clases medias,
muchas parejas recién casadas pasaban de la patri/matri localidad a
la neolocalidad, pero tratando de no alejarse demasiado del lugar de
habitación de por lo menos una de las familias de origen, por lo que
concluye la autora que la familia mexicana a pesar de haber adoptado
algunos elementos y patrones de la familia moderna nuclear, en
general ha mantenido fuertes elementos de familismo y de una
importante dinámica comunitaria grupal.
Por
otro lado hemos observado que Castells (2001) y Bauman (2002)
mencionan que desde la década de los 50 del siglo XX, se viene
presentando una transformación en las estructuras sociales de las
cuales la familia no es ajena, y mientras éste se enfoca en el
derretimiento de los pilares de la modernidad, aquél hace énfasis
en el deterioro de las estructuras patriarcales a partir de la
disminución de matrimonios contra el aumento de divorcios a nivel
global, una importante emancipación de la mujer a partir del acceso
a la educación, al mercado laboral y el control sobre su cuerpo,
sexualidad y maternidad. Así mismo, observa el surgimiento de nuevas
formas de matrimonios y familias, lo que demuestra que como
institución social, no está destinada a desaparecer pero sí se
encuentra en una crisis substancial. Resalta la aparición de
importantes movimientos de liberación sexual y homosexual, la
conformación de matrimonios por parejas del mismo sexo y la adopción
de niños por parte de éstas si es que ninguno de sus miembros pasó
por una experiencia matrimonial heterosexual.
Según
Castells, todo esto demuestra que las estructuras de control,
sumisión y dominación características del patriarcado, se han
deteriorado de manera importante, posibilitando la conformación de
un nuevo orden y estructura social.
México
no es ajeno a esta realidad, ya que a partir de la revisión de las
estadísticas nacionales siguiendo los tópicos propuestos por este
investigador, observamos la presencia de los mismos indicadores, con
especial relevancia de la dilación en la edad de primer matrimonio,
el retraso en la concepción del primer hijo y la marcada disminución
en el número de hijos al interior de las familias, lo que demuestra
y como lo mencionaron Morgan (1971) y Engels (2006); que las mujeres
de manera consciente o inconsciente están generando una
transformación en las estructuras y dinámicas familiares que poco a
poco se alejan de lo establecido por el orden patriarcal.
También
es importante resaltar los marcados acontecimientos que se han
presentado en México desde el 2009, con el establecimiento de las
sociedades de convivencia, que fue el parte aguas para las reformas
al código civil de Ciudad de México en el que a partir del 2010 y
con el aval de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha sido
posible la celebración de matrimonios y adopciones por parte de
parejas del mismo sexo, reforzando la conformación de tipos
familiares que se alejan de manera importante del modelo imaginario
establecido de la familia nuclear conformada por “papá”, “mamá”
e “hijos”, para dar paso a una forma particular de familias
extendidas14,
reconstituidas, monoparentales, entre otras que no así significan la
extinción de la familia nuclear.
Por
ende, podemos mencionar que la institución y grupo familiar se
encuentran atravesando por una crisis estructural y axiológica,
donde aquellos referentes heredados de la modernidad no tienen la
potencia suficiente para explicar e investigar los movimientos que se
están presentando por lo que se hace necesaria la incorporación de
nuevas formas de mirar y abordar a los grupos familiares en estos
tiempos.
De
ahí que como hemos presentado en este capítulo, la perspectiva
Socionómica desarrollada por Moreno, sea una opción con la
suficiente potencia y alcance conceptual y técnico para explicar y
abordar la nuevas dinámicas y estructuras familiares que se están
dando, conjuntamente con la presentación de una forma de
intervención que permita la ampliación de posibilidades para la
terapéutica de conflictivas familiares a partir de la exploración
de la realidad existencial de la familia y no con base en conservas
culturales preconcebidas, favoreciendo así la conformación de
estructuras familiares fundamentadas en la telé o en un
fortalecimiento de ésta, a partir del desarrollo de la capacidad de
espontaneidad/creatividad de los miembros que la conforman.
En
la siguiente parte del documento, nos enfocaremos en la propuesta de
este trabajo, presentando la forma de cómo la perspectiva
socionómica conceptúa y brinda los elementos para la investigación
e intervención en grupos familiares.
1
El texto entre guiones es nuestro.
2
Entendemos el concepto de transferencia desde la perspectiva
freudiana.
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Tomamos para el
presente el concepto de grupo propuesto por Gonzales (1999).
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OMS (2007) Estado de
adaptación diferencial de un individuo al medio en que se encuentra
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En este punto cuando se habla de adecuada o inadecuada, nos
encontramos lejos de cualquier juicio moral bien-mal. A lo que nos
referimos, es a que la respuesta de la persona sea ecológica y
adaptativa, generando estados de armonía interna y en el medio
donde se encuentra.
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Gonzáles
(1995) menciona que: Todo
acto en el que estemos empeñados es un ago, y del participio pasivo
de ago, que es actum, deriva justamente la palabra "acto".
Pues bien, la verdad primera es el ago, lo que en español diríamos
simplemente como "hago".
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El caldeamiento inespecífico es una de las partes iniciales de la
sesión psicodramática, en la que comienza a prepararse al grupo
para la acción, con el simple objeto de relajarlo y actualizar los
vínculos entre los miembros, corresponde a lo que Boria nombra como
el tiempo del grupo.
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Para una mayor profundidad en estos conceptos, consultar: Moreno
(1972), Arruga (1992) y Bezanilla (2011).
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Moreno formulo las leyes sociodinámicas, nosotros realizamos el
cambio por principios, consultar SOCIOMETRÍA: Un método de
investigación psicosocial (Bezanilla 2011).
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En este punto quedan muchas interrogantes que serían objeto de
investigaciones posteriores; cómo los distintos niveles y grados de
desarrollo de los grupos, los instrumentos para determinar el nivel
de desarrollo de los grupos, entre otras.
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Tomo el termino de Gen
ya que como vimos en el capítulo anterior, la estructura de las
familias en México aunque presenta importantes tintes de
“modernidad” como lo menciona Esteinou, su lógica de
organización es fundamentalmente comunitaria con un muy importante
grado de arraigo al linaje materno, por lo que presenta importantes
características de las Gens aunque modernizadas. Dicho tema sería
motivo para investigaciones más profundas.
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Para una mayor referencia sobre este punto además de las ya citadas
aquí, remito a los lectores a los artículos publicados por la
revista “Sociometry”
entre los
años 1923 a 1965.
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Del vocablo inglés compartir.
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Será motivo de investigaciones posteriores explorar las
características y estructuras de estos tipos de familia extensa que
no se caracterizan por la cohabitación y sí por la
multihabitación.