martes, 14 de enero de 2014

CONSIDERACIONES FINALES

CONSIDERACIONES FINALES

A partir de una extensa revisión de diversos textos antropológicos y sociológicos, hemos podido aprender que antes de que existiera la familia, existía el grupo; y fue a partir de estas primeras formas de organización social que la familia se conformó como grupo social extenso.
Existe un debate entre los autores sobre si las primeras formas de organización familiar fueron con base en un orden matriarcal, patriarcal o un conjunto de familias nucleares agrupadas. Lo que ha quedado claro es que el mundo social en el que hemos nacido y que conocemos, está en función de un orden patriarcal, y que éste se desarrolló fundamentalmente por motivos económicos y de poder. Este planteamiento ha sido corroborado por Durkheim (1893/2001), quien afirma que la organización de los grupos familiares más allá obedecer a un designio natural o consanguíneo, tiene un origen más bien artificial en función de una comunidad ideológica, afectiva y utilitaria. No niega que la consanguineidad haya facilitado estas condiciones, pero resalta que son muchos otros los factores que determinan la agrupación familiar.
Esta organización patriarcal y con base en las fuentes revisadas, ha durado por lo menos los últimos cinco mil años en occidente; y ha pugnando cada vez más por la individualización y separación de los nuevos matrimonios de sus grupos familiares de origen más allá que por una necesidad propia de los grupos, por una presión de los sistemas económicos o; como le mencionó Lévy-Strauss, a una sobre especialización de las estructuras sociales; debido a que desde su origen, los grupos familiares extensos eran unidades vitales integrales, en las que formaban parte de la vida cotidiana la sobrevivencia, la educación, la espiritualidad, la economía, la muerte, entre otros. Esta conformación integral de los grupos familiares, obstaculizaba el desarrollo de una economía con base en el capital, dado que las personas obtenían al interior de ellos la satisfacción de la mayoría de sus necesidades, y lo que no, lo intercambiaban a partir de los excedentes de su producción.
Estos intentos industrializadores de nuclearización tuvieron cierto éxito hasta mediados del siglo XX, cuando distintos movimientos sociales y culturales comenzaron a cuestionar el sistema patriarcal fundamentado en el control y la opresión, además de que en la actualidad los sistemas económicos y políticos enfrentan una serie de crisis, que han generado una situación de vulnerabilidad económica y laboral en las familias nucleares, lo que propicia que éstas recurran a sus grupos de origen y familiares extendidos, para que en conjunto se amplíen los recursos y la capacidad de sobrevivencia.
En México, el grupo familiar no siguió una dinámica distinta; ya que desde sus orígenes prehispánicos, la organización social se fundamentaba en grupos extensos de cohabitación, otorgando primacía a la autoridad patriarcal, esto en consistencia con lo planteado por Homans, donde menciona que a mayor variabilidad y exigencia del ambiente, mayor estructuración y rigidez habrá en la organización de los grupos en lo referente a su sistema externo. Por otro lado, desde la conquista y hasta la fecha, gracias a los orígenes antes mencionados; ya que tanto los grupos familiares españoles como los afroantillanos llegaron a tierras mexicanas con una forma de organización extensa al interior de sus grupos familiares; así como los intereses de la iglesia católica por la evangelización, se ha presentado el fenómeno del familismo, que en sí mismo ha permitido una cierta resistencia a las tendencias nuclearizadoras, permitiendo –como afirma Esteinou-, que coexista una organización familiar grupal fundamentada en la “ayuda” y el “estar” en familia, con la individualización de las personas, en las que de alguna manera se han podido manejar los conflictos que intrínsecamente presentan estas posiciones.
En concordancia con los movimientos culturales globales, durante el siglo pasado (XX) la lógica organizativa patriarcal en la familia mexicana se ha visto cuestionada, lo que abre la puerta para nuevas organizaciones familiares y el establecimiento de patrones de relación distintos. Esto fue posible observarlo a partir de la revisión de distintas estadísticas nacionales en las que se corroboró lo mencionado por Castells y apoyado por las ideas de Bauman, en lo referente al final de la organización patriarcal, como una tendencia global originada desde mediados del siglo XX. Como vimos anteriormente en este documento, ha habido una sensible disminución en el número de matrimonios, se han incrementado los divorcios, las personas han aumentado la edad para el primer matrimonio, dilatado el primer embarazo y se ha observado un importante incremento en el nivel de escolaridad de la mujer así como en su ingreso al campo laboral, en actividades que anteriormente eran exclusivas para los hombres. Además, se observa el surgimiento de nuevos arreglos de convivencia que las personas nombran como “familia”, al grado que han empujado a la generación de leyes que validen legalmente el matrimonio de personas del mismo sexo, así como la adopción de niños por estas parejas.
Para nosotros, como científicos de la Psicología y la Ciencia Social en general y en lo particular de la Socionomía, lo anterior independientemente de ser un tema religioso o moral, es un hecho; que se está presentando. Ello ha obligado a que las personas desempeñen roles funcionales más allá de aquellos prescritos por su posición dentro de la estructura de parentesco; situación que ha impactado en la organización de los grupos familiares tanto en el sistema externo como el interno.
A partir del presente trabajo de investigación, mostramos que la perspectiva socionómica desarrollada por Moreno, es una opción con la suficiente potencia, alcance conceptual y técnico para explicar y abordar las nuevas dinámicas y estructuras familiares que se están dando, conjuntamente con la presentación de una forma de intervención que permite la ampliación de posibilidades para la terapéutica de situaciones familiares a partir de la exploración de la realidad existencial de éstas; favoreciendo así la conformación de estructuras fundamentadas en la telé o en un fortalecimiento de ella, a partir del desarrollo de la capacidad de espontaneidad/creatividad de los miembros que las conforman.
Para poder lograr lo anterior, uno de los principales retos que enfrentamos, fue el de definir el objeto de estudio en congruencia con nuestro posicionamiento epistemológico, lo que nos llevó a proponer un concepto de familia; en donde la definimos como un grupo social, a diferencia de quienes la miran como una institución o estructura; ya que esto nos brinda la perspectiva y flexibilidad para entender de manera amplia la gran mayoría de las formas en como las personas se unen para compartir y desarrollar su vida.
Lo anterior nos parece una de las mayores aportaciones teóricas de este trabajo, ya que a partir de ahí, es que obtuvimos los elementos conceptuales para mirar estas otras realidades entendiéndolas desde su contexto de origen, así como las formas que han tenido para organizar la forma en cómo viven, así como la relación intrínseca de la familia con el medio.
En segundo lugar, consideramos que el presente aporta a nivel de la técnica, fundamentalmente en dos sentidos; el primero es la propuesta de elementos para investigar, diagnosticar e intervenir en grupos familiares, ya sea a nivel educativo o clínico; básico o aplicado; mientras que la segunda lo hace hacia el campo del pensamiento socionómico, ya que en este sentido, al acercarnos a un tipo particular de grupo, con una alta complejidad en su conformación y dinámica, nos fue posible someter a prueba sus conceptos fundamentales, por lo que nos parece que el regreso a la socionomía general se ve enriquecido a partir de este ejercicio.
Como mencionamos en capítulos anteriores, la socionomía está conformada por tres grandes ramas que se articulan de manera íntima y profunda compartiendo elementos teóricos y técnicos entre sí, aunque sus objetos específicos se encuentran claramente definidos. De ahí que su desarrollo siempre sea integral y conjunto, por lo que el avance en una de sus ramas, redunda en el de las otras dos. Lo anterior es otro de los aprendizajes del presente trabajo, ya que nos parece que uno de los errores más grandes de aquellos que han pretendido seguir el pensamiento de Moreno, es el de haberlo hecho de manera fragmentada, ya que de origen y en sus fundamentos ontológicos, éste era complejo y unificado.
Ésta nos parece una de las razones por las que a partir de la muerte del maestro, se ha presentado un importante vacío en la producción de conocimientos socionómicos, ya que los clínicos se enfocaron en el psicodrama y la terapia de grupo; los sociólogos en la sociometría; dejando ambos de lado el sentido comprensivo que proporciona la sociodinamia y mucho más grave aún, dado el desconocimiento que se tiene de la capacidad y potencia de todo el sistema en su conjunto, algunos han tenido que recurrir a otros sistemas de pensamiento que no necesariamente convergen con los principios epistemológicos de la socionomía.
La primera rama o componente de la socionomía lo constituye la sociometría, donde a partir de la presentación de dos casos, entendimos la potencia de este método para mirar de manera descriptiva y clara la estructura funcional grupos familiares con sus características y contextos diferentes, pero que comparten la cualidad de ser lo que podríamos llamar “arreglos familiares modernos”.
En el primer estudio de sociometría familiar, abordamos un grupo familiar reconstituido en el que, a partir de la aplicación del test sociométrico, fue posible mirar claramente los conflictos estructurales que se presentan cuando un grupo con estas características no realiza el proceso de reconstitución de forma adecuada; ya que en primera instancia y a partir del análisis de la matriz sociométrica, los sociogramas y la entrevista; nos fue posible detectar que éste más allá de ser un grupo familiar reconstituido, eran dos grupos fundamentalmente de cohabitación unidos por la madre-pareja. Dicha situación generaba altos niveles de confusión en función de los roles estructurales y funcionales que cada miembro representaba, así como una muy clara competencia por la atención y cariño de la madre-pareja.
De la experiencia anterior aprendimos que para que el proceso de reconstrucción familiar sea “adecuado” o “sano”, es necesario que en primera instancia, el grupo familiar tenga claras las expectativas y necesidades de cada uno de los miembros, que si los miembros de la pareja tienen cuestiones pendientes con cónyuges anteriores y éstas no han podido ser resueltas, al menos sean muy claras para el otro.
En el segundo estudio, presentamos el análisis sociométrico de una familia extendida en la que nos fue posible explorar sus elementos estructurales a partir cuestionarlos sobre la posibilidad de prestar ayuda ante la muerte de uno de sus miembros. Lo que permitió aprender que, dadas las condiciones generales del contexto social, cultural, laboral, económico, entre otros; en México, los grupos familiares tienden a organizarse de manera funcional de una forma que rebasa por mucho aquello que demanda la estructura de parentesco determinada, ya que al incrementarse la apertura para el reconocimiento social de madres o padres solteros, la reconstitución de familias, grupos extensos de cohabitación, entre otros; y que éstos puedan desarrollarse tanto personal como laboralmente, se ha generado la necesidad de que las personas además de desempeñar el rol de padre, madre, abuelo, tía, etc. desempeñen papeles que cumplan con funciones de maternaje, proveer, educar, nutrir, entre otros. Dadas las necesidades antes mencionadas, en muchas ocasiones es el padre quien está en casa realizando tareas domésticas mientras la madre es proveedora; o la abuela cumple un papel materno mientras la madre trabaja, o un tío o primo desempeña una función paterna al haber en la familia una o más madres solteras.
Dadas las características socioculturales en nuestro país, los grupos familiares se organizan de manera similar en cuanto al parentesco, esto es padres, abuelos, hijos, tíos, primos, etc. y como lo menciona Lévy-Strauss, éstas son nomenclaturas que indican quienes están permitidos y quienes prohibidos para él matrimonio; pero no así en su dinámica, ya que ésta depende directamente de las demandas y características del contexto particular donde se encuentran inmersas. Situación que nos introduce a la segunda rama del pensamiento socionómico, que es la sociodinamia.
Lo primero a lo que enfrentamos con la sociodinamia, fue que Moreno no le dio un desarrollo tan amplio como a la sociometría, y en su lugar, dejó descritos una serie de principios que en sí mismos no proporcionaban los elementos suficientes para penetrar de manera comprensiva en los grupos en general y en los familiares en particular; de ahí que echamos mano del trabajo de Homans, para contar con elementos técnicos que nos permitieran tal tarea.
Como resulta siempre que se cambia el enfoque para la observación de un objeto, el trabajo de Homans resultó como una bocanada de aire fresco; ya que a diferencia del método sociométrico que se encuentra perfectamente descrito dentro del pensamiento de Moreno y ha tenido una favorable evolución a partir del trabajo de destacados sociómetras; la sociodinamia no ha alcanzado el mismo nivel de desarrollo; de ahí que el trabajo de aquél nos proporcionó tanto elementos conceptuales como metodológicos, para acercarnos a los grupos en general y en particular, a los familiares desde una perspectiva comprensiva como es la naturaleza sociodinámica.
Dado que a diferencia del método sociométrico y el psicodramático, que nos eran familiares, el sociodinámico resultaba completamente nuevo; además de que los referentes con los que contabamos fueron realizados en contextos cerrados, donde las variables que impactaban ya fuera a los grupos de trabajo, cohabitación o familiares, estaban en general si no controladas, por lo menos previstas. De ahí que éste haya sido uno de los apartados que más nos demandó en la realización del presente.
Como con el desarrollo de la sociometría familiar, para el de la sociodinamia nos basamos en la presentación de dos casos, el primero fue retomado de un estudio antropológico realizado en una comunidad mexicana que se encuentra en transición entre la economía rural, artesanal e industrial; lo que además de proporcionar una plataforma estable y segura para apoyarnos en el desarrollo de una mirada sociodinámica para las familias, nos permitió comprobar, en primera instancia lo dicho por Esteinou, sobre las formas de organización familiar en México, además de algunas hipótesis y principios planteados por Homans y Moreno, en lo referente al desarrollo sociogenético de los grupos, así como a partir de la urbanización y/o industrialización de los estilos de vida. Tanto las formas como las relaciones entre las personas y la organización de las familias, con base en un sentido profundo del estar fundamentan su desarrollo. Las actividades se centran en desarrollarse e invertir grandes cantidades de recursos para estar juntos.
El segundo caso fue una ampliación del análisis de uno de los casos presentados en la sociometría familiar. Éste además de permitirnos comprender con mucha mayor claridad los elementos que se han conjugado para que el grupo familiar se haya organizado de esa manera, facilitó conocer las razones que lo pueden llevar a tomar una decisión tan trascendental como con quién debería vivir uno de sus miembros en caso de que su madre soltera muriera.
La sociodinamia nos permitió sistematizar la observación de la cotidianeidad vital de los grupos familiares estudiados, partiendo como mencionó Homans, de aquellos acontecimientos que ocurren en el día a día, cómo es que estos se transforman en costumbres para a partir de ahí, entender la relación que existe entre los grupos familiares y su ambiente. Este último punto sería uno de los factores fundamentales para realizar una mucho más profunda investigación en este tipo de grupos; que nos lleve a comprender formas particulares de vida familiar, para a partir de ahí y de la acumulación de evidencias teóricas y empíricas, ampliar de manera significativa la comprensión del fenómeno familia mirado desde esta perspectiva.
Tanto la sociometría como la sociodinamia, son métodos que pretenden la generación de conocimientos tanto a nivel explicativo como comprensivo, pero el sistema de pensamiento socionómico no se queda ahí, ya que dados los orígenes médicos de Moreno, éste se dio a la tarea de generar instrumentos para la terapéutica, a partir de los hallazgos encontrados por la investigación; superando de manera importante y contundente, una de aquellas limitaciones a las que se han enfrentado aquellos creadores que de manera visionaria proponen enfoques distintos para conocer la realidad, pero que no logran generar las formas para transformarla de manera congruente y contundente.
La sociatría al ser la rama clínica del pensamiento socionómico, permite la aplicación de todos los conocimientos desarrollados por las dos anteriores, dándole un enfoque ya sea preventivo o asistencial.
Para el desarrollo de la sociatría familiar, en primera instancia y como a lo largo de todo este trabajo, retomamos los conceptos fundamentales propuestos por Moreno, y los enfocamos a la particularidad del trabajo con grupos familiares.
A diferencia de las otras dos ramas socionómicas, por cuestiones de extensión del texto y las necesidades de profundidad, solo presentamos un caso con el que tuvimos la oportunidad de trabajar hace algún tiempo, pero que dadas sus características y los efectos del tratamiento, nos parece significativo, para mostrar la manera en cómo se pueden abordar las problemáticas familiares desde esta perspectiva.
En este capítulo, hicimos una síntesis de lo desarrollado anteriormente, y así reforzar los postulados propuestos, ya que a partir de la realización de un diagnóstico sociométrico y sociodinámico, fue posible identificar las problemáticas fundamentales a los que el grupo familiar se enfrentaba en el momento que acudieron a consulta y a partir de ahí, se desarrolló un proceso terapéutico.
El trabajo terapéutico con este grupo familiar se organizó para impactar tanto a todo el conjunto, como a los distintos subgrupos, para conocer su perspectiva de la situación y sus demandas particulares.
El uso de las técnicas de acción propuestas por Moreno desde la perspectiva psicodramática, resultó ser sumamente útil en el caso de la terapéutica con este grupo familiar, en particular, porque permitió que a partir de la representación, cada uno de los miembros comprendiera la situación y sentir del otro, primordialmente aquellos sentimientos o emociones dolorosas o desagradables que podrían ser difíciles de abordar con base en dispositivos verbales; además de que al trabajarse sobre situaciones concretas, fue posible crear un espacio de contención psicoafectivo que permitiera un proceso reflexivo sobre la responsabilidad de cada uno de los implicados en la situación, y no una simple catarsis generada por la abreacción.
En perspectiva, la socionomía nos permitió comprender que a pesar de que la gran mayoría de las personas proceden de un grupo familiar, y gran parte de la vida se desempeña dentro de éste, poseemos una profunda ignorancia de las fuerzas que llevan a conformarla, además de que carecemos de elementos básicos para entender su organización y dinámica, por lo que pensamos que si contáramos con ellos, las personas tendríamos la posibilidad de relacionarnos de manera distinta, lo que redundaría en familias enriquecidas, organizadas y estructuradas; abriendo la posibilidad de fortalecer a la institución base de la sociedad.

Este trabajo es solo el primer paso de un camino que abre infinitas posibilidades para su desarrollo, ya que no solo abre líneas de investigación en lo referente a los grupos familiares, sino que a partir de las evidencias recabadas de éstos, posibilita la reflexión teórico-epistemológica sobre las bases de la socionomía, para con esto sacarla de su estado de conserva cultural, dándole una condición vital, creativa y espontánea.